El arbitraje de Jorge Baliño no fue bueno, aunque empezó muy bien el partido y después se fue desluciendo. Por ejemplo, debió echar de la cancha a Stracqualursi (estaba amonestado y le cometió una infracción de tarjeta amarilla a Rivarola) y le anuló, a instancias del asistente 1 (Ayala) un gol legítimo a Rivarola.
La jugada se gestó por derecha, cuando Alfredo Ramírez enfrentó a Sessa. La pelota fue hacia Rivarola, quien sólo tuvo que empujarla a un arco que estaba desguarnecido y le asistente levantó la bandera marcando una supuesta posición adelantada que no existió, ya que Rivarola venía desde atrás de la línea de la pelota.
Los jugadores de Colón y el mismo Mohamed se quejaron luego del partido de estas dos acciones (la de Stracqualursi y el gol anulado a Rivarola), aunque habrá que decir que Baliño estuvo muy bien en otorgar el penal de Sessa a Garcé. No todos los árbitros se animan a marcar una falta así, con el partido a favor de la visita y frente a la propia hinchada local.