Enrique Cruz (h) | deportes@ellitoral.com
Colón hizo historia y en los penales eliminó a San Pablo...
Enrique Cruz (h) | deportes@ellitoral.com
Había que hacerlo así. No había otra manera. Salió bien en el Morumbí, ¿para qué cambiar? Dependía, claro está, de una eficacia total. Ciento por ciento. El gol brasileño llegó como consecuencia de un bombazo desde afuera del área cuando el arco de Burián —y su área— parecían cerrados. Domínguez quiso abrocharlo cuando lo puso a Bastía. Fue el único cambio. No quiso tocar otra cosa. Posiblemente haya sido muy solitaria la actividad de Correa en el primer tiempo. Lo sabía y lo presumía. Alan Ruiz bajaba hasta la mitad de la cancha y así debía ser. Como en el Morumbí. Y por allí, la subida de los marcadores de punta. Como también lo hicieron en el Morumbí. Esta vez, con Toledo más participativo y peligroso que Escobar. Pero esa era la manera de jugarlo al partido, no otra. Colón consiguió el mismo objetivo logrado en Brasil: quitarle espacios y caminos a San Pablo. Complicarle la existencia. Así se dio.
Fue histórico. A lo Colón, sufriendo, recordando aquellas otras definiciones agónicas, con momentos de mucha tensión y con el desahogo del final. No podía fallar. Era un partido de muchísima concentración. Así lo jugó Colón y así debió afrontar la definición por penales. Son muy eficaces los brasileños en esta clase de definiciones. Le pegan muy bien a la pelota. Sin embargo, Colón embocó los cinco de su serie y los pies de Leo Burián —ya definitivamente convertido en un jugador querido a pesar de que hace poquito tiempo que está— se encargaron del resto.
El libreto funcionó. No fue tan perfecto como en la noche del Morumbí. Faltó el gol y cerrar el arco. Pero aún habiendo recibido uno y sin poder marcar ninguno, la actuación del equipo fue sólida. San Pablo se quedó con el 1 a 0 en los 90 minutos y no estuvo mal. Lo mereció. El travesaño en un tiro libre de Nené —figura de su equipo— y una salvada providencial de Erik Godoy (dicho sea de paso, muy bueno lo de los tres centrales otra vez) resultaron suficientes como para darle a San Pablo el merecimiento de la victoria en los 90 de juego.
Los penales le dieron a Colón la chance de pasar a la historia y no la desaprovechó. Se festejó en el Brigadier, en el barrio Centenario y en cada una de las calles y casas de la ciudad. Ganó Colón. Eliminó a San Pablo, otrora campeón del mundo, tricampeón de la Libertadores, el equipo más copero de Brasil, puntero del Brasileirao. Hizo historia Colón. Y la alegría no tiene fin.
Colón Vs. San Pablo | Incidencias de juego