Minella: "¿La verdad? Me hubiese gustado dirigir un partido en cancha de Colón"
El gesto de Lopes, los llamados de la gente de Unión para felicitarlo y el pedido a los jugadores de “humildad al estilo de la selección de Scaloni”. Las sensaciones, ahora más tranquilo, del “técnico-hincha” que tuvo su gran sábado.
Minella, técnico que debutó y ganó. Crédito: Matías Nápoli
Cuando hay una carga grande de sentimiento y de afecto, es lógico que haya un desborde emotivo y de pasión. Los jugadores lo exteriorizaron llorando en el vestuario. De eso no estuvieron exentos los integrantes de un cuerpo técnico muy identificado con el club. Martín Minella estaba así desde antes del partido, cuando admitió que cada dos horas se despertaba en la noche previa, pensando en el partido, o cuando sus ojos se le llenaron de lágrimas luego de recibir un llamado en el micro que lo emocionó muchísimo. Y hubo otras cosas que pasaron. El triunfo ante Almagro no fue el más importante del año – quizás lo sea si el desenlace es el que todos los hinchas de Colón esperan, porque se convertirá en un antes y un después –, hubo otros que fueron más contundentes y que dejaron cosas positivas. Pero el hecho de que hacía cinco meses que no se ganaba de visitante, que sólo se habían sacado 2 puntos en 10 partidos, que Colón venía de perder ante Brown de Adrogué como local y que se había ido un técnico, se constituían en razones suficientes para exteriorizar un estado de ánimo que a este plantel le hacía falta.
Ya más tranquilo, aunque todavía con la efervescencia de todo lo vivido el sábado, Martín Minella habló en La Primera de Sol Play.
-¿Escuchaste al presidente Godano, a Moreno y Fabianesi y a Osella decir todo lo que dijeron de ustedes en el inicio de la presentación del nuevo director deportivo y del flamante entrenador?
-Me llegaron mucho las palabras del presidente, son un orgullo para nosotros y es exactamente lo que nos dice la gente en la calle.
-Es bueno volver sobre aquella frase que dijiste al término del partido: “Estos muchachos necesitan más afecto que entrenamiento”…
-Cuando hay exagerada cantidad de imprecisiones, el gesto individual de cada uno no es el normal. El futbolista está acostumbrado a equivocarse, pero cada situación en contra le pesaba más de lo habitual a los muchachos. ¿Qué quiero decir con eso?, que una cosa es equivocarse en un pase cuando las cosas van bien y otra muy distinta si van mal. En el entretiempo, les dije que no hay sistema de juego que tenga éxito si no nos damos pases entre nosotros. En el primer tiempo, Almagro nos llevó por delante y cuando nosotros recuperábamos la pelota, enseguida la perdíamos y eso nos perjudicó.
-¿Cuál era la idea?
-Mi idea era que Paolo y Henríquez presionen bien arriba con el objetivo de instalar el partido en el campo de ellos, pero como a la pelota la perdíamos rápido, cada vez se tenían que meter más atrás. El hecho de haber mejorado en el segundo tiempo hizo que ellos jugaran en el lugar que queríamos que jugaran y el segundo tiempo fue muy bueno, distinto de lo malo del primero.
Minella, técnico que debutó y ganó. Crédito: Matías Nápoli
-Te la jugaste con Yossen y Yunis…
-Con Yossen me hago responsable, hacía una semana que volvía de un desgarro y lo había puesto 20 minutos en Liga la semana anterior. ¿Pero sabés por qué lo puse?, porque no teníamos variantes allí. Es una característica faltante del plantel. Herrera no estaba y a Navas lo ví distante del nivel y falto de confianza. Como Almagro jugaba con tres volantes cerrados, veía una buena posibilidad la de salir por los costados. Entonces necesitaba un jugador con condiciones técnicas para ese juego, no podía ir un marcador central, por ejemplo, porque seguramente iba a terminar en un pelotazo ya que los centrales están más acostumbrados a ese tipo de juego. “Toto” Yossen empezó nervioso, como muchos otros de este plantel, pero fue mejorando. Ya en el cierre del primer tiempo lo ví bien y arrancó así el segundo, hasta que se acalambró.
-¿Y lo de Yunis?
-Entiendo que en Colón no hay un solo volante central de recuperación, son todos de juego. No lo es Prediger, tampoco lo era Vega ni Forneris. Yunis, generalmente, está delante de los centrales, tiene siempre la cancha de frente y es agresivo para recuperar la pelota. Lo ví como una buena opción y jugó un partido de muy alto nivel.
-¿Por qué tardó un tiempo, el equipo, en animarse a jugar?
-Cuando las cosas van mal, el jugador busca alguna excusa. Siempre se habla de la cancha, del árbitro o del rival. Yo recuerdo el partido en cancha de Morón, que estaba muy mal, y sin embargo Colón jugó bien y lo ganó sin problemas. Lo que hay que hacer en canchas malas es evitar jugar cerca del arquero y creer que se puede jugar como el Manchester City, saliendo con pelota dominada en todas las jugadas. Entonces, la opción es jugar más largo, más directo.
-… Todos lo cargaban a Rossi después del partido, diciéndole que se había tirado. Y él mostraba el tobillo y juraba que el defensor lo pisó… Ibamos en el micro y ya habíamos llegado a Rosario y él seguía diciendo que lo habían pisado. A mi, a primera vista, me pareció que no era penal. Pero él seguía asegurando que lo habían pisado… Volviendo al tema Yossen… El jugador necesita que le den oportunidades. A priori, el que tiene 60 partidos parece que asegura más que el que recién arranca… Recuerden que lo que le pasó a Yossen en River fue lo mismo que le pasaba al pibe Galván, el que ahora está en Banfield, que entraba en Colón y se acalambraba… Capaz que, ante River esa noche, el Toto Yossen era la primera vez que estaba en un hotel y entró a la cancha de River con 83.000 personas. No es fácil para un pibe que no está acostumbrado a todo esto.
-¿Qué frase o actitud de alguno de los jugadores te llamó la atención durante la semana?
-Se entregaron muchísimo a nosotros, se abrieron al entrenamiento, a la exigencia, nos pedían intensidad de trabajo y nos agradecían. Nos sorprendió eso. Lo que yo les pedí fue humildad… Yo me baso en la selección actual porque es tremenda la humildad que tienen esos chicos, la forma de trabajar y la manera de defenderse entre ellos. Es la base del éxito que los llevó a ser campeones del mundo. Les pedí que aceptaran si juegan, si no juegan, si juegan poco y también les pedí que apoyen al compañero.
Diego Osella regresa a Colón. Crédito: Manuel Fabatía
-¿Te llamó la atención ese festejo casi desmedido en el vestuario?
-Después del partido fue una exageración de desahogo, no es normal semejante desahogo porque no le ganamos a la Roma, le ganamos a Almagro. Había una necesidad de alegría muy grande y eso fue lo que se exteriorizó.
-Todos admiten que en el fútbol hay un alto porcentaje de parte anímica. ¿Notás que este plantel está atormentado?
-Esto pasó antes ya, no ahora que estamos tan cercano al final del torneo... Lo raro fue el funcionamiento tan rápido que consiguió Iván Delfino. Con 18 jugadores nuevos, era una topadora que marcaba grandes diferencias. Luego se entró en una meseta preocupante y se empezó a perder confianza... Veo que les pesa demasiado la situación y los afecta el entorno: redes sociales, periodismo, la gente. Consumen muchas cosas y piensan que todo el mundo está pendiente del error y que los van a putear…
-Hacía mucho que no se sacaban la foto que siempre se saca en los vestuarios cuando se gana un partido…
-¡Claro!.. Yo ví un grupo de buena gente, no ví ninguna pelea… Hernán Lopes se quedó afuera, ni siquiera entró y se quedó juntando las tapitas con el profe en el calentamiento y no estaba enojado… Le decía al profe que estaba convencido de que se podía ganar… Y lo cuento porque fue el generador de esa foto en el vestuario.
-Cuando hablaste en la previa del partido, dijiste algo interesante: la necesidad de ascender a Primera porque vuelve a jugar en reserva…
-Es que no hay dudas que es así… Lo que tiene la reserva es que son “partidos de fútbol”, a diferencia del Nacional B que son “contexto de fútbol”... La cancha de Almagro es un contexto y eso es muy diferente a la de Colón. En Colón vos jugás un partido de fútbol y en la cancha de Almagro cambia todo, no es lo mismo. En Primera gana el que juega mejor, en reserva también gana el que juega mejor porque se juega distinto y las canchas están muy buenas, pero en la Primera Nacional es otra cosa, es muy mental, anímico… Hay equipos que no muestran un gran fútbol y tienen 48 puntos… Y uno se pregunta cómo hicieron para sacar tanto puntaje. Y eso es porque juegan a los pelotazos, a la segunda pelota, a lo chiquito, a tirarse al piso… Y algunos, en esa confusión, sacan ventajas.
-Por eso llamó la atención que un equipo que se había destacado por jugar, intente hacerlo al pelotazo, como los mismos jugadores señalaron luego de Temperley…
-Si Toledo está parado en la mitad de la cancha y le tirás 300 pelotazos, porque es un jugador que propone eso, lo matan a puñetes, lo desgastan… Pero si se la tirás a Toledo cerca del área, la puede bajar para la llegada de Guille, de Rossi o de algún compañero... La idea, cuando le tiramos pelotazos a Toledo, era que estuviera bien cerca del área y no en la mitad de la cancha porque ahí no sirve.
-¿Te hubiese gustado seguir?
-Es que justo me tocó de visitante… Me hubiese gustado dirigir un partido en cancha de Colón, lo imaginaba a mi hijo cerca del banco y seguro que iba a dirigir con el corazón en la mano... Pero entendí que estaba bien, que era este partido y listo.
-¿Y cómo fue tu lunes?
-Volví a lo mío, a dirigir a mi plantel y los chicos me aplaudieron, me hicieron el pasillo y me pegaron un poco de más… ¡Y hubo bronca…! (risas).
-¿Y el sábado?, ¿en el viaje o cuando ya llegaste a Santa Fe?
-Ufff… Hubo una gran cantidad de personas que conozco y otras que no conozco que me saludaron… Hubo gente de Unión, técnicos y dirigentes de Unión que me llamaron para saludarme…. Al monito Vilche hacía 29 años que no lo veía, yo jugué con él en Newell’s cuando tenía 15 años y me llamó por teléfono para saludarme y felicitarme… Fueron grandes alegrías que no se borrarán jamás de mi cabeza.
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