Enrique Cruz (h)
Se involucró como le pedían pero desde afuera y sin ocupar un cargo dirigencial. Éste, quizás, sea su primer “arrepentimiento”. Ahora está en “medio del barro” y sintió el viernes a la noche “una falta de respeto que nunca sufrí en 14 años que estuve en el club”.
Enrique Cruz (h)
José Vignatti habló el sábado por LT 10 y dijo dos cosas que son clave. La primera es que está “arrepentido” de haber intervenido y la otra, que “si habría orden (interno), estaríamos peleando la punta”. De esto último, no hay dudas. Es muy difícil que una buena campaña se materialice a partir de una situación de desorden interno. Casi imposible.
Más que “arrepentido”, Vignatti hoy debería estar evaluando el porqué no se presentó él como presidente, si luego iba a necesitar de estas amplias facultades que por nota se ha solicitado para desarrollarse como “consejero externo”. Para colmo, en el marco de un club que no tiene una autonomía en sus decisiones y accionar producto de una situación desde lo legal y funcional que los socios aprobaron y que fue la de someterse a la ley de salvataje, con todos sus pros y sus contras.
Es evidente que Vignatti no está nada cómodo con toda la situación que se plantea en el club. Hay un órgano fiduciario y una jueza que controlan y aprueban o desaprueban las gestiones; no existe autonomía absoluta en el manejo económico; hay directivos con los cuales no comulga ideas y no es tampoco el presidente para tomar decisiones según cómo le parezca.
Vignatti marcó un estilo de conducción cuando fue presidente, con un alto tinte personalista. La pregunta es: ¿cómo hace ahora para imitar aquello que le dio tan buen resultado, si no es directivo? Éste debe ser, sin dudas, el gran dilema que él mismo se estará planteando a esta altura y por eso, quizás, aquello del “arrepentimiento”. Pero fue su propia decisión, él lo quiso así.
Todos le pedían que se involucrara y que no solamente apareciera en el momento de una elección para torcer a favor de uno u de otro como siempre pasó, usufructuando el ser la figura política por excelencia en los últimos 25 años y, para muchísimos sabaleros, clave en la historia del club.
Vignatti apoyó, acercó gente suya a la comisión directiva, estuvo de acuerdo cuando le acercaron el nombre o él mismo eligió a Marcelo Ferraro para que encabece la lista y empezó a tener participación en las decisiones, pero siempre desde un lugar incómodo, casi inaceptable para él.
Esto no es lo que Vignatti habrá pensado y deseado. Se encontró con un cuadro de situación que, reitero, es inaceptable para él. Y ahora no le queda otra que ir por todo. ¿Qué significa ir por todo?, que se vayan aquellos que, según él mismo lo manifestó en la nota que le dirigió hace unas semanas al presidente, se están manejando con “intereses personales o dudosos, apartándose del proyecto original”. No será fácil lograrlo, primero por la personalidad de la gente con la cual confronta, y segundo, porque no es el presidente como lo fue siempre que estuvo metido en el club.
Dijo Vignatti después de los insultos de anteanoche en la cancha:
* “En 14 años en la institución, nunca me pasó algo así. Siempre fui respetado, pero lo que ocurrió el viernes en el partido fue totalmente premeditado. Hubo agresión verbal y algo más. Había hasta mujeres en el grupo que nos agredió”.
* “Si hubiésemos sido una comisión ordenada, podríamos haber contratado mejores refuerzos. El presidente es una buena persona, pero tiene que tomar decisiones con mayor energía”.
* “Me arrepiento de haber intervenido y de haber confiado en tres o cuatro personas, pero ahora me debo a la institución. Cuando nos propusieron esos 3 ó 4 nombres, no sabíamos que eran panqueques. Yo a esto no lo esperaba, estoy más dolido que nadie”.
* “A mí se me designó como responsable del fútbol profesional, pero interfieren en mi trabajo. Yo necesito tener autonomía. El lunes —en realidad será el miércoles y no mañana— voy a ir solo a la reunión, no voy a llevar ningún patrullero ni nada”.
* “La campaña no es buena, aspiramos a más. No tengo dudas de que si habría orden estaríamos peleando la punta, pero acá hay desorden”.
Todo esto que dice y le pasa a Vignatti no sólo es la consecuencia de una situación anómala e irregular, síntesis del accionar de una comisión directiva que arrancó mal, evidentemente, sino también el reflejo de un club convulsionado.
Esta grieta que está abierta desde hace un tiempo en Colón, impide que se le preste mayor atención a cuestiones verdaderamente básicas en la formulación de un proyecto de club, como por ejemplo el de divisiones inferiores. ¿Estará Colón preparado para que salgan en los tiempos inmediatos jugadores que rindan como lo fueron Alario, Meli, Luque, Mugni, Conti, Graciani y Poblete?
El enfrentamiento ha provocado una división evidente dentro de la comisión directiva. Gobernar divididos es complicado. El mismo Vignatti, por su forma de ser, no lo aceptará. Y se supone que desde el otro sector, tampoco. Y desde afuera, menos. Ya lo han manifestado Abraham y Magdalena, que observan preocupados la situación a sabiendas también que Vignatti ha sido, para ellos y también para Hilbert, un adversario político cada vez que se presentaron al proceso eleccionario.
Panfletos e insultos a la figura política más importante del club, sospechas de su parte de algo “armado”, peleas internas en la dirigencia y una campaña futbolística que no le termina de cerrar a la gente, más un clásico en la cercanía después de haber perdido el último, es un combo explosivo en la realidad institucional de Colón. Será el momento de hacer algo. Así es imposible seguir.
“Yo también voy a pedir entrar a las reuniones”
Ricardo Magdalena y Gustavo Abraham, dos de los adversarios políticos de la lista que impulsó el ex presidente José Vignatti y que resultó ganadora en las últimas elecciones, solicitaron que se les permita el ingreso a las reuniones de comisión directiva, al igual que a Vignatti, “con voz pero sin voto”.
La solicitud para que el ex presidente concurra a las reuniones (el miércoles será la primera) fue a través de una nota presentada y firmada por los propios miembros de comisión directiva, en la cual también pidieron que se lo nombre “consejero externo” de la comisión.
“Si Vignatti está autorizado a participar, considero que yo también tengo derecho a participar. Entiendo que se está violentando el estatuto, o peor anulando a una comisión directiva”, dijo Magdalena ante la consulta de El Litoral.