Las cartas están claramente “jugadas” y tiradas arriba de la mesa como nunca. Por un lado, Brian Fernández, jugador e hincha de Colón, libre y con el pase en la mano después del corte en la MLS. Su estado futbolístico, inmejorable: 11 goles en 19 partidos. El chico quiere jugar en Colón y Colón lo quiere. Ahora, a diferencia de Eduardo Domínguez, el entrenador dio el visto bueno: Osella lo quiere “ya”. Y esta vez Vignatti logró el visto bueno de la Escudería Bragarnik: Cristian le dio el sí al presidente de Colón. ¿Qué falta?: la gambeta final de Brian.
Por ahora, el mejor de todos los Fernández de la República de Yapeyú, gambetea mejor que en la cancha en las redes sociales. Capaz de aparecer en Nochebuena con un “karaoke” cantando los temas sabaleros. O hacer lo que hizo ayer: subir (publicar) una foto donde aparece la camiseta alternativa de Colón que dio el batacazo contra el Mineiro, agregarle el número “38” (uno de sus dorsales preferidos) y de yapa su firma: “B. Fernández”.
Por lo visto, en las declaraciones ruidosas de José Néstor Vignatti en el post Navidad de esta semana, la estrategia de Colón pasar por tirarle la pelota para que defina el “10”. O el “38”.
Vignatti dijo que “hay otro directivo que habla, porque es allegado a la familia” de Brian Fernández. El jugador, en principio, está viviendo en Buenos Aires (Florencio Varela) junto a su madre y uno de sus hermanos. Por lo que pudo averiguar El Litoral, acá el ida y vuelta de los dirigentes es con el suegro del futbolista, que posee un bar. Todas las señales marcan que esta vez Brian Fernández será jugador de Colón.
Claro que, en el medio, puede pasar “de todo”. Por ejemplo, lo que se comenta en La Plata: que el propio Diego Armando Maradona lo quiere llamar para tentarlo que sea el “10” —o el “38”— de Gimnasia y Esgrima, al menos por estos seis meses. O que, como pasó con Unión La Calera de Chile, el Necaxa de México o el Portlands de Estados Unidos, aparezca una oferta superadora en todo sentido desde el exterior. Con apenas 25 años, muchos piensan que el jugador-hincha de Colón puede ser solución con gol en los metros finales de la cancha.
En Atlético parece todo tranquilo: institucionalmente ordenado, holgado en los promedios, a cinco puntos de la cima de la Superliga, a la espera de rival en la Copa Libertadores y con los jugadores en los últimos días de vacaciones. Todo parece ser armonioso, pero a veces las apariencias engañan. Los hinchas “decanos” amanecieron ayer con la novedad de que podrían perder una pieza clave en el esquema de Ricardo Zielinski: Bruno Bianchi.
La noticia de que el central podría emigrar encendió las alarmas. Después de llevarse a Luis Miguel Rodríguez y a Rodrigo Aliendro, partidas que la hinchada no termina de digerir, la billetera de Colón amenaza con sumar a otro “decano” a sus filas. Cuando el presidente José Vignatti mira hacia el norte todos se agarran la cabeza.
Que el “Sabalero” viene a la carga por el central fue confirmado a La Gaceta Deportiva por Roberto San Juan, representante del jugador. “Todo está en manos del presidente de Colón. Bruno ya sabe del interés del club porque lo habló el técnico de Colón (Diego Osella)”, comentó San Juan.
El futbolista, con pasado en Unión, deja todo en manos de su representante. “Él esta encargado de mi situación. Yo ahora estoy enfocado en disfrutar de mi familia”, sostuvo Bianchi.
Los próximos días podrían ser definitivos para el futuro del central. “Zielinski no sería una traba para la salida del jugador. Dio el visto bueno porque sabe que puede ser una buena oportunidad para Bruno”, puntualizó San Juan, con esperanza de que las negociaciones lleguen a buen puerto. A su vez, aclaró: “Atlético tiene la postura de negociarlo sólo si se trata de una venta; no quiere préstamo. Por eso digo todo: depende de lo que puedan negociar los clubes”.
Bianchi tiene contrato con Atlético hasta junio de 2021, pero podría interrumpirse si las partes se ponen de acuerdo.