Martes 10.5.2022
/Última actualización 1:41
Ramón Wanchope Abila podría y debería tener más goles en Colón. Pero la realidad es que hasta ahora no ha podido ganarse la titularidad. Llegó tarde y en medio de una situación escandalosa en Boca que le impidió realizar una pretemporada "como la gente". El olfato de goleador lo tiene. Pero ha tenido algunas situaciones que le impidieron acumular más goles. Por ejemplo, los dos mano a mano que marró de manera poco entendible para un jugador de esas características, ante Olimpia y Cerro Porteño. Y en este partido ante Vélez, le pasó de todo. Convirtió un gol en una posición que debió ser analizada "con lupa" (bisectrices y líneas de puntos a full en el VAR para determinar, cuatro minutos después, que estaba por centímetros en posición adelantada); luego, convirtió un gol y después tuvo la chance de volver a empatar el partido, pero tiró un penal a las nubes.
Uno lo vé a Wanchope y en lo primero que piensa, es en que es imposible que pueda superar a alguien en velocidad. Sin embargo, hizo un golazo arrancando a 50 metros del arco en la cancha de Central. Y ante Vélez, se las ingenió con mucho oficio para meterse adentro del área, ganó en el forcejeo con Valentín Gómez poniendo muy bien el cuerpo y los brazos, para definir luego de zurda con un remate cruzado. Hizo un gol en una jugada mucho más difícil, para definir, que en los mano a mano que tuvo ante los paraguayos.
El VAR lo va a complicar siempre a Wanchope. No lo digo por el partido ante Huracán, donde le anularon un gol por una falta anterior de Garcés que fue muy rebuscada. Lo digo porque juega siempre al límite, ahí nomás, bien cerquita del último hombre. Es vivo. Sabe que le resultará difícil ganar en el mano a mano si le da la ventaja al defensor. Sin embargo, en los goles que hizo en la Copa de la Liga, lo consiguió.
Justo en el día del cumpleaños del Pampa Gambier, un goleador de aquéllos que casi en el cierre de su carrera vino a Colón para jugar en la B Nacional y desafiar los 14 años que llevaba la institución en el ascenso, ganándose en dos años el cariño eterno de la gente, Wanchope no pudo tener su noche soñada para imponer esa fama de goleador que se ganó en los otros clubes en los que jugó, pero que todavía no la logró establecer en Colón.
Pablo Aguirre El claro penal que le cometieron a Beltrán y que Wanchope desaprovechó, rematando muy fuerte y por encima del travesaño.El claro penal que le cometieron a Beltrán y que Wanchope desaprovechó, rematando muy fuerte y por encima del travesaño. Foto: Pablo Aguirre
De lo que no se puede dudar es que su presencia se siente, no pasa desapercibida. Definió bien en el gol que le anularon por una posición adelantada milimétrica; también definió bien en el gol que convirtió; y tiró la pelota a las nubes, de una manera poco comprensible en el penal que podría haber sellado un resultado que no castigue tanto a este Colón de diez partidos sin perder y con una Copa de la Liga signada por un fuerte aroma a desilusión, porque tenía servida en bandeja la clasificación y no la aprovechó, dejándole el espacio a dos equipos (Tigre y Aldosivi) que con menos del 50 por ciento de los puntos, se metieron en la ronda final.
Vuelvo a Wanchope. Está claro que necesita un golpe, una actuación que lo ponga en el tapete. En este partido, tenía todo para hacerlo. El penal marrado le quitó el brillo que había logrado, aún con el gol que le anularon después de cuatro minutos de deliberaciones y de una cantidad de líneas y puntitos que habrán trazado de manera milimétrica para determinar su posición adelantada. Es un jugador al que hay que exigirle que dé más, porque tiene sobrados argumentos para dar más. Tuvo casi todo para gozar de esa noche de gloria que todos los goleadores tienen y que él, obviamente, también las tuvo. Y varias. Pero le faltaron "cinco pal' peso".
Julio César Falcioni finalmente no dio la habitual conferencia de prensa luego del partido, aunque sí lo hicieron algunos de los jugadores, que se retiraron visiblemente molestos con la actuación que tuvo el equipo.
El más autocrítico fue Andrew Teuten, quien hizo un balance y señaló que "hasta ahora no he podido rendir de la manera que me hubiese gustado. Tengo mucho más para dar. La verdad es que me voy muy caliente", dijo el uruguayo, quien tuvo su mejor momento en Colón durante los primeros 45 minutos del partido ante Cerro Porteño.
El plantel comenzará la preparación para el siguiente partido de la Copa Libertadores, que será el miércoles de la semana que viene, a las 21, ante Olimpia en el Brigadier López.
El Pulga Rodríguez estuvo presenciando el partido desde adentro del campo de juego, detrás de los carteles de publicidad. Va bien en su recuperación y se estima que podría llegar al partido con Peñarol en Montevideo, del 25 de mayo. Si no, estará a las órdenes para el inicio del próximo torneo, que será el primer fin de semana de junio.
De descanso tendrá el plantel de Colón. Los futbolistas regresarán a las prácticas el jueves a las 10 de la mañana, razón por la cual se decidió que descansen martes y miércoles.