"Wanchope es un negrito caradura, ideal para Colón"
Alejandro Accieto fue su primer técnico, amigo, confidente e inversor: ¡lo compró a Wanchope en 800 pesos! cuando vestía los colores de Unión Florida y pasó a Instituto. Un viaje por las mejores anécdotas del "9" que sacude al Mundo Colón.
Gentileza Alejandro Accieto Nunca se olvida. Ramón Darío Ábila en su primer club: Unión Florida de Córdoba, un lugar donde siempre vuelve para colaborar
Alejandro Accieto es el padre futbolístico de Ramón Darío Ábila y atiende a El Litoral con esa tonada cordobesa que es patente única. "Ojo que no tengo mucha señal, ando por acá entre Talampaya y Valle de la Luna", confiesa quien hoy es dirigente de Talleres de Córdoba. Está claro que, a pesar de ser el descubridor de "Wanchope", no está salvado para todo el viaje ni mucho menos: vende electrodomésticos. Es el mismo que cuando el hoy "9" de Colón tenía 16 años le compró el pase en...¡800 pesos!. Sí, 800 pesos para alguien que (con los años) entre Instituto, Huracán, Morón, Sarmiento de Junín, Cruzeiro, Boca y la MLS debe haber visto pasar millones y millones de dólares entre todas las transferencias.
Gentileza Alejandro Accieto El 9 de Colón y su primer DT. Alejandro Accieto, lo puso en Primera y lo hizo debutar con sólo 15 años en Unión Florida de Córdoba. Después, juntó 800 pesos y le compró el pase. Colón se lleva un goleador fatal y una gran persona , le dijo en exclusiva a El Litoral.
El "9" de Colón y su primer DT. Alejandro Accieto, lo puso en Primera y lo hizo debutar con sólo 15 años en Unión Florida de Córdoba. Después, juntó 800 pesos y le compró el pase. "Colón se lleva un goleador fatal y una gran persona", le dijo en exclusiva a El Litoral.Foto: Gentileza Alejandro Accieto
-¿Es verdad que te compraron en 800 pesos en tus inicios?, le preguntaron a Wanchope antes de la final de Madrid los medios españoles.
- "Sí, me vendieron de Unión Florida a un grupo de amigos de mi papá que compró mi pase. Eso habrá sido en 2006, a mis 16 años. Para un club de barrio, de Liga, fue un ingreso importante y así se dio mi salida del club. Eran unos amigos de mi viejo compraron mi pase y empezaron a administrar mi carrera. Tenían una flota de camiones, estaban bien económicamente y manejaron de alguna manera mis primeros pasos y me ordenaron en la vida".
En el caso de Alejandro Accieto, también lo ordenó en la cancha, siendo su primer entrenador, quien lo hizo debutar en mayores con 15 años en Unión Florida. De ese "gordito" que mandaban al arco a este tremendo goleador del fútbol argentino: 154 gritos en 400 partidos y, a pesar de todo, un promedio de gol clavado en 0.40.
A propósito de la contextura física, las dietas y su pelea, la mejor defensa al "9" de Colón la hace Gloria, su madre: "Ramón no es gordo, Ramón es fuerte". Así arrancó Wanchope, de Unión Florida a Instituto. "A ustedes que son de Santa Fe les cuento dos cosas: además de Ramón, yo lo hice debutar a Javier Correa en el mismo club, en Unión Florida", tira de una. Y luego agrega: "Frank Darío Kudelka fue muy importante para que Ramón pase de Instituto a Huracán".
-De ese jugador que hiciste debutar a los 15 años en Unión Florida a este delantero consagrado con 32 que llega a Colón, ¿qué hubo en el medio?
-Esfuerzo, convicción y mucho trabajo. Ramón triunfa en el fútbol porque es porfiado, insistidor, peleador. Nunca bajó los brazos, no se entregó. Ramón es un negrito caradura, es ideal para un club popular como Colón. Le va a ir muy bien, guarden esta nota.
-¿La infancia de Wanchope fue sufrida?
-Viene de familia de laburantes, su padre Ramón fue un gran jugador de ligas, definidor como pocos en ese barrio Remedios de Escalada
Gentileza Alejandro Accieto La barra eterna. El barrio, su peña, sus amigos. Ahí soy Ramón, uno está en su barrio, con su gente. No tengo que andar escondiéndome. Puedo caminar, saludar a gente que conozco desde hace años y la verdad que la paso muy bien , cuenta Wanchope.
La barra eterna. El barrio, su peña, sus amigos. "Ahí soy Ramón, uno está en su barrio, con su gente. No tengo que andar escondiéndome. Puedo caminar, saludar a gente que conozco desde hace años y la verdad que la paso muy bien", cuenta Wanchope.Foto: Gentileza Alejandro Accieto
-El otro día circuló un audio de la persona que descubrió a Julián Álvarez, enojado porque el goleador de River no le atiende el teléfono...
-Mirá, Ramón es lo más humilde y agradecido que hay. En cada transferencia, pelea la plata para Unión Florida: con uno de sus pases se construyó un gimnasio. Nunca se olvida de dónde salió, ni de los afectos, mucho menos de los amigos de la vida. No cambió en nada a pesar de los goles y de la fama.
Además de Alejandro Accieto, su primer DT y amigo, Ramón Darío Ábila se acuerda de algunas personas más: "Allá, en Unión Florida, me ayudó mucha gente. Compañeros más grandes me ayudaron porque yo era el más chico y hoy están en la comisión directiva. Uno es el presidente del club, y en Instituto, Germán Panichelli, que es un técnico que tuve en quinta. El "Rulo" (Sergio Nelson) González, otro entrenador de las inferiores. Gracias a todos ellos aprendí, valoré sus consejos siempre con la meta fija de cumplir mi sueño".
-Del glorioso Talleres; es más hoy integro con Fassi la Comisión Directiva
-O sea que sólo falta Belgrano en esta historia...
-No es así...también está Belgrano, porque Wanchope es fanático de "La Mona" Jiménez por el cuarteto nuestro. No se cómo hará allá en Santa Fe ahora con Los Palmeras y la cumbia en Colón (risas)
-Bueno, contáme una con el sello de Wanchope
-Mirá, nosotros nos juntamos mucho en una pizzería de Córdoba, donde el dueño lo adora a Ramón. Pasa que Wanchope es de Instituto y nosotros somos de Talleres. Se daban dos cosas: la "T" cumplía 100 años y Ramón cumplía años. "Mañana les arruino el festejo y me regalo un gol", nos dijo.
-¿Y qué pasó en la cancha al otro día?
-Perdimos 2-1 con Instituto, todo el Kempes lleno de hinchas de Talleres y Ramón nos clavó como nos había advertido en el bar. Es más salió haciendo la ametralladora de festejo el "culiao...".
-¿Cómo siguió la historia?
-Estuvo como una semana sin pisar la pizzería...(risas)
Gentileza Alejandro Accieto Con la plata de cada pase. El humilde Unión Florida de Córdoba y un gimnasio realizado producto de cada transferencia de Wanchope.
Con la plata de cada pase. El humilde Unión Florida de Córdoba y un gimnasio realizado producto de cada transferencia de Wanchope.Foto: Gentileza Alejandro Accieto
-Un personaje Wanchope por lo visto...
-Un negro caradura, encarador y muy ganador. Mirá, te cuento otra: cuando llegamos a Sarmiento de Junín, el técnico, que era Sergio Lippi, no lo había pedido como refuerzo. Entonces, en la primera práctica, cuando se presentan, Lippi le dice: "Mucho gusto, no lo conozco...". Lejos de achicarse, Wanchope le tiró la mano y le dijo: "Yo soy Ramón y tampoco yo lo conozco a usted". Fue como suplente de Cuevas, se lo comió con goles y terminaron como hermanos. Así es Ramón.
-De ese chico que hiciste debutar a los 15 en Unión Florida: ¿cuál es su mayor virtud técnica?
-El gol, sin dudas. Mirá su carrera: en todos lados hizo goles, de la forma que sea. A veces, toca dos pelotas en todo el partido y van adentro. Viene con un promedio clavado de 0.40, casi medio gol por partido desde que es profesional.
-¿Por qué tanta bronca de Riquelme contra Wanchope en este pase final de Boca a Colón? ¿Paga el costo por su amistad con Tevez?
-Más que por Tevez es todo política oscura, la bronca de esta gente es con Angelici. Pero bueno la verdad siempre sale a flote: con este Consejo no queda casi nadie en Boca...se van todos.
-¿Vas a venir a verlo a Wanchope con la camiseta de Colón?
-Voy a ir a verlo a Santa Fe, abrazarlo y llevarme la camiseta sabalera. ¡Tengo todas las de Ramón en cada club!. Es en serio lo que te digo: a este negro caradura ni la fama ni la plata lo cambiaron en nada. Será ídolo en Colón.
Con 17 años, Ramón Darío Ábila fue a probarse a Boca y el equipo porteño estaba decidido a quedarse con su pase tras dos meses de entrenamientos, pero se encontró con la gran negativa de Instituto: nunca le dio el pase. "El club le amenazaba con no dejarlo jugar en ningún sitio, que si no lo hacía en Instituto no lo haría en otro club. Ramón en esa época también era convocado por las selecciones juveniles de la AFA, pero también dejó de ir porque el club no le avisaba de las convocatorias", expresa su padre.
"A Fassi le pedí una pelotudez"
Wanchope compartió una curiosa anécdota en la que Andrés Fassi, presidente de Talleres, intentó convencer al hincha confeso de Instituto de jugar para la Talleres: "Me llamó para jugar la Libertadores. Tenemos una gran relación, nos respetamos y nos escuchamos mucho. Es un gran dirigente. Empezamos a hablar y me preguntó si quería ir a Talleres, a lo que le dije que no era mi deseo. Le dije: "Dale, Andrés. ¿Tenés un millón para buscar y justo me lo venís a decir a mí?".
Después, un amigo de la comisión me insistió y me preguntó cuánto quería ganar, a lo que le dije: "Una pelotudez, por día". Me dijo que eso no me lo podían pagar y yo le expliqué que justamente por eso lo pedí, porque no quería ir", declaró, entre risas.
El club cordobés llegó a rechazar 250.000 dólares del equipo de La Ribera. Ese no de Instituto le dolió a Ramón Ábila y el jugador se encontraba en un callejón sin salida, ya que también le tenía mucho cariño a La Gloria. Indeciso ante los vaivenes del fútbol y la imposibilidad de jugar en Boca se "retiró" del fútbol. Ocho meses después fue Jorge Ghiso, entonces técnico de Instituto, el que fue hasta su casa para convencerle para que regrese. Ahí volvió y no paró más.