Por Alberto Sánchez - [email protected]
En el primer tiempo, César Pereyra jugó casi siempre por derecha, tratando de manera infructuosa de producir algo ofensivamente. El buen marcador de Olimpo por ese lado, Walter Gómez, anuló cada uno de sus avances, sobre todo porque el delantero pretendía desbordar por afuera al zurdo defensor.
Pero en el segundo, el “Picante” se recostó en la izquierda y ahí sí hizo desastres. Antognoli y Díaz (marcadores derechos de la defensa bahiense) no lo encontraron nunca. Es que, bien abierto, arrancando por esa banda, el delantero puede enganchar hacia adentro y encontrarse con la cancha y el arco rival de frente, y lo más importante, con el perfil más apto para elegir qué hacer, ya sea rematando al arco (así lo hizo un par de veces y estuvo muy cerca de marcar) o asistiendo sin egoísmo a un compañero mejor posicionado. Aunque también acertó cuando intentó desbordar y llegar hasta la línea de fondo para tirar el centro con la zurda.
“No te voy a negar que no sienta ansiedad al no poder convertir, quiero meterla pero no se me da. Se dice que hay que estar tranquilo, pero en ese momento es más fácil fastidiarse por la bronca que se siente. No obstante, sé que ya va a venir; quizás, cuando menos lo busque, la pelota entre. Lo importante es que ganamos y, si por ahí no puedo convertir, trato de hacer el trabajo como para que algún compañero pueda hacerlo”, manifestó Pereyra después del triunfo frente a Olimpo.
A propósito del partido ante los bahienses, el “Picante” señaló: “No salió el partido que hicimos con Talleres, por ejemplo. Esta vez no pudimos jugar lo bien que queríamos, Olimpo jugó muy bien de la mitad para adelante, manejaron la pelota y tuvieron dos o tres situaciones de gol con pelota parada. A su vez, nosotros entramos un poco dormidos, después no acomodamos y en el segundo tiempo faltó liquidarlos, más que nada para no sufrir”.
"Meter y poner también es bueno”
—¿Se complicó más de la cuenta el partido?
—No tanto, tampoco. Ellos ganaron muchos rebotes o segundas jugadas; también, pelotas divididas que perdíamos siempre. Ellos se fueron agrandando con eso y generaron un par de situaciones. En el segundo tiempo, Luis (Ojeda) respondió muy bien y pudimos ganar, que era lo que más queríamos. Era cuestión de definirlo, lo que más deseábamos era eso; pero el arquero o alguna pelota que tiramos afuera no lo permitió.
—Es así, ¿no? Ganar es lo más importante.
—Sabemos que este equipo puede dar mucho más, pero perdimos muchas pelotas que no se pueden perder. Eso hizo que Olimpo manejase la pelota y que nosotros especuláramos bastante; una vez que la conseguimos, jugamos mucho mejor. Cuando las cosas no salen como uno quiere, también es bueno meter y poner, lo que se llama tener actitud. Contra Olimpo lo hicimos y sacamos un resultado positivo, más allá de que no hayamos mostrado un buen juego. Ahora hay que seguir sumando porque, si no es así, no sirve de nada, porque los da arriba suman, y si vos perdés puntos, se te alejan. Éste era el partido para prenderse otra vez, ahora hay que ir a Buenos Aires para conseguir lo mismo.
Continuando con el mismo tema, Pereyra señaló: “No siempre se puede hacer lo que uno quiere, el rival también juega. Todos desearíamos manejar el partido como queremos; sin embargo, a veces, no se puede. Olimpo tiene buenos jugadores, por eso nos costó agarrarle la mano, pero, una vez que pusimos el balón en el piso y dejamos de tirar pelotazos, la cosa cambió.
—¿En qué se basó la charla del técnico en el entretiempo?
—Más que nada en sacarnos la modorra que teníamos, para no perder más las pelotas que perdimos en el primer tiempo, que fueron más que las que nos quitaron en lo que va de la segunda rueda. Por eso, en cada jugada fuimos a cada pelota como si fuese la última.
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