Junio de 1991, penúltima fecha del primer Clausura de la historia. El fútbol argentino había tenido su experimento en la temporada 88-89 de definir los partidos que terminaban empatados, por penales. Fue el año del ascenso de Unión. La temporada 89-90 le dijo adiós momentáneamente a los torneos largos. Y la 90-91 recibió por primera vez a la mejor estructura que tuvo el fútbol argentino y que se mantuvo durante un largo tiempo: 20 equipos en Primera y dos torneos (Apertura y Clausura) de 19 fechas cada uno. Posibilitó, entre otras cosas, que varios equipos de los denominados chicos pudieran coronarse campeones. Y además, un sistema competitivo justo y parejo: todos los equipos recibían y visitaban al resto, sin darse lo que ocurre en la actualidad, donde a veces pasan años en los que un equipo pasa años sin jugar en determinada cancha.
Mirá tambiénSe confirmó la fecha del debut de Unión por Copa Argentina 2023: cómo le fue en esta instanciaVolvamos a lo que pasaba en aquella oportunidad. Al plantel lo había armado Mario Zanabria, quien a las pocas fechas de iniciado el Apertura 90 decidió renunciar a pesar del pedido “a gritos” de jugadores y dirigentes para que se quede. Fue en un partido en La Plata ante Estudiantes, que Unión perdió por la mínima diferencia y jugando bien. ¿Por qué viene al caso este recuerdo?, porque justamente la dupla técnica que conducía a Estudiantes era la que integraban Humberto Zuccarelli y Carlos Trullet, que habían dejado hacía pocos meses de dirigir a Unión luego de ascenderlo en el 89 y de mantenerlo en Primera sin sobresaltos en la temporada siguiente.
¿Qué hizo Unión?, fue a buscar a Trullet, que se hizo cargo del equipo en su primera experiencia en soledad en la máxima categoría. Y fue así que, con sobresaltos, Unión intentó sortear escollos con un objetivo bien definido: la permanencia en Primera.
En el Clausura, la lucha se planteaba con Lanús y con Chaco For Ever. Unión había logrado vencer a Argentinos Juniors como local por 3 a 1 con dos goles de Toresani y uno de Víctor Rogelio Ramos, un delantero que estaba en el ocaso de su carrera luego de haber sido un gran goleador con la camiseta de Newell’s y que a Unión le rindió de buena forma: hizo 14 goles en toda la temporada, una cifra que hoy se convertiría en “oro en polvo” para este plantel del Gallego Méndez.
Esa había sido la última victoria, hasta que llegó una sucesión de empates. 1 a 1 con Huracán (gol de Ramos), 1 a 1 con Estudiantes (gol de Walter Cometto), 0 a 0 con Independiente, 2 a 2 con Chaco For Ever (goles de Dante Fernández e Ingrao), 1 a 1 con River (gol de Ingrao), 0 a 0 con Rosario Central y 1 a 1 con Gimnasia y Esgrima La Plata (gol de Ingrao). Luego vino la derrota con Ferro por 2 a 0 y dos empates consecutivos: 2 a 2 con Vélez (goles de Ramos y Dante Fernández) y 1 a 1 con Deportivo Español (gol de Dante Fernández).
Hasta que llegó el 29 de junio de 1991. El 15 de Abril estaba repleto, Unión necesitaba la victoria para asegurar la permanencia y el Lanús de Miguel Angel Russo también debía ganar para mantener chances de permanecer en Primera. Trullet puso en cancha a Bartero; Leguizamón, Sciacqua, Tomé y Armando; Rabuñal, Ingrao, Cabrol (luego reemplazado por Llane) y Talarico; Víctor Ramos (sustituido por Walter Cometto) y Dante Fernández. Lanús tenía buenos jugadores: Ojeda; Fabián Cordero (reemplazado por Gurrieri), Agüero, Kuyunchoglu y Pla; Bernuncio (Monje), Fabián García, Cañete y Angelello; Alonso y Villagrán.
Mirá tambiénEn Unión ya se cambió al DT; ahora hay que cambiar la cabezaEl primer tiempo de Unión fue excelente y ganaba 3 a 0. Parecía que la tarde iba a ser holgada, tranquila y de puro festejo. A los 45 minutos Cabrol, a los 27 minutos Víctor Rogelio Ramos y a los 45 minutos Fabio Talarico (actual ayudante de campo del Gallego Méndez), ponían el 3 a 0 con el que se fueron al vestuario bajo el delirio de la multitud que llenó por completo el 15 de Abril, en esa soleada tarde de domingo.
En el complemento, dos goles de Guillermo Domingo Alonso (un grandote que jugaba de centrodelantero y la metía), puso el partido 3 a 2 a los 13 y 20 minutos. Faltaba muchísimo para el final y el jolgorio del entretiempo se convirtió en dramatismo futbolero en esa parte final del encuentro.
Hace unos días recordaba ese partido con Fabio Talarico, actual integrante del cuerpo técnico de Sebastián Méndez, quien fue una de las figuras esa tarde. Y no sólo que tenía claras imágenes de lo que había pasado, más allá de los casi 32 años transcurridos, sino que también se le vinieron a la mente las dudas que hubo a partir del segundo gol granate.
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