Alberto “Nene” Sánchez | asanchez@ellitoral.com
Con un gran cabezazo de Soldano apenas empezó el segundo tiempo, Unión derrotó a Independiente y clasificó para jugar el certamen internacional por primera vez en su historia. El 15 de Abril culminó el torneo invicto.
Alberto “Nene” Sánchez | asanchez@ellitoral.com
Hace un par de días escribí en estas páginas que si Unión no clasificaba a la Copa Sudamericana del año que viene iba a ser una gran injusticia. En el mismo comentario, y aunque resulte paradójico, también opiné que si no lo hacía podía titularse como un “fracaso”, aunque lo hice fundamentando detalladamente la razón.
Ahora, con el resultado puesto, y sobre todo con el objetivo logrado, puedo decir que se hizo justicia. Que tras ganarle 1 a 0 a Independiente con el gol de Franco Soldano, Unión clasificó a un certamen internacional por primera vez en su rica historia de 111 años, y que lo logró en base a lo que mostró durante toda La Superliga: regularidad, inteligencia y corazón.
No estaría mal hacer un poco de memoria. Leonardo Madelón llegó el año pasado a un Unión herido de muerte tras la malísima campaña de un tal “Pomelo” Marini, que dejó al equipo con uno de los promedios más bajos y con un plantel hecho “pelota” desde lo anímico.
Pero claro, se trata de Madelón, y se sabe lo que significa ese apellido para Unión. Llegó otro apellido ilustre para la entidad de la avenida: Zuccarelli. En este caso Martín, el hijo del gran Humberto, para cumplir una función, la de manager o secretario deportivo, como se le quiera llamar, y empezaron a “laburar”.
Objetivo primordial: sumar puntos en la flamante Superliga para “engrosar el promedio” y así escapar de una zona en la que Unión, por historia, no merecía estar.
Para eso había que llevar a cabo dos cosas fundamentales: conseguir jugadores y levantar el ánimo de los que habían quedado, y para eso se pusieron manos a la obra el cuerpo técnico de Madelón y Martín Zuccarelli.
Haciendo un repaso por los integrantes del plantel que terminaron la Superliga, entre los “nuevos” y los que quedaron del torneo anterior, podemos nombrar a: Nereo, Martínez, Gómez Andrade, Bottinelli, Balbi, Zabala, Acevedo, Mauro Pittón, Fragapane, Gamba, Soldano.
Sí, leyó bien. Salvo Martínez, que por lesión fue reemplazado por el juvenil Blasi, es el equipo que le ganó a Independiente. A ellos se les puede sumar Bruno Pittón, De Iriondo, Vitale, Rodrigo Gómez; y los pibes Blasi, Bracamonte y Gallegos. Con eso, sólo con eso, Madelón y compañía se arreglaron para cumplir un sueño.
Porque a aquel objetivo primordial, logrado a mitad de torneo, se le sumó otro: ¿por qué no soñar con entrar a un certamen internacional? Y mientras Unión sumaba para “engrosar el promedio”, se mantenía entre los que clasificaban a la Libertadores. Lo hizo durante varias fechas. Luego, un par de resultados negativos lo metieron en la Sudamericana y recién faltando tres o cuatro fechas salió de ese lote y comenzaron algunas dudas.
Por eso se llegó a la última fecha con la obligación de ganarle a Independiente para clasificar sin depender de otros resultados. Con una “linda presión”. Y lo logró. ¿Cómo lo hizo?, jugando de la manera en que lo hizo todo el campeonato, con regularidad, inteligencia, sabiendo lo que debía hacer. Respaldado por un técnico que se animó a cambiarles el “chip” a todos. Primero para sumar puntos urgentemente, y luego para tratar de lograr lo que nunca se había logrado.
¿Y quién otro que Leonardo Carol Madelón podía hacerlo? Bien podría llamarse a éste como el “Madelonazo II”. A aquel del 89 como jugador, le sumó éste como entrenador. Dos grandes hitos de la historia tatengue logrados por el mismo hombre, Madelón será, con el paso de los años, y eternamente, un apellido ilustre en la vida de Unión.
El Tate logró que el sueño de miles de hinchas se haga realidad: jugar un torneo internacional. Lo hará en 2019, 30 años después de 1989. Jugará la Copa Sudamericana, gracias a la cabeza de Soldano para el 1-0 sobre Independiente, y gracias a la cabeza de “Leo” Madelón, y no hace falta aclarar la razón.
Bajo la lupa
Fernández (6): Si bien no tuvo mucho trabajo, no se equivocó nunca y fue importante para mantener el cero cuando atajó un cabezazo de Romero en el primer tiempo.
Blasi (6): Jugó un buen partido el juvenil lateral. Hizo olvidar por completo a Martínez, y de yapa, le puso la pelota en la cabeza a Soldano para que haga el gol.
Yeimar (7): Una verdadera muralla el defensor colombiano. Sobre todo cuando Holan mandó a la cancha todo su potencial ofensivo, sacó todo, de abajo y de arriba.
Bottinelli (6): También redondeó un muy buen partido. Al principio con algunas dudas, pero terminó siendo un baluarte. Su experiencia fue fundamental en todo el torneo.
Balbi (5): Fue de menor a mayor. Con algunos inconvenientes en la marca, algo que solucionó en el segundo tiempo. Su pegada de zurda fue importante en las pelotas paradas.
Zabala (5): Jugó un interesante primer tiempo, pero Madelón decidió reemplazarlo promediando el complemento para que entre De Iriondo cuando el uruguayo estaba extenuado.
Acevedo (5): Terminó el campeonato con lo justo físicamente y eso se notó. No estuvo muy preciso con la pelota y no gravitó como lo hace siempre. Igual se las arregló para pelear en la mitad de la cancha.
Mauro Pittón (6): Como siempre, un motorcito que no para. Rinde regularmente desde principio a fin. Su trabaja quizás no se vea, pero seguramente sus compañeros sentirán su importancia.
Fragapane (6): En la etapa inicial fue el que más cerca estuvo del gol pero en una Campaña se la atajó y la otra se fue afuera por muy poco. Finalizó el torneo siendo un jugador importante para el equipo.
Gamba (6): En el primer período fue el hombre a quien se lo buscó siempre para llenar el área de centros que no fueron aprovechados. En el segundo se tuvo que ir porque volvió a sentirse las costillas.
Soldano (8): El héroe de la noche. Hasta su gol, el que le dio la clasificación a Unión, no había gravitado, pero su tenacidad a lo largo de todo el certamen tuvo su premio, merecido por cierto.
De Iriondo (5): Ingresó por el cansado Zabala para jugar junto a Acevedo con Mauro Pittón de “8”. Cumplió en un momento del “caliente” del partido.
Gallegos (5): Reemplazó al lesionado Gamba pasada la media hora del segundo tiempo. No tuvo demasiado contacto con la pelota porque Independiente era el equipo que buscaba el empate.
Bracamonte (-): Sólo 11 minutos en cancha para darle un poco de aire al mediocampo, pocos minutos para poder calificarlo.