* 1) EL RITMO VERTIGINOSO QUE LE IMPRIME MUNÚA AL EQUIPO. Es un rasgo que lo distingue. A veces sale (como el domingo ante Banfield) y otras veces cuesta un poco más (como ante Platense y Atlético Tucumán). Es un equipo vertical, directo y que no escatima velocidad a su ritmo, aunque eso lo lleve a asumir riesgos, a cometer errores y a pecar de impreciso.
* 2) EL TRABAJO COORDINADO A LA HORA DE PRESIONAR AL RIVAL. Una consecuencia de lo primero, es la capacidad que tiene Unión para presionar al rival, ahogarlo y no darle espacios suficientes. No siempre sale a apretar arriba; a veces espera y eso le permite contar con espacios para la réplica, a manera de contragolpe, que también se convierte en un arma interesante de ataque. El vértigo y el paso rápido por la mitad de la cancha lo lleva, inexorablemente, a ser un equipo que no se preocupa ni se esmera demasiado en la tenencia de la pelota. De hecho, en la mayoría de los partidos -salvo excepciones- tuvo menos la pelota que el rival, pero salió airoso en el resultado final.
* 3) ES UN EQUIPO QUE NO LE MARCAN MUCHOS GOLES PERO QUE TAMPOCO SE DESTAQUE POR HACERLOS. Hasta existe paridad en ese aspecto. Supo mantener la valla en cero en varios partidos (River, Atlético Tucumán, Talleres, Platense y casi lo consigue ante Banfield). Esto tiene su lógica en el buen rendimiento defensivo, donde todos trabajan para la recuperación de la pelota. Arriba, los goles convertidos también fueron pocos. Ganó varios partidos por la mínima diferencia y recién pudo encontrar un poco más de gol ante Banfield (fueron dos), aunque con uno de ellos señalado en contra (Lollo) por un rival. Ha creado situaciones en un número interesante, pero hubo partidos en los que no se destacó por la eficacia.
* 4) ES UN EQUIPO QUE ABRE BIEN LA CANCHA. Su juego por los laterales es muy interesante. Por izquierda parece tener algunas variantes más trabajadas, porque por allí casi siempre jugaron Corvalán y Gastón González. Incluso, Corvalán está mostrando en este torneo algunas virtudes que no siempre tuvo, como las de llegar bien hasta el fondo y hasta pisar el área con alguna chance cierta de convertir. Por derecha, ahora con Brítez y el despliegue incesante del Pajarito Juárez, tuvo un arranque impetuoso ante Banfield que lo condujo al gol de pelota quieta, otro de los elementos para destacar, sobre todo por el buen juego aéreo de varios jugadores (ejemplo, Calderón).
* 5) EL LIBRETO Y LA LLAVE MAESTRA. A diferencia de Azconzábal, su antecesor, Munúa le ha dado normalidad y naturalidad al equipo. Puede retocar con algunos nombres que entran o salen, pero está claro que ha encontrado una base titular más allá de que siempre destaca el grado de competitividad interna que tiene su plantel. Está clara y aprehendida la identidad y el estilo de juego. Munúa intentó algo distinto ante Sarmiento, no tanto en la actitud sino en la posición de algunos jugadores y en la manera de atacar (Juárez por izquierda y Peñailillo por derecha fue un experimento que no le funcionó), pero enseguida volvió a las fuentes y corrigió. Su llave maestra ha sido Jonathan Álvez, un delantero fuerte, sólido, generoso en el despliegue y que hizo goles que le valieron triunfos al equipo. A él se apunta cuando hay que salir con una pelota larga desde el fondo o cuando llega el desborde profundo por los costados. Si bien hay jugadores que están en un buen nivel, el más peligroso de todos es este uruguayo que llegó de manera impensada a Unión (por su cotización) y que se ha ganado un lugar en el corazón del hincha.
Para jugar el clásico: Mele; Brítez, Calderón, Polenta y Corvalán; Juárez, Nardoni, Portillo y Gastón González; Álvez (hasta aquí los diez que estarían definidos) y la duda se plantea entre Luna Diale, Machuca y Peralta Bauer para completar el once titular para el encuentro ante los sabaleros.