Un desempeño individual sin jugadores que descollaron
El "Cuqui" bien, algo de los de atrás y poco más que decir
El uno a uno de Unión estuvo a la altura del equipo. Jugó mejor en Bahía, perdiendo, que en Santa Fe, empatando. Faltó claridad para entender un partido que Bahía programó como si fuera un equipo de cualquier país, menos brasileño.
El "Cuqui" bien, algo de los de atrás y poco más que decir
¿Era el partido que esperaba Unión?, ¿Bahía hizo lo que Azconzábal suponía que iba a hacer? No pareció un equipo brasileño. Planteó un partido de 180 minutos y sabiendo que los primeros 90 lo ganaba, jugó el "segundo tiempo" de 90 minutos achicando espacios de mitad de cancha para atrás y jugando de contragolpe. Le salió bien, pero sobre todo porque Unión no terminó de encontrar el camino correcto para complicarlo. Había que abrir la cancha, desbordar por afuera, intentar con la gambeta, generar algún tiro libre cercano al área (tuvo uno solo en todo el partido) o buscarse los espacios entrando y saliendo permanentemente. Se le hizo complicado. Tuvo la pelota y el terreno, pero no supo muy bien qué tenía que hacer.
Moyano (5) tuvo poco trabajo, pero en el primer tiempo salió otra vez a destiempo en una jugada de Gilberto por el costado izquierdo del área, quedó en el camino y tuvo a su favor una resolución fallida del veterano y capacitado delantero brasileño, que remató en forma desviada.
En el fondo, Vera (6) jugó de extremo, pasando más tiempo en el terreno de Bahía que en el de Unión. Desbordó en algunas ocasiones, tiró algún caño y metió centros que generalmente fueron a la cabeza de los defensores rivales o del mismo arquero. Es un aspecto sobre el que tendrá que trabajar, tanto él como Gerometta. Tienen un juego interesante, pero les falta agregar un buen final.
Blasi (6) empujó al equipo, jugando al borde de la expulsión, dejando todo en la cancha, con una entrega encomiable más allá de la desesperación o de los defectos técnicos. Jugó por la camiseta. Hacía mucho que no se veía a un jugador tan desbordado frente a lo que, entendía, era una gran injusticia.
Manuel Fabatía Blasi fue uno de los más exaltados por la pésima actuación del colombiano Ospina. En esta ocasión, le va a protestar al línea por haber anulado el gol.
Blasi fue uno de los más exaltados por la pésima actuación del colombiano Ospina. En esta ocasión, le va a protestar al línea por haber anulado el gol.Foto: Manuel Fabatía
Su compañero de zaga, Galván (6), fue el lanzador que tuvo el equipo desde el fondo. La idea fue que metiera cambios de frente y lo hizo con exactitud en muchas jugadas. Arrancó algo complicado con Gilberto, pero fue mejorando a medida que pasaron los minutos.
Quizás haya sido Corvalán (5) el más flojo, aunque estuvo tres veces a punto de convertir. En el primer tiempo, tiró con derecha una pelota por arriba del travesaño después que la peinara un rival; después, en el complemento, un cabezazo fue desviado en forma brillante por Douglas y en el final le anularon un gol por posición adelantada.
En la mitad de la cancha, Nardoni (4) no tuvo un buen partido, falló en muchas, acertó en pocas y terminó con pocas piernas por lo que Azconzábal lo terminó reemplazando. Leyes (4) también tuvo un flojo partido, impreciso con la pelota y permaneciendo demasiado tiempo en la cancha. Era un cambio que debió hacerlo mucho antes.
Otro que estuvo ausente fue Carabajal (4). No tuvo una posición fija arrancando del medio hacia la izquierda, como los antiguos número 10. Estuvo más libre, rotando por todo el frente de ataque. No se lo vio bien, cometió errores técnicos que no son habituales en un jugador de su jerarquía, le faltó gravitación y claridad.
Arriba, Márquez (6) fue de lo mejor que tuvo Unión. Ganó mucho de arriba, sobre todo peinando pelotas que llegaban desde el arco o desde el fondo tatengue, jugó bien de espaldas y tuvo una ocasión de cabeza en el segundo tiempo, después de un córner. Quizás no fue tan desequilibrante adentro del área, pero futbolísticamente fue el único jugador de Unión que mostró seguridad y capacidad para manejar la pelota.
Por los costados, Luna Diale (4) alternó algunas buenas con muchas en las que no pudo prevalecer por velocidad y terminó cometiendo una infracción que el VAR lo condenó a recibir la roja. Fue en una maniobra muy parecida a una anterior que no fue medida con la misma vara por el pésimo árbitro colombiano. El pisotón de Paraiba fue exactamente el mismo que el de Luna Diale. Para el colombiano, uno fue para roja y el otro para amarilla.
Falta Zenón (5), que arrancó bien, abriendo la cancha por izquierda y, al igual que Vera por derecha, desbordando y tratando de meter centros al corazón del área. Fue de mayor a menor. El cansancio físico se fue sintiendo a medida que pasaron los minutos y Azconzábal decidió sacarlo en el entretiempo. ¿Estaba para salir?, ¿fue algo planificado teniendo en cuenta que Zenón había jugado gran parte del encuentro en Avellaneda ante Racing?. Lo puso a Esquivel (5), que no abrió suficientemente la cancha como lo hacía Zenón, sino que buscó más por el medio, sumándose a una circulación de pelota que se hizo densa, por momentos, en el segundo tiempo, tratando de hacerla correr hasta que apareciera algún espacio para complicar, algo que Unión no supo desnudar frente a un equipo que no dio nunca la sensación de ser sólido atrás, pero al que Unión no le pudo marcar un solo gol.
Cabrera entró bien, pero tarde. Le costó cuatro o cinco minutos hasta que se metió en el partido. Se abrió por derecha y los últimos 8 o 10 minutos, más el descuento, fue desequilibrante. La primera pregunta es saber por qué no jugó de arranque; la segunda es saber por qué Azconzábal lo puso faltando quince minutos. Es un cambio que debió hacerse, al menos, diez minutos antes. O más.
García no entró bien. Necesitaba que le metieran centros. Llegaron algunos pelotazos frontales y pocas pelotas que se proyectaran desde los costados. No fue preponderante. Gastón Comas jugó poco, pero casi convierte. Recibió una pelota desde una posición inmejorable, cerca del área chica, y en lugar de buscar colocarla en algún hueco visible, le dio fuerte y el balón cruzó todo el arco. Gastón González, que es centrodelantero, se movió del medio hacia la izquierda. Puso empeño, voluntad, pero no pudo modificar demasiado ese final desesperante de Unión, buscando como sea la llegada de un gol salvador que pudiera darle una chance, al menos, desde el punto del penal.
En ese rendimiento individual, habría que agregarlo al técnico. Azconzábal demoró los cambios otra vez, tuvo algunas decisiones que resultaron polémica y otras que no le dieron resultado. A la luz de lo que pasó, no se entiende el por qué de la salida de Cabrera del equipo titular, de algunas modificaciones y de algunos jugadores que estuvieron más tiempo en cancha de lo que debieron estar. No hizo un buen partido. Fue mejor lo que Unión mostró, perdiendo, en Bahía que lo que Unión dio, empatando, en el 15 de Abril. Una pena. Era un rival ganable. No se pudo -o no se supo- aprovechar.