(Enviado Especial a Santa Cruz de la Sierra)
Con un equipo “muletto”, cambios sorpresivos de Munúa y una actitud positiva, Unión fue torazo en rodeo ajeno y le ganó 3 a 1 a Oriente Petrolero. La diferencia pudo haber sido mayor. Calderón, Roldán y Juárez, los goles. Dorrego intentó ponerle pimienta al final con un golazo de tiro libre.
(Enviado Especial a Santa Cruz de la Sierra)
Era una “final”, Así lo exigían las circunstancias. No quedaba otra que rescatar afuera lo que no se había podido lograr adentro, o sea, la victoria. Y era justamente afuera del país, en una copa internacional y en una condición, la de visitante, que viene siendo esquiva para Unión. Munúa lo planificó desde la sorpresa. Cambió medio equipo, puso jugadores frescos y sacó a algunos que nadie imaginaba que iba a sacar. Le salió muy bien.
Al estilo Unión, iban tres minutos cuando Franco Calderón –que siempre gana una de arriba en el área de enfrente- metió un cabezazo impecable que dejó sin chances a Quiñones. Fue la frutilla del postre de un comienzo a toda orquesta de Unión, que casi se atraganta con un cabezazo de Guaycochea que se fue afuera cuando Moyano hacía vista.
Este equipo que paró Munúa, con un evidente propósito: refrescarlo con jugadores que llegaron más descansados, le dio la razón en esa parte inicial. Fiel a ese estilo de imponer ritmo desde el arranque, no sólo llegó al gol sino que dominó el partido. Roldán se paró al lado de Nardoni, Zenón fue a la izquierda, en tanto que Bucca y Peralta Bauer fueron los dos más adelantados, aunque con suficiente movilidad para escapar de la marca y la asfixia de los defensores rivales.
El 4-2-3-1 quedaba muy bien dibujado cuando el equipo perdía la pelota y debía pararse para recuperarla. Nunca exagerando el retroceso y siempre preparado para volver a atacar.
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Los pelotazos largos a espaldas de los centrales parecían convertirse en una tentación. Tanto Bucca como Machuca tuvieron dos opciones que no terminaron de aprovechar, pero que fueron muy claras. Y quizás la más propicia fue la de Peralta Bauer, quien habilitado por Bucca encaró solo pero terminó rematando, apresurado y no bien perfilado, por encima del travesaño.
Era más Unión, salvo por un “balinazo” de Rojas que encontró bien parado a Moyano. Pero Unión tenía más ideas, jugaba de igual a igual y nunca cometió el error en ese primer tiempo, de replegarse y dejar que el rival se agrande. Interesante lo de Zenón, sobre todo en el segundo tiempo, interesantísimo el partido de Roldán y si bien los de arriba tenían lagunas y altibajos, supieron generar algunas situaciones que terminaron siendo menos peligrosas de lo que insinuaban.
Fue bueno lo del primer tiempo. El plan de Munúa se fue consolidando por algunos rendimientos individuales interesantes y hasta quedó la impresión de que con algo más de precisión, se podría haber aumentado ese marcador exiguo con el que se fueron al descanso, en medio de gritos hostiles contra el arbitraje de Marlon Vera.
Quedaban aspectos para corregir en el segundo tiempo, uno de ellos el de mejorar en la marca por el sector de Esquivel, donde algunas pelotas largas complicaron demasiado. Pero la incertidumbre que generaba el equipo muletto de Munúa, quedaban a salvo. Incluso, el arranque del segundo tiempo casi le brinda la chance a Peralta Bauer, en una pelota que alcanzó a manotear Quiñones para enviarla al córner.
Cuando Machuca recibía y enganchaba hacia adentro, resultaba prácticamente imparable. Lo propio ocurría con Zenón. Y Unión marcaba diferencias de nivel ante un rival que no podía disimular sus limitaciones y carencias.
Y como si los cambios que hizo para afrontar el partido, desde el arranque, no le hubiesen sido suficientes, Munúa metió cuatro cambios de una. Entraron Polenta, Juárez, Corvalán y Portillo a los 11 minutos del segundo tiempo. Línea de cinco atrás, cuatro volantes en línea y Peralta Bauer arriba. Un planteo netamente contragolpeador con un fuerte resguardo defensivo. Así se planteó desde el cuarto de hora del segundo tiempo en adelante.
Y todo salió a pedir de Munúa, porque Peralta Bauer –de buen partido- recibió la pelota luego de un rebote y definió con gran soltura y calidad, de zurda y a un costado del arquero boliviano. Negocio redondo y concretado.
El partido pudo haber terminado con una diferencia mayor a favor de Unión. Entre sus aciertos y, sobre todo, los tremendos errores del rival, totalmente desdibujado a partir del segundo gol, se sucedieron situaciones muy claras que debieron aumentar las cifras finales.
Quedó un último cambio para que vuelva a tener minutos Peñailillo, reemplazando a un Zenón que demostró ser un jugador que está en condiciones de ser una excelente alternativa para el momento en el que Unión tenga que reemplazar definitivamente a Gastón González. El golazo de tiro libre de Dorrego achicó cifras que debieron ser más amplias para Unión. Pero el Pajarito Juárez se encargó de poner justicia, en una jugada en la que hubo un gran mérito de Peralta Bauer, con mucho sacrificio y solidaridad durante todo el partido.