Disgusto en Unión con el arbitraje y a jugar con un rival que viene descansado
La visita a la Bombonera, más allá de una derrota que podía darse por la envergadura del adversario, dejó mucha bronca en el plantel y el cuerpo técnico. Hay que dar vuelta la hoja porque el martes recibe a Defensa.
Disgusto en Unión con el arbitraje y a jugar con un rival que viene descansado
No se hizo mucho hincapié en eso, pero todo Unión quedó disgustado con el arbitraje de Falcón Pérez. Se reconoce que el equipo no marcó bien en la pelota quieta y que hay una natural diferencia de jerarquía que en algún momento aflora, pero el hecho de jugar casi una hora con un jugador menos es una ventaja que se nota contra cualquier rival y máxime cuando enfrente está Boca, en su cancha y con 40 o 45.000 hinchas alentándolo.
¿Qué se dijo?, que el árbitro se apresuró en la roja a Calderón, que el grito de Cavani impresionó a todos, que fue justamente delante del banco de Boca y que el árbitro podría haber aplicado una amonestación y verificar la jugada en el caso de que el VAR lo llamase.
Pero lo que molestó también, es que en el segundo tiempo se produce una acción similar de Merentiel en perjuicio de Paz y Falcón Pérez no emplea la misma vara. Y justamente es ante Boca, el mismo rival que en aquél partido del 15 de Abril por el torneo de la Liga Profesional fue beneficiado por esas líneas de muy “dudosa” exactitud que se tiraron en el gol que se le anuló a Corvalán en el arco de la redonda.
Una hora con un jugador menos es otorgar una ventaja apreciable y decisiva ante algunos rivales. Condiciona el trámite del partido y complica los objetivos. Aún así, la respuesta del equipo fue satisfactoria en lo que faltaba del primer tiempo. Unión perdía en una jugada muy finita pero en la que no se puede ignorar que hubo un error defensivo (vaya a saber uno si de concentración o qué) lo cuál le permitió a Boca capitalizar dos cabezazos adentro del área para conseguir la ventaja inicial cuando sólo se jugaban 6 minutos del partido.
Unión cayó por 2 a 1 ante Boca en La Bombonera. Crédito: Télam
“Estos partidos, ante Boca, perdiendo y con un jugador menos a los 30 del primer tiempo, terminan por tres o cuatro goles de diferencia. Y eso no pasó”, dijo el Kily después del partido. Tiene razón. Allí estuvo otro aspecto para rescatar del equipo. Fue menos que Boca, lo dominaron en el segundo tiempo e inclinaron el partido hacia su propio arco, pero lo de Unión fue muy digno planteando un partido de igual a igual en el primer tiempo, empatándolo sobre el final de esa etapa y tratando de sostener algo que todos sabíamos que iba a ser muy complicado.
El Kily fue viendo de qué manera podía mantener con cierta paridad el trámite sacando a aquellos jugadores que veía cansados. Algunas decisiones no se comparten demasiado. Por ejemplo, las salidas de Roldán y Luna Diale, justamente los que habían armado una muy buena jugada en el gol del transitorio empate. Sólo el hecho de verlos sin la reacción suficiente, en lo físico, puede argumentar la salida de ambos jugadores. No hay otra explicación. Y no hubo tampoco una adecuada respuesta de los que fueron ingresando. Banega y Del Blanco, por ejemplo, no pudieron ayudar a Mosqueira para que Boca no lo meta atrás al equipo, ni tampoco Orsini y el Rayo González lograron armarse de espacios y posibilidades para capitalizar la vía del contragolpe, que evidentemente fue la elegida por Unión en ese segundo tiempo de dominio de Boca (y justificación de la victoria final).
Perder este partido era una posibilidad. Y hasta me animo a decir que podía estar dentro de la lógica, teniendo en cuenta que Almirón había optado por poner a casi todos los jugadores con los cuáles irá al Maracaná a buscar la séptima Libertadores. Pero queda la duda, casi la bronca, de no saber qué podría haber ocurrido si es que a Unión no lo dejaban con diez jugadores con una hora de tiempo por jugarse.
Boca se aprovechó de la circunstancia para manejar el partido con una mayor comodidad. Capitalizó los errores que aparecieron en un sistema defensivo tatengue que venía teniendo regularidad. Allí apareció la jerarquía que no le falta para ganar un partido que se le pudo hacer más cuesta arriba. Unión aguantó todo lo que pudo. Era demasiado tiempo para sostener la hazaña de llevarse al menos un punto de una Bombonera repleta y festiva por lo que se le viene a Boca en noviembre.
Otro tema que tampoco pasó desapercibido: la desigualdad en el tiempo de descanso entre Unión y su rival del martes. Defensa y Justicia jugó el lunes y Unión el viernes. Hay ocho días de descanso entre el partido que jugó Defensa y su visita a Santa Fe, mientras que Unión tiene tres días y vuelve a jugar. El desorden de la grilla de partidos, con encuentros casi todos los días de la semana por la fecha Fifa y también por las elecciones de este domingo.
Para este partido con Defensa y Justicia, otra vez no podrá contar con Franco Calderón, como ya pasó en el partido con Platense (por decisión del entrenador para preservarlo para el clásico), en el encuentro con Sarmiento (había llegado a las cinco amarillas) y ahora, que fue expulsado y habrá que ver cuál es el informe final del árbitro por la roja directa. Franco Pardo volverá a ser su reemplazante, tal cual ocurrió en esos partidos en los que Calderón no pudo estar.