Éste viernes hubo un encuentro de ex jugadores de Unión. Grandes y queridos ex profesionales tatengues se reunieron para compartir un asado en Solares del Sur, lugar reservado por Cacho Escobar. Con Julio Werro, como "administrador del grupo", se fueron sumando a la cena otros que aparecieron en tiempo de descuento. Contaron anécdotas, hablaron del fútbol actual de Unión, de la Selección, de Messi, de los grandes, de los que ya no están y de los que tienen sentido de pertenencia con la camiseta tatengue. El pasado, el presente y el futuro, fueron los puntos salientes de la charla. En algunos casos se habló de los sucesores de los que pintan para grandes cosas; los talentosos, de los jóvenes que se comparan con aquel papá que formó parte de la rica historia de Unión.
"Yo nací en Santo Tomé, me he criado en el barrio Iriondo y hoy sigo viviendo en el mismo lugar. De chico jugábamos al fútbol en la calle y un buen día fiché para Gimnasia y Esgrima de Ciudadela y después me fue a Atenas, estaba más cerca de mi casa. Más tarde pasé por Newell's de Rosario y me llegó el llamado de Unión donde pasé los momentos más lindos de mi vida como deportista. Desde siempre sentí esa pasión y hoy disfruto de lo que me fue dejando el fútbol: amigos, encuentros, abrazos, alegría y grandes e interminables charlas. Lo del último encuentro me llena el alma. Queres abrazar a todos y volver a contar, una vez más, todo lo lindo que pasamos juntos en Unión. Las historias de lo vivido parecen no tener fin", detalló Charly Cometto, un apasionado del fútbol tatengue.
Mirá tambiénEl sub 17, con un arquero de Unión, viajó al Sudamericano de EcuadorLa iniciativa fue de Julio Werro, otro de los chicos mimados del club tatengue. Como jugador fue tan importante como muchos que los que vistieron la camiseta de Unión. "Fue una noche inolvidable la que vivimos éste viernes. La verdad que con algunos de los presentes hacía mucho tiempo no nos veíamos. Hubo tanto para hablar que no nos alcanzó el tiempo. El rostro de felicidad de cada uno era moneda corriente. Llegado el momento de las anécdotas, Darío Tomadín nos hizo reír toda la noche cuando contó que Daniel Silguero lo llamó para que, desde el banco de suplentes, haga su ingreso en reemplazo de un compañero. En ese momento se puso la camiseta e ingresó con las órdenes del entrenador y una vez ubicado en el campo de se dio cuenta que había ingresado con zapatillas lo que le hizo pasar vergüenza ante la multitud. Así y otras tantas historias nos permitió pasar una gran noche que seguramente se repetirá en un tiempo prudencial, no tan lejano", contó Julio Werro.
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