"Titi" Catinot: "Me gusta Unión y me siento identificado con el Kily González"
El ex jugador y entrenador de Unión estuvo invitado en Café con Fútbol y señaló también que "para jugar al fútbol, hoy, hay que tener muchas agallas". Su identificación con Aimar y el "fútbol salvaje" de otros tiempos que hoy no se observa.
"Titi" Catinot: "Me gusta Unión y me siento identificado con el Kily González"
¿Quién no recuerda en Unión al Titi Catinot? Fue aquél volante central aguerrido, que no le temía a nada y que luego se hizo cargo del equipo en tiempos difíciles. Hoy dirige a Libertad de Nelson desde hace un tiempo y siente que está como en su casa. Pero quizás en el fondo ansíe con seguir progresando y aportar su experiencia y sabiduría en otros niveles. Como no podía ser de otra manera, se siente identificado con el Kily González y con la forma de jugar que tiene hoy Unión. En muchas cosas, seguramente Ariel Catinot se ve reflejado adentro de la cancha.
-Vos fuiste uno de los "pibes de Leopoldo Luque"...
-Leopoldo nos promocionó, pero el que me hace debutar a mí es Jorge Castelli. Entro 6 minutos contra Temperley y debuto como titular contra Independiente. A mi no me importaba dónde y contra quién jugaba, no me fijaba en el entorno, yo entraba a juga a la pelota.
-¿En serio no te importaba contra quién jugabas o en dónde jugabas?
-Nunca me fijé en el entorno, ni le miraba la cara a los que jugaban en contra... Nosotros éramos todos desconocidos, así que imagináte cuando teníamos enfrente a jugadores de mucha jerarquía... Que en ese tiempo había de sobra.
-Sobre todo los enganches, ¿no?
-El que me volvía loco era el Negro Palma... Era muy inteligente, estaba un segundo adelantado a la jugada, tenía la cancha en la cabeza y sabía cuándo tenía que gambetear y cuándo largarla.
-¿Notás diferencias con el fútbol que antes jugabas en comparación con el actual?
-Antes había más espacios... Esos jugadores se extrañan... Yo lo sigo mucho a Aimar y él dice que se perdió la esencia, falta potrero... Y yo estoy de acuerdo con él... En el club, te enseñaban a tomar decisiones... Hoy, en la escuelita de fútbol ya te dicen lo que tenés que hacer y no te ofrecen ese "fútbol salvaje" del que habla Aimar... Nosotros a veces jugábamos sin camisetas, hasta sin arcos y eso te obligaba a tomar decisiones desde chico.
-Pero hoy noto que hay más intolerancia...
-¡La sociedad toda está intolerante...! Nos irrita cualquier cosa y el fútbol es la fiel realidad. Por más que seas pibe, la gente no perdona más a nadie... Se pide a los pibes, pero quisiera saber cuánto dura ese aguante de la gente cuando grita por los pibes... Hay que tener muchas agallas hoy para jugar al fútbol... Las redes sociales te liquidan, hay que cuidarse mucho más que antes, no se entiende que son seres humanos vestidos de jugadores de fútbol, se entrena mucho más, se corre mucho más...
-Y con ese panorama, ¿te gustaría o no jugar al fútbol hoy?
-¡Me gustaría...! Yo veo que a los jugadores de hoy les falta pasión... Yo voy a jugar al fútbol cinco y a veces veo algunos que juegan en serio diez minutos. Yo no, yo juego en serio la hora entera. Así era antes y así sigo siendo ahora...
-¿Dónde te sentiste más reconocido?, ¿en Unión o en Instituto?
-En Instituto... Yo le agradezco a la gente de Unión, porque se acuerdan de mí... En Instituto no fui ídolo, pero me sentí muy respetado y muy reconocido. Nos fuimos al descenso y fui uno de los pocos que se quedó y a eso la gente lo reconoció... Después se enojaron un poquito porque me fui a Talleres (risas).
-¿Y Unión?
-Unión fue y es mi casa... Unión me dio la posibilidad de formarme, de jugar en Primera... Soy un agradecido a todos, a los técnicos como Ramón Zanabria o Luis Sauco, el profesor Luis Di Paolo o dirigentes como Ovidio Gorosito que no voy a olvidar nunca... Unión, te repito, es mi casa. Lo que pasa es que en Instituto viví otras cosas.
-¿Es otro entrenamiento el de hoy?
-En mis tiempos, ibas a la pretemporada y los primeros 15 días no tocábamos la pelota... Ibamos a La Falda y ni quería mirar la montaña porque era subir y bajarlas... Nosotros no teníamos un plan de alimentación... Nos decían qué comer pero no había... Para nosotros, el postre era una cosa nueva... Lo que no cambió es que en la cancha son 11 contra 11.
-Y el VAR...
-¡Nos mata a nosotros, a los que vamos fuerte...! Antes, teníamos un permitido... Pero yo creo que a algunos se les permite y a otros no.
-¿Lo ves a Unión?
-¡Siempre...! Me gusta mucho el Kily, no lo ví entrenar nunca pero me gusta su manera de expresarse, la manera en que él mira y los jugadores lo miran... Me siento identificado... Nadie mezquina sacrificio, a veces se sobrepasan por querer hacer las cosas bien, son muy intensos y eso me gusta...
-¿Cómo ves el torneo argentino, que es muy distinto al que te tocó jugar en tus tiempos de jugador?
-Está todo muy equiparado y hay muchos vaivenes... Hay muchos equipos, no sé si eso es beneficioso pero entiendo que el negocio impera... Veo que a los equipos les falta estabilidad... En el fútbol nada te asegura nada y si hay una racha mala, hay que salir rápido para no caer en esos pozos depresivos... Fijate Gimnasia, parece otro equipo y con jugadores que por allí Madelón no los tenía en cuenta.
-¿Te ves reflejado por alguien en el fútbol de hoy?
-Yo iba muy al límite, veía en el otro a un enemigo... Al segundo de poner una pierna fuerte, me arrepentía, porque es un colega y no lo quería lastimar... Yo quería jugar solo de 5, no me gustaba que me pusieran uno al lado... Por ejemplo, cuando jugaba con Llane al lado, de doble cinco, a mí me molestaba... No por él, porque era distinto a mí, tenía mejor manejo, pero no me gustaba... Siendo 5 solo, tenés 35 metros para los dos lados para salir jugando; pero si jugás con otro, tenés 35 solamente para un lado... Garisto hablaba del "limpia parabrisas" cuando nos decía cómo había que moverse... Al final te terminás amoldando.... Jugué también con el Laucha Garate, que tenía una gran visión de juego... En la actualidad, el Laucha valdría mucho con ese juego a dos toques y preciso que tenía... Yo valdría por lo que quitaba.. Pero el problema es que se la daba a los otros (risas).