Había sido uno de los puntos altos del equipo con sus reflejos, pero cometió un penal innecesario cuando el Bahía no sabía qué hacer en el Fonte Nova y era superado por Unión. Del otro lado y en el otro arco, el experimentado Douglas fue la figura salvando a su equipo en la última bola.
Gentileza Conmebol Histórico para el Tate. Sale Unión, con el capitán Corvalán a la cabeza, al Fonte Nova de Bahía para jugar por primera vez los octavos de final de la Copa Sudamericana.
El fútbol suele ser el teatro de los mejores sueños. Pero también de las peores pesadillas e injusticias. Si un jugador fue determinante, con sus tapadas y voladas, para que Unión llegue donde llegó en esta Copa Sudamericana 2020, ése fue Sebastián Moyano, el golero del Tate. Si de la legión de jugadores que el Tate contrató en el último año y pico como refuerzos, uno de ellos generó la sensación de "nombre tapado y acierto total"...ése fue Sebastián Moyano, todo vestido de verde. Si una individualidad lo hizo capear al Tate esa "tormentita" del inicio al Tate en Brasil con sus salvadas habituales...ése fue Sebastián Moyano. Y, al mismo tiempo, si un jugador de Unión se equivocó y pagó en el Fonte Nova...ése fue Sebastián Moyano. Salió mal, apurado, abrió las manos para no hacer penal pero se lo llevó puesto con las rodillas a un brasilero (Rossi) que pareció más "vivo" que cualquier argentino para apurar lo que era inevitable: el contacto físico que se traduce en penal.
No fue necesario para el jovencito juez peruano que desde el VAR el experimentado el limeño Diego Haro, su compatriota, revisara demasiado. El cuadro por cuadro es elocuente: Moyano logra controlar la fuerza de choque del tronco y la cintura hacia arriba. Es elocuente su gesto, escondiendo sus dos manos, que no lo quiere tumbar arriba. Su mente le dicta que no debe tocarlo porque la pelota se va larga y sola; sin pena ni gloria. Pero es el mismo Moyano el que no logra frenar su fuerza física de la cintura para abajo. Lo toca con las rodillas el arquero de Unión y el brasilero Rossi se cae desplomado como si recibiera una triangulación de fuego similar a la de JFK en Dallas. Después Gilberto le pone la firma al expediente y con mucha calidad cambia el penal por gol.
Así, Unión terminó perdiendo el partido que mereció ganar. Ni siquiera empatar. El resultado en tablas, si salía 0 a 0, ya era demasiado premio para el Bahía en el imponente Fonte Nova. Pero así son los juegos de Copa y Unión se está "familiarizando" con esta milonga de llenar su pasaporte para salir de Santa Fe y del país. No se merecen. Se erran los goles o se hacen los goles. Se evitan los penales o se hacen los penales.
Ahora, Unión se trae de vuelta a casa la serie 0-1 en Santa Fe. Fue reconfortante la actuación, planteada de igual a igual por el "Vasco" y hasta superando en varios pasajes al Bahía en Brasil, pero los "brazucas" vienen a la ciudad de Garay con un buen resultado: ganaron de local sin recibir goles del visitante. O sea: Unión deberá jugar la revancha con "tolerancia defensiva cero". Para que usted entienda: un gol del Bahía de Brasil en Santa Fe lo obliga al Tate a hacer tres goles para poder clasificar en el 15 de Abril.
Gentileza Conmebol Rossi, el del penal. El pie a pie del jugador refresco del Bahía (Rossi) y el chico Nardoni, de lo mejorcito del Tate en la estancia del Fonte Nova del Bahía. Fue injusto el resultado.
Rossi, el del penal. El pie a pie del jugador "refresco" del Bahía (Rossi) y el chico Nardoni, de lo mejorcito del Tate en la estancia del Fonte Nova del Bahía. Fue injusto el resultado. Foto: Gentileza Conmebol
Con soldados titulares bajados por contagios de Covid-19 (Nani y Leyes eran "fija"), el DT de Unión se reinventó, paró un equipo "guapo" y fue al frente. En el debe, para mi gusto, jugó demasiado tiempo con dos ruedas delanteras (Cañete y Carabajal) que estaban sin oxígeno y casi "en llanta". Los dejó varios minutos de más arrastrarse en ese palo y palo; o sea, demoró esos cambios de manera innecesaria. Lo otro que no entendí fue la posición de Troyanski: si no lo va a meterse en el área, es preferible que juegue Zenón por izquierda, porque el ex Olimpo terminó encerrado contra la raya y sin ideas en el mano a mano.
La llave queda mucho más abierta en el juego que en el resultado del 0-1, de cara a la revancha en Santa Fe para Unión. No hay lógica, casi nunca, en el fútbol. Para muestra clara, el partido de anoche: se equivocó en Unión el que siempre lo salva. O sea, Sebastián Moyano, su arquero.