Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Volken encontró el equipo y le dio un funcionamiento mecanizado y eficaz. Con Madelón pasa lo mismo. Y más todavía, aquél de hace 40 años se encontró a partir de un cambio “defensivo”.
Enrique Cruz (h)
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Alguien lo comentó al pasar, en ese atardecer lluvioso que le ponía fin al día especial del festejo de la madre. Dicho sea de paso, apenas finalizado el partido, Leo Madelón se tomó su tiempo para llamar a su madre, seguramente feliz por esta nueva victoria y por el excepcional momento de su hijo en este club que lo capturó para siempre desde aquél momento, a principios de 1989, en que el destino lo llevó a vestir la 10 de Unión y encontrarse con el amor que lo hizo feliz para siempre. Pero el comentario al pasar fue el siguiente: “¿Sabés a qué me hace acordar este equipo?, al del ‘78-’79... ¿Te acordás?... Equipo corto en cantidad de nombres, que encontró un funcionamiento y llegó hasta lo más alto...”.
A algunos le podrá resultar exagerado todavía, porque habrá que esperar hasta dónde puede llegar este equipo (aquél de Unión no sólo fue protagonista en el Metropolitano de 1978, peleando el título hasta el último partido, sino que jugó semifinales del Nacional de ese año y la final con River del Nacional del año siguiente). Pero en cuanto a las características, hay muchos puntos en común. A saber: 1) Volken en aquél momento y Madelón ahora, manejándose con una reducida cantidad de jugadores; 2) equipos que en gran medida se conocieron de memoria; 3) los dos DT encontraron, con la salida de un delantero, un mejor rendimiento de sus equipos a pesar de tener, supuestamente, menos “fuerza” arriba.
Los memoriosos recordarán que aquél Unión arrancó con tres delanteros. Primero fue Arroyo, Giachello y Alí, luego se agregó Paz al año siguiente. Pitarch-Telch-Ribeca fueron tres habitantes permanentes del mediocampo, pero se encontró la solidez suficiente cuando a Volken se le ocurrió poner a alguien de marca (el inolvidable “Robot” Mario Alberto), para que el “10” rival no complique, liberando incluso a Pitarch y a Ribeca para que sean los creadores, al margen de ese “5” de enorme rendimiento como el recordado “Oveja” Telch.
Van dos partidos nomás, pero parece que Madelón ha conseguido potenciar el juego del equipo con un cambio más defensivo que ofensivo, a priori, pero que en los papeles se ha convertido en una realidad totalmente diferente. Y mejoradora. Primero lo intentó con De Iriondo en lugar de Troyansky y ahora con Zurbriggen. ¿Es para siempre?, quién sabe. El fútbol de estos tiempos no se asemeja al de hace 40 años. Se viven etapas de cambios permanentes, hay más rigor físico y cuesta que los equipos se reciten de memoria como pasaba en la década del 70. Pero si hay un equipo que se puede tildar de “tradicionalista”, en ese aspecto, ese es este Unión de Madelón. Fue un gran acierto —del DT y de los dirigentes obviamente— el de haber mantenido la base casi total del plantel (apenas se puede “lamentar” la ausencia de Gamba, muy sentida por Soldano en este caso), son muy grandes los aciertos del DT a la hora de evaluar y analizar a ese grupo de jugadores que conoce de memoria para darle la vuelta de rosca a tiempo y es muy grande también la incidencia del cuerpo técnico de Madelón, empezando por el preparador físico. Mariano Lisanti, el “profe”, hace un trabajo excepcional para poner a este equipo a punto, para evitar lesiones y para sacarle el jugo, desde lo físico, a todos los jugadores (grandes, chicos o de mediana edad).
Volvamos a este domingo de besos y dedicatorias a las madres y a ese atardecer que, en La Paternal, tenía más aroma a barrio que nunca. Una de las cosas que los jugadores y el DT se cansaron de repetir, fue que se habían juramentado lograr la tercera victoria consecutiva. Es que era algo que Unión no conseguía desde hacía muchísimo tiempo en Primera. Y esa circunstancia se mencionó mucho en las declaraciones, mucho más que el segundo puesto consolidado a esa hora —todavía restaba el partido de Racing en Tucumán— y la reducción de una ventaja que, al ser de tan sólo dos puntos, le brinda a Unión la posibilidad de ser momentáneamente líder del torneo el sábado, si es que le gana a Godoy Cruz, al menos hasta que Racing juegue con San Lorenzo al día siguiente.