Federico Vera tuvo un momento de desahogo luego del partido, saludó a su familia en un sector en el que había muchísima gente muy feliz por la victoria y por haber consumado el objetivo de la salvación.
El defensor de Unión habló del sufrimiento y de lo que significó la llegada del entrenador para hacerse cargo del equipo.
Federico Vera tuvo un momento de desahogo luego del partido, saludó a su familia en un sector en el que había muchísima gente muy feliz por la victoria y por haber consumado el objetivo de la salvación.
“Se sufre el doble porque se siente la camiseta de otra forma por ser hincha del club y surgido de las inferiores, fue una semana complicada porque mi familia sufrió más que yo”, señaló el lateral rojiblanco.
En cuanto a esa molestia que lo persigue desde hace un tiempo, en uno de sus tobillos, pero que casi nunca lo dejó afuera del equipo, dijo que “ahora no me duele nada, pero seguro que cuando pase todo esto y me tranquilice, no me voy a poder mover”, señaló entre risas.
Por último, dijo que es el premio “a un grupo muy unido, que nunca tuvo un pero o un problema y sobre todo al Kily, que nos transmitió muchísimo desde que llegó. Cuando terminó el partido, lo abracé y le dí las gracias por haber venido”.