"En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos". Gabriel García Márquez.
"Los de Colón me decían que si ponía la reserva, me mataban; y los de Unión que, si ganábamos, también nos mataban", cuenta el DT de Unión en aquél famoso partido. Y fue tajante: "¡Obvio que salimos a ganar el partido!".
"En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos". Gabriel García Márquez.
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Fueron amigos, luego parientes y podría decirse que son casi hermanos. Cuando lo cuentan, se miran y la sonrisa cómplice los delata. "¿De verdad querés que te cuente cómo nos conocimos?... Yo vengo a Unión de de Newell's, con Roberto Casadei y Elio Barro. Vivía en la pensión con jugadores de Colón, con Hugo Coscia, el chaqueño Mazo, Enzo Trossero, el Negro Baley, el Tano Pasini, increíble. Entrenábamos en Gimnasia de Ciudadela porque a la cancha de Unión la estaban arreglando... ¡Y el señor Rossi, como siempre, salía jugando desde el fondo con cabeza levantada!... Y yo, iba a 'morderlo'. Cuando lo hice, ¡me metió un codazo y me dejó sangrando la boca!... Así nos conocimos... Después, las mujeres se hicieron amigas y cuando yo me fui de Unión, el Patón me llevó a Godoy Cruz de Mendoza", cuenta Hilario Bravi, el amigo-hermano de Tomás Vicente Rossi, al que todo Santa Fe lo identifica como el "Patón". Los dos compartieron un Unión histórico como fue el de 1974, pero también con muchas historias que se fueron dando con el paso del tiempo, como aquélla apretada de la barra en el famoso partido con Banfield de 1993.
-¿Por qué decís que el Patón "te llevó" a Godoy Cruz?
(Bravi) -Porque al igual que él, tuve problemas con el doctor Corral.
(Rossi) -No quiero hablar mucho porque ya Corral no está en este mundo. Un día, estaba celebrando el ascenso de 1974 y mi señora me dijo: "Mirá cómo te mira el presidente!. Yo era capitán y exigía lo que había que exigir, que eran los pagos. El se enojaba... Yo nunca le iba a decir a los muchachos de no jugar, pero siempre amagábamos con no concentrar... Era nuestra forma de manifestarnos... Y aparecían los cheques, todos a fecha, a cobrar más adelante... No importaba. El Negro Toyé trabajaba en el banco, igual que yo, entonces los hacíamos cambiar con gente que tenía dinero... Si no era así, ¿cómo hacían los muchachos para comer y comprar remedios?... Yo no me quedaba atrás... El capitán era yo y el subcapitán Luque... Un día me pegó un grito y me levanté y le dije que a mi no me iba a gritar... ¡Adelante de todos!... Como dirigente, uno de los mejores, de los más grandes, pero el problema era el trato.
-Hilario, el gol tuyo en Campana ante Estudiantes de Buenos Aires te inmortaliza en Unión...
(Bravi) -El Toti Iglesias me dice que sigo robando con ese gol, como la palomita de Poy o el gol del Chango Cárdenas contra el Celtic... Yo ascendí en otros equipos, como Mariano Moreno de Junín por ejemplo... Pero de todos los equipos que pasé, la gente me recuerda por mi paso en Unión.
-Unión asciende y para jugar en el '75, el Toto Lorenzo quería armar un equipo con gente de afuera, quería a pocos o casi nadie de acá. ¿Costó convencerlo?
(Bravi) -Fue terrible y me sirvió como técnico por las frustraciones que te pasan en el fútbol. Ascendí con Español y una tarea dificilísima fue decirle a los jugadores que te hicieron ascender, que no lo vas a tener en cuenta... El Toto no lo dijo, pero sabíamos que el único que se iba a quedar era Leopoldo Luque... Habíamos hecho una pretemporada de 40 días y nos dijeron que venía un "colectivo" de jugadores. Jugamos un par de amistosos, hicimos dos partidos y metí uno o dos goles... Algunos se tuvieron que ir, como el Patón... El Toto Lorenzo venía de dirigir en la Champions League y yo siempre digo que a partir de allí dejé de jugar a la pelota para empezar a jugar al fútbol.
-Y vos Patón, ¿pagaste los platos rotos?
(Rossi) -Sí... Yo tengo mi temperamento y eso me costó... Pero quiero contarte algo de Hilario: hicimos una gira con Godoy Cruz por Chile y la rompió. Se lo quería llevar la Católica y otros equipos de allá, pero él me había dado la palabra y les dijo a todos que no y se quedó conmigo en Godoy Cruz... Yo era el capitán y tenía que defender los intereses de mis compañeros. Llegó un momento que era insostenible. Julio Baldi era garantía mía en el banco y un día me llamó y me dijo que debía tomar la decisión. Justo él que me había comprado a Gimnasia de Ciudadela... Con Corral, se tuvieron que ir varios capitanes, como Artucio, Pulcini, creo que el Negro Toyé también y yo... No era un crack, pero en Unión jugué en todas las divisiones, incluida la Liga y el Regional... Y la gente me quería, pero Corral no.
-Hilario, pasemos a aquél hecho en 1993, ese partido con Banfield, la apretada previa de la barra en La Tatenguita, la dependencia del resultado de Unión para que Colón salga o no campeón y la posibilidad de que, ganando, Unión se pudiera meter entre los clasificados para el segundo ascenso. ¿Fue lo peor que te pasó en el fútbol?
(Bravi) -Sí... Yo estuve en clubes picantes como Morón o Almirante... Pero aquéllo no fue un momento, duró una semana... Yo paraba en el Zavaleta, me llamaban de Colón y me decían que si ponía suplentes contra Banfield, me mataban; y de Unión me decían que si ganábamos, me mataban... O sea que me mataban de los dos lados... Yo ví y escuché a las mujeres de los jugadores que llegaban al entrenamiento o los llamaban para decirle a sus maridos que habían amenazado a los hijos...
-¿Y la apretada?, ¿cómo fue?
(Bravi) -Mirá, agradezco que los saqué afuera del vestuario en La Tatenguita, porque si era adentro... Y bueno, pasó lo que pasó... Recuerdo que perdíamos y le dije a Leo Sciacqua, que estaba al lado mío en el banco: "No sea cosa que empatemos". Y lo empatamos... Me acuerdo que la gente tiraba las radios a la cancha, desde atrás del arco movían el alambrado... Yo era muy amigo de Jorge Ginarte, que era el técnico de Colón y después de eso que pasó en esa definición, se quedó pelado... Siempre me lo reprochaba... ¡Por culpa tuya se me cayó el pelo!, me decía...
-¿Qué hubiese pasado si no los sacabas del vestuario en el entrenamiento a los jugadores?
(Bravi) -Había cuatro escopetas recortadas y varios revólveres... ¡Imaginate!... A mi me pegaron en la oreja y me tuvo que levantar Varisco... A Dante Fernández lo trajeron de los pelos con un revólver en la cabeza... Si todo eso pasaba adentro del vestuario, era peor... Como fue afuera, hubo corridas, se dispersó más... La zona estaba liberada porque estábamos amenazados de que si poníamos custodia, iban a ir a nuestras casas y se la iban a agarrar con las familias...
-¿Y los dirigentes?
(Bravi) -... Era una época convulsionada... Antes que nosotros estuvo el Flaco Zuccarelli y me contaban que en la noche del partido con Ituzaingó entró la barra al vestuario, le robaron la ropa a todos y los amenzaban con esas picas que había para marcar en los entrenamientos... Me acuerdo que un barra me decía: "Yo estoy acá, vestido así y doy la cara, pero mirá que hay muchos de saco y corbata y bien vestidos que tampoco quieren que ustedes ganen...
-¿Y salieron a ganar?
(Bravi) -¡Obvio, no tengas ninguna duda!... Yo les dí la posibilidad de que alguno me dijera que no quería jugar y lo sacaba... Cuando hizo el gol Ruffini, no me olvido más... Fue tremendo... Si ganábamos el partido nos teníamos que exiliar... Años después, Central le gana a River en cancha de Central y sale campeón Newell's... Yo vivo en Rosario y me acuerdo que los hinchas de Central decían que había que hacer lo que hizo la hinchada de Unión... Buscaban a varios jugadores y a mí, pero al que verdaderamente buscaban, no le pudieron pegar...
-¿A quién?
(Bravi) -No me acuerdo (risas)... Lo buscaban porque era de los que más ganaba y los hinchas consideraban que no ponía actitud... Pasaron factura por todo y ligamos varios... No tuve nada más grave que eso... Una vez, hinchas de Almirante pararon una práctica porque metieron el cajón con un hincha fallecido por sida y nosotros haciendo la escolta... Y otra vez, también en una práctica, se enfrentaron diez contra diez con facas porque la barra estaba dividida... Sangre por todos lados... Pero como esto, no...
-Esa fue la última fecha del torneo y vos seguiste en el club. ¿Por qué te quedaste?
(Bravi) -Por orgullo, porque confiaba... Nosotros perdemos los últimos cuatro partidos de ese torneo y pensar que con uno solo que hubiésemos ganado, clasificábamos... Y arranqué el otro torneo, hasta que perdí el clásico y me tuve que ir... Uno de los partidos que perdimos fue con Almirante, ganábamos 2 a 0 y ellos lo dieron vuelta... Ese partido no me gustó, el árbitro nos inclinó la cancha...
-Cambiemos de tema. ¿Les llamó la atención lo de Scaloni, debutante y campeón del mundo?
(Rossi) -En México '86, si Maradona jugaba para otro equipo, ese equipo salía campeón. Acá fue igual: si Messi jugaba para otro equipo, salía campeón... Tres meses antes, no se podían comprar entradas de Argentina porque los de Europa, los de Asia, los de Africa, querían verlo a Messi... Es el mejor y el más desequilibrante de todos, marca la diferencia.
(Bravi) -No te digo la fuente, pero en lo ético, la forma que llegó Scaloni a la selección no es la correcta, eso que hizo de quedarse cuando el jefe de equipo, que era Sampaoli, presenta la renuncia, no se hace... Pero te digo también otra cosa: lo hizo porque era Sampaoli... Yo estoy seguro de que si el técnico, en lugar de Sampaoli, era Sabella o cualquier otro, no se lo hacía... Scaloni viajaba siempre atrás en el micro con los jugadores, se conocía de antes con Messi, se rodeó de muy buena gente y muy capaces todos y se alinearon los planetas. ¿Por qué te lo digo?, porque si no se lesionaba Lo Celso, el que iba era Palacios, no era Enzo Fernández; si Lautaro no erraba los goles que erró o le anularon con Arabia, seguía Lautaro y no aparecía Julián Alvarez... En Rusia, el técnico festejaba los goles solo, acá no... Al Mundial lo empiezan a ganar cuando ganan la Copa América y tuvieron la dosis de timba o de azar que tiene el fútbol.
-¿Y en lo táctico?
(Bravi) -¡Me encantó el Mundial!... La mayoría de los equipos recuperaba cuatro o cinco segundos después de la pérdida de la pelota y si no, volvían al bloque... Fijate que todos pasaban la línea de la pelota para defender los once... Scaloni fue cambiando y le salió bien. En la final, el 5 era Enzo y el que soltaba era Alexis; cuando jugaba Paredes, el que soltaba era Enzo y lo hacían bien... Y en la final, fue fundamental cuando lo puso a Di María como wing izquierdo... No nos olvidemos que en la Copa América, muchas veces el equipo se tiraba atrás y defendía más... Por eso, digo que fue la mochila que se sacaron todos...
-¿El fútbol argentino, campeón del mundo, está lejos en la organización y el nivel interno de pertenecer al primer mundo?
(Bravi) -Absolutamente... Escucho que somos la liga de los campeones del mundo, pero estamos muy lejos en lo competitivo... Hay equipos de B Nacional que están en la A... Leo Madelón, un amigo, tuvo que llevar 19 jugadores a Santiago del Estero, una locura... Se equipara todo para abajo, hay partidos que realmente ni los miro, me aburro... El fútbol que me gusta es el inglés.
-La última para los dos: ¿Hay proyecto en los clubes?
(Bravi) -Algunos sí y otros no. Lanús, Vélez, River, Boca lo tienen... El problema es que faltan formadores... Es lo que siempre hablamos en la escuela de Menotti...
(Rossi) -A eso voy: faltan los Panetto, los Grasso... En mi época, el 80 por ciento éramos jugadores del club o de los alrededores. Los de Buenos Aires venían a buscar jugadores acá y de Buenos Aires venían jugadores, pero no los ideales para marcar la diferencia sino los jugadores con los que se podía hacer negocio.
El contexto
Era la última fecha del torneo de la B Nacional y tanto Colón como Banfield estaban igualados en el primer puesto. Colón jugaba en Resistencia ante Chaco For Ever y Unión recibía a Banfield. Si Colón ganaba y Unión no perdía, Colón era campeón y ascendía. Y si Unión ganaba, clasificaba para el octogonal final. Colón ganó 3 a 0 y Unión perdió 2 a 1, pero en la semana previa hubo una fuerte apretada a los jugadores en La Tatenguita, con hinchas que fueron armados y se produjeron serias agresiones. En un momento de ambos partidos, que fueron simultáneos, Colón ganaba y Unión empataba 1 a 1.