Probablemente coincidamos con los lectores que uno de los puestos mejor cubiertos en este plantel, es el de volante central. Se fue Mauricio Martínez y los recuerdos son muy buenos por lo que le dio al equipo en su momento y al club, en el aspecto económico, pero no porque se note su ausencia en lo futbolístico.
Acevedo encontró en Mauro Pittón a un buen ladero y ambos fueron titulares indiscutidos. Después, la lesión de Acevedo le dio lugar a De Iriondo, mientras que la suspensión de Mauro Pittón permitió que apareciera Martín Rivero, un jugador al que Madelón llevó a Santa Fe pero le dio poco rodaje. Y los dos hicieron muy bien las cosas como para generarle un buen problema al muy joven entrenador que tiene Unión.
Son cuatro “5” y es el único aspecto en el que son similares. Después, hay uno que se diferencia del resto porque es el de mayor capacidad de marca: Manuel De Iriondo. Los otros tres tienen más características de juego, aunque daría la impresión de que Mauro Pittón podría cumplir tranquilamente la función de volante más retrasado y de equilibrio, aunque también vale la pena reconocerle su capacidad de juego que se hizo muy evidente en ese gran partido que tuvo ante Sarmiento, en la despedida de Madelón.
Ahora es responsabilidad de Pumpido. El sábado armó la primera dupla con Acevedo-De Iriondo, pero él mismo reconoció que no quiere decir nada y que va a cambiar. En el otro partido, donde hubo también otros titulares (García Guerreño, Godoy y Algozino, sólo por mencionar a tres), estuvieron Mauro Pittón-Rivero. Todo puede ser. De Iriondo hizo muy bien las cosas como para mantenerse, como también las había hecho Mauro Pittón y tuvo que resignar su titularidad cuando llegó al límite de amarillas y apareció en escena Rivero jugando un muy buen partido ante Rosario Central.
Ese partido marcó mucho a Pumpido, sobre todo el segundo tiempo. Pero ya pasó y él, mejor que nadie, sabe que no se puede quedar sólo con esa imagen. En el caso de los “5”, dependerá de ver cuál de ellos es capaz de sobresalir frente a tanta y buena paridad. Y en el caso del técnico, tener la visión exacta para elegir la mejor dupla.