(Enviado Especial a Montevideo)
Dice que el actual técnico de Unión, “es inteligente y tiene una visión del fútbol distinta al resto porque fue arquero”. Le pusieron Súperman por sus voladas y una actuación preponderante en la final Intercontinental de Tokio en 1988.
(Enviado Especial a Montevideo)
Cuando a Gustavo Munúa le pregunté cuál era su referencia en el arco, al primero que nombró fue a Jorge Seré. Arquero de Nacional campeón del mundo, nadie le quita lo bailado. Su fama ha trascendido pero a pesar de ello, la humildad no la ha perdido. Ese es un rasgo bastante distintivo de los uruguayos. ¿En qué se puede respaldar esta afirmación?, en que ante el llamado para la entrevista, Seré sólo preguntó en qué hotel estaba y apenas hubo que acordar el horario. “Me escapo un rato del trabajo y me acerco a tu hotel”, dijo. Y lo hizo.
-¿Alcanzaste la gloria en aquélla final intercontinental ante el PSV Eindhoven en Tokio cuando fuiste clave en la definición por penales y atajaste cuatro?
-Capaz que en el momento no me dí cuenta. El proceso de 14 partidos en la Libertadores lo disfruté más. Este era un partido solo, de “mata mata”. Estuvimos a punto de perderlo y recuerdo el festejo en el hotel y que la trascendencia se valora con el tiempo, máxime que fue el último logro grande a nivel mundial de un equipo uruguayo. Y yo tenía 10 años en 1971 cuando lo ví campeón del mundo en el Centenario contra el Panathinaikos, con el arquero Manga y Luis Artime, que eran mis ídolos. Y siempre me imaginé estar en esa situación.
-¿Sabías que Gustavo Munúa te tuvo de espejo cuando atajaba?
-Un día me contó una anécdota muy linda, cuando él era un niño y entró a la cancha conmigo, como si fuera una mascota… A Gustavo lo conocí de chico, él estaba en inferiores, yo atajaba en la primera y teníamos el mismo entrenador de arqueros: el SEÑOR, con mayúsculas, Darwin Dalmas. Darwin me dijo: “Acá hay un arquero que no sabés lo que va a ser”. Y cuando lo ví aparecer, me llamó la atención la pasta, la tranquilidad… No es fácil ponerse el buzo de arquero, máxime en Nacional… A mi me tocó un tiempo en el que, por ejemplo, Mario Alles, un gran arquero en Argentina, era suplente mío… Hay que tener un poco de suerte en el fútbol.
-¿Qué le veías a Munúa?
-Los que somos arqueros nos entendemos y yo lo veía con mucha pasta… para mí fue un gran arquero que no tuvo la fortuna de estar en el momento en que el equipo consiga cosas importantes… A mi me tocó aparecer en primera y salir campeón del mundo enseguida. Estuve en un mejor momento que Gustavo. Pero era un enorme arquero.
-¿Te sorprende el Munúa DT?
-No todos los buenos futbolistas pueden ser buenos entrenadores. Hay muchos ex arqueros que han sido y que son grandes técnicos. La ventaja es que, de chico, el arquero analiza el fútbol y se da cuenta de muchas cosas que el resto de los jugadores no ven. No por haber jugado bien con el pie vas a ser un buen entrenador. Gustavo tiene mucha inteligencia. Recuerdo que de arranque dio a entender que “este es mi estilo y de acá no me aparto” y no entendía que depende de los resultados y si no se dan, hay que cambiar. Creo que lo entendió, a eso, cuando volvió a Nacional, la segunda vez que lo dirigió, ya más formado. En Argentina logró consideración y reconocimiento, como el Cacique Medina, Gallardo y Gustavo, que debutaron todos en Nacional y en la Argentina andan muy bien.
-¿Lo que decís es que Munúa, al principio, se encasillaba mucho en un sistema y no cambiaba?
-Lo que pasa es que en el fútbol es muy difícil que te esperen… Un profe nos “asesinó” en la pretemporada y nos dijo que cuando estemos en noviembre, el equipo va a funcionar. Y yo le contesté: “tené cuidado porque capaz que no llegás a noviembre”… Y a eso, Gustavo lo aprendió.
-Decís que los ex arqueros son buenos técnicos. ¿Ejemplos?
-Roque Máspoli fue campeón de todo, Jorge Fossati, Nery Pumpido, Jorge Bava es el técnico de Liverpool campeón del Apertura acá en Uruguay… Tengo muchos otros casos, como Robert Siboldi… Hay que tener voz de mando, ordenar la defensa, manejar los tiempos del partido. Y eso se le pide a los que fueron arqueros… Por ejemplo, un gran arquero fue el Pato Fillol y no fue un gran entrenador… Hay de todo, pero pienso que el puesto te da una visión de fútbol que otros jugadores no tienen.
-¿Qué sentiste el 25 de noviembre de 202 cuando murió Maradona?
-…. Fue raro… Es como que nos morimos todos… Mirá, yo a Kobe Bryant no lo conocía y sentí como que se había muerto un amigo… Con Diego jugué showbol, fui a jugar a Santa Fe y él me regaló la camiseta… Uno, que es un piojo al lado de Maradona, a veces se le hace difícil porque te paran en la calle, te piden fotos, autógrafos… Y Diego fue el tipo más famoso del mundo, así que imagináte lo que se tuvo que aguantar…
-Viste que los argentinos somos propensos a las grietas. ¿Maradona o Messi?
(Risas) -O Menotti-Bilardo, o Fillol-Gatti… Diego fue lo más grande que he visto… Yo no ví a Pelé en su esplendor, pero soy contemporáneo de Diego. Lo poco que ví de Pelé fue brillante pero lo de Maradona fue insuperable… Y hoy, el mejor del mundo, es Messi… Yo me quedo con Diego y creo que Messi también se queda con Diego, ¿me entendés?... Vos le preguntás a Messi si prefiere ser como es él o ser como fue Maradona y te dice Maradona… Messi le pasa el trapo a Cristiano, a Mbappé, a cualquiera, pero a Diego no…
-¿Qué opinas de la chance de Luis Suárez a River?
-Para mí, el mejor delantero uruguayo de la historia fue Luis Suárez… Lo que hizo en la selección uruguaya es inigualable, es un tipo tocado por la varita mágica… Luis tiene que estar bien aconsejado, no creo que el tema económico le vaya a cambiar la ecuación… Lo que aspira es a estar bien para el Mundial y gloria… En River podría lograrlo todo… Es una muy buena elección.
-¿Coincidís que el puesto de arquero es el más ingrato?
-¡Es el más divino…!
¡Epa…! ¿en serio?
-Es que es como en la vida, hay gente que es blanco o negro y hay muchísima gente que es gris, que se estanca, que vive tranquilito hasta que se jubila…
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Que el gris es el que no tiene el arquero… Mirá, con dos o tres cositas pasás a la historia… Si yo no atajaba los penales de Tokio, no quedaba allá arriba posicionado… ¿Mirá si me metían un gol por debajo de la panza?... ¡Me tenía que quedar enterrado en un área del Olímpico de Tokio!… En mis tiempos, la plata no era lo fundamental… ¿Sabés las veces que estuve a punto de ir a Argentina?, a Banfield, a San Lorenzo, a Gimnasia, a River en el 89 con Menotti, a Boca con el Bambino… Eran dos mangos lo que me ofrecían allá y, para atajar en Europa, con cuota de extranjero, tenías que ser el Pato Fillol…
-Dicen que un arquero se “hace” cuando le convierten cierta cantidad de goles tontos…
-Yo jugué cerca de 800 partidos y me hiceron un montón de goles bobos… La realidad es que no te acordás de los goles bobos que le hicieron al Pato, a Goyco o a Pumpido, decís que fueron unos fenómenos…
-¿Te gusta que te digan Súperman?
-`¡No!... ¡No!... ¡Nunca me gustó!... Me lo puso Carlitos Muñoz, el relator, por una atajada en Cali contra América y me acompaña hasta el día de hoy… Pero Súperman es un personaje sobrenatural… Un día me quisieron disfrazas de Súperman y me negué. A lo sumo agarré el traje y lo mostré para la foto, pero no me siento bien conmigo mismo si me disfrazo de Súperman… En la época de los autógrafos, me pedían que pusiera Súperman y yo decía que no.
-¿Quién va a ser campeón del mundo?
-Hay tres candidatos en ese orden: Brasil, Francia y Argentina. Son las tres mejores selecciones, habrá que ver en el “mata mata” porque un error, un detalle, puede modificar la cuestión… Yo qué se… No veo mejores selecciones que esas tres… Se puede meter Alemania, no me gusta Inglaterra, un Bélgica… Uruguay se puede meter entre los 8, pero te toca Brasil y de 10 partidos le podés ganar uno. Y no sé si no me quedo corto…