No lo dijo una sola vez, lo repitió en varias ocasiones. “Yo ya sé lo que tengo que hacer”, dijo el Kily. Enojado con Zunino, reiterando a los cuatro vientos que el resultado del partido fue injusto (se comparte el concepto), volvió a decir que “la situación cansa”, cuando mencionó el tema de la falta de refuerzos y la inhibición que el club no levanta, apuntando directamente contra la dirigencia.
“Yo ya sé lo que tengo que hacer”, dijo el Kily. La pregunta es: ¿y qué es lo que el Kily sabe que tiene que hacer?, ¿irse de Unión?, ¿”apurar” de alguna otra manera más efectiva a los dirigentes? La realidad es que el técnico de Unión no se siente cómodo con la situación. Y si no hay una respuesta que lo satisfaga de parte de los dirigentes (puntualmente del presidente), la situación se puede tornar aún más tirante.
Este martes, el Kily cumplirá 13 meses al frente de Unión desde el día que debutó (aquella derrota en Tucumán ante Atlético). Fue creciendo. El equipo y él también. Hay una maduración y se nota que la respuesta de los jugadores es total. Pero se nota claramente que el Kily no observa esa misma respuesta de parte de la dirigencia. Y que la cuerda se está tensando demasiado.
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