Por Enrique Cruz, enviado especial a Colombia
A las 21.30, hora argentina, se produjo la llegada de la delegación al hotel Hilton Garden Inn de la húmeda Barranquilla. Una escala técnica para aprovisionamiento de combustible hizo que se prolongara mucho el viaje. “Menos mal que adelantamos el vuelo unas tres horas, si no, llegábamos a la medianoche”, dijeron.
Por Enrique Cruz, enviado especial a Colombia
“Menos mal que por razones de seguridad, nos hicieron adelantar el viaje para evitar que se crucen las hinchadas de Unión y Colón, porque ellos tenían previsto partir media hora después que nosotros. Si hubiésemos salido de Sauce Viejo a las 13.30, como era la idea original, llegábamos acá a las 12 de la noche”, comentaban jugadores y allegados al plantel de Unión, cuando a las 19.40 hora de Colombia hicieron su ingreso al hotel. Rápidamente se dispuso la realización de un trabajo de activación muscular en el gimnasio del hotel y a prepararse para el entrenamiento (único) que se realiza en esta ciudad. Y después, mucho descanso hasta la hora del partido.
El día estuvo prácticamente dedicado al viaje. El plantel de Unión salió desde el Aeropuerto de Sauce Viejo a las 10 y media de la mañana, pero la parada para el aprovisionamiento de combustible en Lima hizo que se demorara el arribo a esta calurosa Barranquilla. Munúa no dudó en lamentar la ausencia de Polenta, en confirmar que tiene el equipo definido pero que primero se lo dará a los jugadores y en señalar también que “no hay ningún misterio, vamos a ir a ganar a Barranquilla”.
A todo esto, en una recorrida que los enviados de El Litoral hicieron por el estadio Metropolitano, pudimos comprobar por una parte el grado de pasión que sienten por Junior. “Si tenemos que comer arroz con huevo por ir a ver a Junior, comemos arroz con huevo…”, comentaba uno de ellos mientras mostraba los tatuajes en distintas partes de su cuerpo y no se cansaba de hablar del Pibe Valderrama, de Giovanny Hernández, de Iván René Valenciano, de Carlos Vacca, de Teo Gutiérrez (que actualmente vive en Barranquilla) y de Sebastián Viera, el actual arquero, uno de los más queridos junto a Miguel Borja, de quién se está hablando mucho de un interés de River en esa búsqueda por encontrar un reemplazante de jerarquía y experiencia para Julián Alvarez.
Como en todos lados, nunca falta el “dueño de lo ajeno” que se quiso llevar de recuerdo el celular del cronista cuando estaba haciendo, en vivo, su salida por el noticiero del mediodía en Cable y Diario. Lo devolvió antes de concretar el robo y de inmediato recibió la reprimenda del resto. “Hermano, no te lleves esa imagen de nosotros… Mirá, te mostramos las marcas de las peleas que hemos tenido, sobre todo con los de Nacional de Medellín. Acá en Colombia, las peleas en las carreteras entre las hinchadas es moneda corriente. El sábado nos mataron a uno de los nuestros de una puñalada. Pero nosotros no somos así, somos hospitalarios con los que vienen a visitarnos como queremos serlo con ustedes”, dijeron, luego de pedir disculpas unas cuántas veces.
Dejando de lado este episodio en el que no vale la pena detenerse, ellos tienen una especial veneración por el fútbol argentino y uno de ellos exclamó: “¡Quiero conocer la Bombonera!”. Si hay alguien a quién idolatran, más allá del fútbol, es a Shakira (hay un monumento al lado del Metropolitano Roberto Meléndez) y cuando se les pregunta por la cumbia colombiana, hacen una aclaración: “La cumbia no es de acá, no es de Barranquilla, la cumbia es de Bucaramanga”.
Y aclaran: “La música nuestra es la champeta… la champeta africana… Y el ídolo de los barranquilleros es Míster Flórez”. Pegadiza y bailable, muestra claramente lo que es el barranquillero, que refriega a todo el mundo el carnaval, al que denomina como el mejor del mundo.
Volviendo al fútbol, en comparación con el plantel que citó Munúa para el partido con Fluminense, hay tres modificaciones. Ni Diego González (el pibe de la selección juvenil que se va de sparring a Europa con la selección de Scaloni), ni Diego Polenta ni Leo Ramos integraron la lista de viajeros. En sus lugares, tres retornos esperados. Uno de ellos, el de Sebastián Moyano, que irá al banco; otro, el de Ezequiel Cañete, recuperado de la rotura de ligamentos cruzados y por primera vez a las órdenes de Munúa (se lesionó el día de la despedida de Azconzábal) y el tercero, la vuelta de Claudio Corvalán, el capitán que retornará al equipo.
¿Y ellos?, se cree que Viera se recuperará y será el arquero titular (no es poco, pues se trata de uno de los jugadores más queridos e indiscutidos); en el fondo, Viáfara, Rosero, Simarra y Fuentes; Didier Moreno y Giraldo serán los de marca; Albornoz irá por derecha, Cabrera por el centro e Hinostroza será el volante por izquierda, con Miguel Borja como centrodelantero. Un 4-2-3-1 que será distinto a la línea de cinco y al esquema defensivo con el que Juan Cruz Real (de notable producción como local en el Metropolitano, con más del 80 por ciento de los puntos pero muy flojo afuera, donde apenas rescató el 30 por ciento), buscará modificar la imagen crítica que tuvo su equipo en aquél partido de ida en Santa Fe.
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