(Enviado Especial a Mar del Plata)
Su salida del club, después de haberlo dirigido 13 partidos, se dio de manera indeclinable y no pudieron convencerlo de que desistira. “Aún si le ganábamos aquél partido a Vélez, igual me iba. Era una decisión tomada”. Había sacado casi el 42 por ciento de los puntos, “ni más ni menos que lo que tenía Leo en ese momento, antes de que se fuera del club”. Pero dice que los verdaderos motivos los saben solamente su esposa y su padre.
(Enviado Especial a Mar del Plata)
Aquél 23 de abril de 2017, Juan Pablo Pumpido dirigía su partido número 13 en Unión. Había sido elegido para sustituir a Leonardo Madelón luego de que el actual entrenador decidió alejarse del club después de quedar eliminado, el año anterior, de la Copa Argentina ante River, justamente en esta ciudad. Ni siquiera una brillante actuación del equipo ante Sarmiento de Junín (un 1 a 0 en Santa Fe que debió ser goleada) le hizo cambiar de opinión a Madelón. Se fue y la dirigencia decidió que el proyecto futbolístico se fortalezca con el técnico de la reserva. Juampi se hizo cargo y luego de seis partidos hasta el final del 2016 lo ratificaron en el cargo. En esos 13 partidos, Unión ganó 4, empató 4 y perdió 5. Si bien una de esas cinco derrotas fue en el clásico en cancha de Unión, también es bueno resaltar que después de eso el equipo se recuperó y hubo una brillante actuación ante Talleres con goleada incluida. Sin embargo, la caída ante Vélez precipitó una decisión que Juampi ya tenía tomada. El equipo no jugó para nada mal aquél partido en Liniers, pero perdió. Y todavía se recuerda aquella larga tarde, cuando los dirigentes entraron al vestuario y se encontraron con la decisión de Pumpido y sin el presidente en la cancha. Spahn estaba en China y lo llamaron. La charla del técnico con el presidente no fue suficiente para revertir la situación, tampoco el pedido de los jugadores. Juampi Pumpido se fue de Unión. Y hoy, más de tres años después, todavía hay preguntas sin respuestas.
El camino de Pumpido continuó en Patronato y hoy es el entrenador de este Alvarado que busca emular lo que ya hizo Aldosivi. Alguna vez, Alvarado inscribió su nombre en los viejos nacionales, como también lo hicieron otros equipos de esta Mar del Plata que por primera vez en muchísimos años se quedó sin torneo de verano, como San Lorenzo, Kimberley o Círculo Deportivo Nicanor Otamendi. No anduvo bien al principio y el presidente hasta tuvo en mente discontinuar el proceso, sin embargo hubo una racha tremenda en el final del 2019, con siete partidos sin derrotas y la clasificación para la Copa Argentina. En el torneo, está a ocho puntos de los punteros, pero a cuatro del último que clasifica para el petit torneo que proyectará a un equipo a la Primera División. Y la piensa pelear.
-¿Estás en tu mejor momento acá en Mar del Plata?
-Siempre uno pasa por lindos momentos cuando tiene trabajo, máxime en este deporte en el que los entrenadores no siempre podemos estar en actividad. Acá nadie se planteaba la clasificación para la Copa Argentina y nosotros sí, lo logramos y tuvimos un buen cierre de año para quedar expectantes en nuestra zona.
-Dirigiste a dos equipos de Primera antes de hacerlo con Alvarado. ¿Te encontraste con un fútbol distinto en la B Nacional?
-Mirá, las canchas han mejorado muchísimo, salvo dos o tres están todas al nivel de las canchas de Primera. Respecto del juego en sí, es diferente porque hay menos espacios, más contacto, más roce. Rotan mucho las estrategias…
-¿Por qué?, ¿en qué sentido?
-Porque en Primera te toca jugar con Vélez, con Unión, con Lanús y sabés de qué manera te van a jugar. No cambian, juegan igual todo el tiempo. En la B Nacional es distinto. A los 5 minutos te van a buscar al “9” y tenés que cambiar todo lo que planificaste . Los equipos cambian mucho de estrategia. A mí me apasiona de todas maneras y me obliga a estar siempre atento a estas circunstancias.
-Del Juampi Pumpido que la gente de Unión conoció a éste, ¿en qué creciste, en qué progresaste?
-En todo, porque uno va creciendo con la vida. Es mi tercera experiencia a nivel profesional desde la conducción del grupo, porque antes era ayudante de campo, así que naturalmente he crecido. Ahora fallo menos, pero seguiré fallando porque esta profesión es de toma de decisiones constante y el que así lo hace, seguro que se equivoca.
-¿Y si tenés que nombrar una cuestión en la que sentís que has madurado?
-… En Unión no fui electo. Yo era el técnico de la reserva, se fue Leo y me pusieron a mí. Recién me ratificaron después del tercer partido. Tanto Patronato como Alvarado me fueron a buscar y de esa manera arrancás distinto, no es lo mismo… Y después, está la maduración de vida…
-Porque tenés tres años más…
-Y porque estuve ocho meses en mi casa sin trabajar y la verdad es que uno madura muchísimo cuando le toca pasar por esas circunstancias, cuando está sin laburo. Después, está lo otro que tiene que ver con el manejo de grupo y con lo táctico, porque en esto se aprende todos los días.
-Decís que estuviste ocho meses sin laburo, encerrado en tu casa…
-No tan encerrado, porque soy muy activo y aproveché ese momento para tener charlas con otros entrenadores que me dejaron enseñanzas… ¡Qué se yo…! Decirte por ejemplo que me dí cuenta de que tengo que estar más cerca de cada jugador, de tener charlas individuales… Te digo algo como para que te des cuenta… Acá en la Argentina lo más importante son las relaciones humanas, cosa que no pasa en otros lugares del mundo, donde por ahí existe más frialdad en ese aspecto… Y después, el tiempo me fue dando más tranquilidad para razonar las cosas y para no enloquecerme.
-Volvamos a aquel partido con Vélez, en el Amalfitani, cuando te fuiste y el equipo, a pesar de haber perdido, dejaba una buena imagen. ¿Hay algo que te reprochás de la decisión que tomaste?
-No… La decisión estaba tomada y te puedo asegurar que salga como salga el partido, me iba a ir igual.
-¿No te arrepentiste?
-No, porque a los tres meses de haberme ido de Unión, estaba otra vez en la Superliga dirigiendo a Patronato. Si hubiera estado tres años en mi casa sin hacer nada, capaz que me arrepentía… Pero fueron un montón de cosas que me llevaron a tomar esa decisión, no fue una sola cosa o una derrota.
-¿O sea que si ganabas, te ibas igual?
-Me iba igual…
-No te creo…
-Creéme porque era así, tengo testigos, fui a la cancha con la idea en la mente bien clara: terminaba el partido y me iba, saliera como saliera.
-La campaña no era mala, más allá de ese clásico perdido del cuál te habías recuperado…
-Tenía el 42 por ciento. Y el 42 por ciento de los puntos es lo que venía sacando Unión, anteriormente, antes de que se vaya Leo. ¿Qué te quiero decir con esto?, que el porcentaje de puntos que sacamos nosotros es un porcentaje absolutamente normal para Unión. El clásico golpeó mucho y hubo un par de resultados que hicieron caer el porcentaje, como esa derrota ante Vélez, pero yo saqué el mismo porcentaje que venía sacando Leo antes de irse aquella vez.
-¿Por qué no contás más?
-Porque hay cosas mías que no las voy a decir nunca, jamás, me las llevaré a la tumba. Son cosas mías en las que no tienen nada que ver ni los jugadores ni los dirigentes.
-¿Y por qué no las vas a decir?
-Porque soy muy de Unión… Son cosas de vida, de elecciones de vida… Nunca me voy a arrepentir de haber dirigido al equipo que amo… Futbolísticamente sacamos el 42 por ciento de los puntos, no nos fue mal.
-No termino de comprenderte…
-Son cosas de vida… Las saben mi mujer y mi viejo… Y yo, obviamente… Nadie más.
-Fue un renunciamiento personal que hasta sobrepasó lo futbolístico, ¿no?
-Ponéle… Mirá, la verdad es que yo no sabía qué podía pasar con mi vida cuando me fui de Unión. Capaz que me terminaba haciendo un daño yo mismo. Dirigía 13 fechas y cuando me fui, me pregunté: ¿y ahora?, ¿qué hago?... Empecé a tirar líneas para todos lados, desde un Federal hasta lo que fuere. Y tuve la fortuna de que tres meses más tarde la dirigencia de Patronato haya valorizado ese trabajo de 13 partidos en Unión y me convoque para dirigir al equipo, aún a sabiendas de que no estaba en una situación muy cómoda que digamos.
-¡Te inmolaste!
-¿Por qué?
-Por lo que estás diciendo… ¿Y si no te llamaba la gente de Patronato y no te llamaba nadie?
-Bueno, yo sabía que el único perjudicado al irme de Unión era yo mismo. Pero no fue así, porque a los tres meses estaba trabajando y eso fue gracias a la oportunidad y al trabajo que hice en Unión.
-Si volvieras al vestuario de Vélez, ¿harías lo mismo?
-Pensando en cómo estaban dadas las cosas en aquella oportunidad, te digo que sí… Hoy, habiendo pasado tres años, no lo sé. Quizás pensaría en forma diferente. Se dio todo un proceso del que estuvimos hablando en esta nota… Yo no me fui por los malos resultados, está claro. Es una decisión de la que no me voy a arrepentir jamás en mi vida.
-Y si en lugar de Unión, estabas dirigiendo otro equipo, ¿te ibas?
-Seguramente no… Pero hay cosas que uno no puede manejar, como es el sentimiento… Entiéndanme que para mí no era fácil, no sólo porque tenía que darle respuestas al club que amo sino porque ese amor también me condicionaba mucho interiormente.
-¿Estás preparado para volver a dirigir alguna vez a Unión?
-Primero tengo que hacer las cosas bien en Alvarado y luego ver cómo se va dando todo. Cuando me fui de Unión, no me imaginaba estar en Patronato a los tres meses. Y ahora estoy dirigiendo en Mar del Plata y a un equipo de la B Nacional. Yo no sé qué me puede deparar el destino. Pero contestando tu pregunta, tengo que hacer bien las cosas acá y en el lugar que me toque estar para que en algún momento la gente de Unión, cuando fuere, piense otra vez en mí.
-Cuando llegaste a tu casa después del partido con Vélez, ¿pensaste en que esa decisión podría haber terminado con tu carrera?
-No, porque la iba a arrancar en cualquier otro lado, remándola desde abajo y con sacrificio como lo hice siempre en mi vida, más allá de ser el “hijo de”. No me iba a quedar de brazos cruzados ni me iban a vencer fácilmente. Pero duró poco… Me amargué un montón y lloré mil veces…
-¿En serio, lloraste mucho por Unión?
-Como te dije, mil veces… Pero también te digo que estoy muy seguro de lo que hice…
“Sólo mi esposa y mi viejo saben realmente por qué me fui de Unión. La decisión estaba tomada antes del partido con Vélez y no me iba a quedar por más que lo hubiésemos ganado”.
Juan Pablo Pumpido
Ex DT de Unión
Dirigió Juan Pablo Pumpido como entrenador principal en Unión. Ganó 4, empató 4 y perdió 5.