(Enviado Especial a Quito, Ecuador)
Siguen llegando de manera incesante, están desbordados de alegría y saben que asisten a un hecho histórico. Es impresionante ver tantas banderas y camisetas rojiblancas por las calles de esta ciudad en la que Madelón y sus muchachos quieren construir un mojón más.
(Enviado Especial a Quito, Ecuador)
La llovizna parece ser la protagonista a la que el plantel de Unión se deberá acostumbrar cuando pise el suelo de Quito. Es algo que estaba previsto, que Madelón tenía en sus planes. Más todavía, lo dio como un elemento positivo: con fresco y a la nochecita (el partido es a las 19.30 de esta ciudad, las 21.30 de la Argentina), los efectos de la altura no son tan devastadores. Habrá que ver cómo juega esa llovizna y cómo está el campo de juego. Todos estos elementos, Madelón y su cuerpo técnico lo saben pero sólo por lo que se pudo averiguar. La realidad es que el plantel llegará siete horas antes del partido, para almorzar, descansar, escuchar la charla técnica y salir a jugar para defender el 2-0 a favor que consiguió en la ida en Santa Fe.
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Con 35 años, Claudio Bieler regresó al fútbol ecuatoriano luego de haber triunfado en la Liga de Quito de la mano del Patón Bauza. Desde ya que aquí, en Quito, se lo referencia de una manera muy particular. Apenas diez entrenamientos con sus nuevos compañeros le bastaron para ganarse la titularidad y este sábado fue el autor de uno de los goles en la victoria de Independiente del Valle por 2 a 1 ante Católica, luego de perder por 1 a 0, que lo ubica al frente de la tabla de posiciones de la Liga Pro, luego de jugadas 9 fechas del torneo. Dos detalles que tienen que ver con el Taca Bieler, ex delantero de Colón. El primero de ellos, es que rescindió su contrato con San Martín de Tucumán, el rival que tuvo el Tate el sábado pasado por la Copa de la Superliga, cuando le surgió la chance de retornar al fútbol ecuatoriano. El segundo, que fue uno de los jugadores que, en algún momento, Madelón tuvo en sus planes para reforzar el ataque rojiblanco cuando se mencionaba la salida de Franco Soldano en otros mercados de pases.
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Para muchos podrá pasar desapercibido, para algunos no. Corría el año 1981. Unión había repatriado a Leopoldo Luque, mantenía a figuras legendarias de la institución como Nery Alberto Pumpido y era dirigido por un entrenador que había regresado al club luego de conseguir un hito histórico, como fue el ascenso de 1974: Carmelo Faraone. En aquél entonces se jugaba el torneo internacional “Ciudad de Melilla”, en la ciudad española del mismo nombre ubicada muy cerca de África. Unión y Talleres de Córdoba fueron los clubes invitados a disputar este torneo, que se jugaba desde 1967. Unión le ganó a Málaga por 1 a 0 con gol de Morandini, un volante que había llegado desde All Boys, mientras que Talleres hizo lo propio con Melilla. Tatengues y cordobeses se encontraron en la final y la victoria fue para Unión por 1 a 0, con gol de Ereros, aquél wing izquierdo que luego brilló en el inolvidable Argentinos Juniors acompañando a Pepe Castro, Pasculli y Borghi, entre otros, en aquellas delanteras que pusieron a los Bichos Colorados en lo más alto del pedestal a nivel nacional e internacional. Ese torneo de 1981, que se jugó cuando finalizaba el Metro y antes del arranque del Nacional, fue una suerte de bautismo internacional para Unión, más allá de que anteriormente ya había disputado partidos amistosos en el extranjero. Nery Pumpido, Mario Alberto, Hugo López, Víctor Alfredo Bottaniz, Eduardo Sánchez, Morandini, Nieto, Regenhardt, Battellini, Dagametti, Héctor Arregui, Pierino Lattuada y el Loco Stelhick, entre otros, fueron algunos de los jugadores que se utilizaron en aquella incursión por tierras españolas.
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Otra de las cuestiones que no puede ni debe pasar desapercibida en este momento de alegría deportiva, es que Unión tiene un capitán que a los 40 años (los cumplió el sábado pasado) está haciendo historia al igual que el club. Nereo Fernández no podrá llegar, seguramente, a igualar ese récord que parece imbatible de partidos jugados que ostenta el Chango Cárdenas (hoy en día, pensar en un jugador que se ponga la misma camiseta en 362 partidos parece algo insólito), pero a sus 40 años se convierte en el ¿único? que, en Primera, llegó a las cuatro décadas integrando el plantel y desde la titularidad. Cuando Nereo salga este miércoles al estadio Atahualpa de Quito, seguramente disfrutará como nadie y se emocionará por esto que ha conseguido con el club de sus amores y a partir de una carrera muy profesional. El paso del tiempo lo volvió a juntar con Madelón, que fue el técnico que lo hizo debutar en 2001. Dieciocho años después, tanto él como el entrenador se encuentran en una etapa de madurez en la que disfrutan de estas alegrías que le están dando a la gente de Unión.
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“No podemos fallarle a la gente. Lo de Unión es una locura, gente que se ha ido en autos, en micro. Eso es increíble y emocionante. No va a ser fácil a pesar de que ganamos el partido de ida por 2 a 0 en nuestra cancha. Ellos saldrán a atacarnos y tendremos que prepararnos para luchar contra eso y contra la altura. Pero va a ser a la nochecita, con llovizna quizás y con un clima fresco. No es lo mismo que jugar en ese mismo lugar y al mediodía, con calor”, fue lo que dijo Leo Madelón. De todos modos, Unión deberá jugar un partido estratégico en el estadio en el que Messi brilló en 2017 para darnos, con sus tres goles, la clasificación para el Mundial de Rusia.
¿Cómo se debe jugar en la altura?
No hay una fórmula mágica. A la selección de Sabella, si hablamos de los últimos tiempos, le fue bien en La Paz jugando con línea de cinco atrás, tres volantes luchadores en el medio, un media punta (Messi) y un punta livianito (arrancó Rodrigo Palacio en ese partido). Pero en Ecuador hay 900 metros menos y eso se siente. Favorablemente, claro, por más que alguna vez Passarella haya acuñado esa frase famosa: “en la altura, la pelota no dobla”. En realidad, sí dobla, pero tiene mucho más recorrido, no se frena y cuando parece que se puede alcanzar y que en algún momento va a dejar de girar, sigue haciéndolo y se va de la cancha. Messi fue la gran figura del partido en aquella victoria en el Atahualpa que nos dejó adentro de Rusia 2018. Romero; Mercado, Mascherano, Otamendi y Salvio; Enzo Pérez, Biglia y Acuña; Messi, Benedetto y Di María fueron los que Sampaoli eligió esa noche, haciendo ingresar luego a Fazio por Salvio, a Icardi por Benedetto y a Paredes por Di María. Pero todo esto fue, cuando Messi se había encargado de hacerlo todo.
El mismo Messi de una actuación brillante en el Atahualpa no fue el mismo en la altura de La Paz, donde siempre le costó mucho jugar. Allí brillaron otros jugadores, caso Di María por ejemplo. Cada organismo responde de una manera distinta. No hay que tomarlo como un “cuco”, pero sí se debe asumir con respeto y hacer las cosas, desde lo físico y lo estratégico, de la manera más inteligente.
Eso mismo fue lo que dijo Madelón: “Tenemos que hacer un partido inteligente en Quito”. Por muchas razones. La altura es una de ellas. El 2 a 0 a favor es otra. Y que se las verá con un rival que naturalmente tendrá que salir a atacar, es otra de las cuestiones que ningún jugador de Unión deberá sacarse en algún momento de la cabeza.
No presionar arriba
Nery Pumpido (*)
A mí me tocó jugar y dirigir en la altura. No es sencillo, pero creo que hay cuestiones que se caen de maduro. Unión, de la mano de Leo, es un equipo que suele presionar arriba. Eso obliga a un gran desgaste de todos, no sólo de los delanteros. Y se me ocurre que esto puede ser fatal si Unión lo aplica.
En mi opinión, creo que hay que apretar pero no tan arriba. Eso significa que la línea de presión tiene que estar en la mitad de la cancha, cuanto más, con el objetivo de no someter a los jugadores propios a un desgaste que luego se sienta.
En cuanto a lo táctico, parar un 4-4-2, un 4-4-1-1 o jugar con cinco defensores, para mí es secundario. De cualquier manera se puede jugar. No hay una fórmula mágica que sea infalible. Desde mi punto de vista, lo importante es esperar y no apretar arriba. Pongo lo estratégico por encima de lo táctico.
(*) Ex arquero y DT de Unión