Mucho se habló en la previa de la necesidad de ganar en Santiago del Estero. Quizás el análisis apuntaba más a lograr una ventaja matemática que no lo ponga contra la espada y la pared en el clásico. Es decir, ponerse como meta sumar de a tres en Santiago del Estero para que las exigencias no resulten extremas a la hora de jugar un partido de alto voltaje emocional como es el clásico. Unión no sólo que no ganó, sino que perdió jugando muy mal. Y a la luz de lo que luego pasó con los otros equipos, la realidad es que el empate hubiese sido un buen resultado. Pero ni para eso le alcanzó.
Munúa dijo después del partido que rápidamente había que dar vuelta la página. No hay dudas de eso. Ahora, Unión está parado frente a un escenario particular: 1) llegó a la última fecha con chances de entrar en la Sudamericana; 2) esas chances son reducidas, no depende de sí mismo y tiene que ganar el próximo partido que es, nada menos, frente al clásico rival. Paradójico, exigente, complicado. No es medio vaso lleno y el otro medio vacío. Es la mayor parte del vaso que está vacío.
Tenés que leerUnión fue un equipo fantasmaEl dar vuelta la página significará una modificación total de lo que el equipo mostró en Santiago del Estero. Infrecuente para este proceso de Munúa, porque en los nueve partidos anteriores no se había mostrado, jamás, una imagen tan pálida y desteñida -aún con malos resultados- como la del viernes en Santiago del Estero. Sin situaciones de gol (o "media", como lo fue ese cabezazo de Juan Manuel García que se fue por encima del travesaño), sin ideas y claridad en el medio ni reacción, como la había tenido en otros partidos en los que tuvo que salir a la búsqueda del arco rival para modificar un resultado negativo.
Otro tema que llamó la atención, fue que Munúa llevó sólo 20 jugadores cuando, en realidad, pueden haber 23 en el banco. Cordero había entrado en el segundo tiempo ante los tucumanos y no viajó; lo propio pasó con Peñailillo y no tuvo en cuenta otra vez a Insaurralde y a Blandi, éste último entrenando ahora con normalidad, a pesar de que los problemas físicos lo han perseguido y ni siquiera ha completado 45 minutos de fútbol en lo que va del torneo, desde su llegada a Santa Fe el día del partido con San Lorenzo (7 de agosto).
¿Qué va a pasar con estos cuatro jugadores?, es una incógnita. Como primera medida, esperar si los tiene en cuenta para afrontar el clásico; luego, si forman parte de los planes del entrenador para la pretemporada y un 2022 que empezará a definirse a partir de lo que pase el sábado, en el sentido de saber si Unión tendrá que prepararse para jugar doble competencia (torneo local y Sudamericana) o si tendrá que focalizar exclusivamente en la competencia interna.
Volviendo a la sumatoria de puntos y aceptando que el resto de los equipos hace la misma evaluación, el "puntito" en Santiago se habría valorizado muchísimo a esta altura y cambiaría el semblante de cara a un compromiso tan especial como exigente, como es el del sábado ante Colón. Y le daría a Unión la chance de depender de sí mismo. Hoy, no sólo que está obligado a ganar el partido sino que aún logrando la victoria, dependerá de otros resultados.
Hasta este miércoles, sólo se venderán plateas para socios plenos de acuerdo a lo informado por Unión. Después de las reuniones con los encargados del operativo de seguridad, se dispondrá la cantidad de localidades que habrá para los no socios. Seguramente habrá un remanente de plateas (por más que hay sectores que ya están agotados) y también generales preferenciales a la venta, como pasó en los otros partidos que jugó el equipo en condición de local. Las mismas se pondrán a la venta el viernes.