Magnín cuenta su verdad: "Madelón me veía como una piedra en el camino"
Se sumó junto a Claudio Gugnali, Lito Bottaniz y Cachito Roteta, al grupo de trabajo de Leonardo Simonutti. Este jueves hubo un encuentro en Santa Fe. Y el ex jugador y entrenador, habló y dijo lo suyo.
Magnín cuenta su verdad: "Madelón me veía como una piedra en el camino"
Es otra "incorporación" que se suma al grupo de Triunfo Tatengue, aunque dicen que no es la última. Eduardo Magnín no es un nombre que pase desapercibido en el mundo Unión. Tanto como jugador, cuando fue caudillo del ascenso del '96, como cuando le tocó dirigir y con la reserva peleó el campeonato, Magnín fue importante para la vida futbolística de la institución. Hizo su aporte. No se fue bien. Y aunque el tiempo ayuda a curar heridas y a bajar los decibeles del enojo, se nota que Magnín todavía tiene resabios de una decisión que no compartió y que en su momento llamó la atención, porque su trabajo estaba dando frutos y el club le estaba dando el lugar para acelerar su aprendizaje.
-¿Seguís con bronca?
(Piensa) -No tengo bronca, me fui lastimado del club, triste... Pero bueno, soy un tipo que trato de buscar las cosas positivas siempre. Todo es un aprendizaje, por algo pasa.
-¿Sentís que con vos se hizo carne la famosa frase que "nadie es profeta en su tierra"?
-Son decisiones que algunos toman y por esas decisiones hay gente que va quedando en el camino... Cuando el club me necesitó, siempre estuve... Yo no me sentí apoyado por gente que me conocía y sabía cómo había trabajado, si hubiese hecho todo mal me hubiese ido, hubiese sido el primero en darse cuenta... Como jugador también me pasó, cuando en el 94 me tuve que ir porque había un técnico que no me quería y me fui a San Martín de Tucumán, donde Gareca me cambió la cabeza y al año siguiente volví y ascendí con jugadores del club... Pero a los dos años se volvió todo a fojas cero... El fútbol tiene eso, son más cosas feas que las lindas...
-¿Te veías el técnico de este proceso?
-No, porque el presidente salió a decir que no estaban decididos a apostar y yo significaba una apuesta... Nadie garantiza el éxito en el fútbol, sólo lo garantizan los proyectos... A la gente hay que decirle la verdad, no hay que mentirle... Un equipo competitivo no se forma de un día para el otro.
-Te lo pregunto porque si el proyecto era el del surgimiento de los jugadores de abajo, ¿por qué no pensar en vos, si sos el que más los conocías?
-¡Me ilusioné!... Pero sabía que no iba a pasar... Yo soy frontal y así como hay gente que me quiere, hay otra que no me quiere... Capaz que no les gusta mi cara o mi frontalidad, de decir las cosas en la cara, y por eso no me eligieron... Vino un técnico que le dio chances a los chicos y me parece valorable... Un día, un dirigente me dijo que alguna vez iba a ser el técnico de Unión pero no en este momento, pero el tiempo pasa y yo no sé si puedo seguir esperando, porque por ahí la oportunidad no llega nunca... Hoy estoy trabajando en un club que me tratan como un rey, así que estoy feliz.
-¿Tomarías un café con Madelón?
-No tendría sentido... No le guardo rencor, pienso totalmente diferente a cómo piensa él... No lo veo un tipo frontal, no me dijo las cosas en la cara y yo lo hubiese respetado... Creo que es imposible tomar un café con él... Varias cosas que pensaba se las dije en una charla telefónica... El siempre me pateó la pelota para el costado.
-¿Por qué pensás que pasó con ustedes lo que pasó?
-Vio un árbol que estaba creciendo demasiado rápido... Yo trabajaba para que los chicos del club jueguen en Primera y capaz que no era su idea... Yo era una piedra en su camino... Las tres renovaciones que tuve en el club, fueron al límite, me dejaban siempre para lo último.
-¿Cómo te llevabas con Martín Zuccarelli?
-Tuve una buena relación y lo entiendo... Me quiso dar alguna explicación y yo le dije que no gastara tiempo porque ya sabía por dónde venía, cuando no me quisieron renovar... No fue la relación que hubiese querido, pero también digo que no fue mala...
-¡Lo bajó Madelón!... Pongo la cabeza en la guillotina... Pero después, cuando él se fue, nadie agarró el teléfono ni para decir que se equivocaron ni para pedir disculpas... Hubiese sido bueno, ¿no?... Tengo buena relación con varios dirigentes, te aclaro... Pero nadie se tomó el trabajo de marcar mi número...
-¿Qué pensás de los chicos que tanto conocés?
-Me sorprendieron para bien y algunos de sobremanera como Federico Vera, Zenón, Gastón González... Hay que seguir trabajando con ellos para que crezcan y no se estanquen... Hay que formarles un buen equipo para que esos chicos sigan creciendo.
-Recuerdo que cuando Colón ascendió en el '95 y vos volvías al club, Unión estaba sin jugadores, sin luz ni agua ni gas. ¿Lo comparás con este momento por el título de Colón?
-No sé si lo obliga, es un encendido de alarma o un desafío para dejar de pensar en un golcito de hace ya más de 30 años... Las cosas buenas hay que aprender a copiarlas y esto es un empujón para buscar cosas distintas... No va a pasar en uno o dos años porque ser campeón es un proceso... Traer 20 jugadores de afuera no significa que vayas a salir campeón, eso hay que entenderlo y decirle la verdad a la gente.