Marcelino Galoppo: "El presidente nunca me llamó para hablar sobre mi trabajo"
Estuvo en la cancha para ver el partido de Unión con Banfield, donde juega Giuliano, su hijo. Fue coordinador en Unión durante un año y no le renovaron por no estar de acuerdo con su trabajo. Pero dice que Spahn nunca se sentó a conversar con él sobre su proyecto.
Marcelino Galoppo: "El presidente nunca me llamó para hablar sobre mi trabajo"
Estuvo el miércoles en el 15 de Abril para ver en acción a Giuliano, su hijo, uno de los muy buenos volantes que aparecieron en los últimos tiempos en el fútbol argentino. Marcelino Galoppo fue uno de los coordinadores de fútbol amateur que tuvo Unión en los últimos tiempos y que su paso, en cuanto a tiempo, por el club, resultó esporádico e insuficiente para que se puedan sacar conclusiones. Y para él, la salida no quedó del todo clara, al menos en cuanto a explicaciones. Pero lo que más llamó la atención, es que en ningún momento escucharon de su propia voz cuál era el proyecto que tenía. Sobre todo apuntó al propio presidente del club, Luis Spahn, con el que nunca pudo hablar del tema.
"A mí el que me habló fue Martín Zuccarelli y al cabo de un año de trabajo me dijo que la dirigencia no estaba convencida de mi proyecto y me tuve que ir", dijo Galoppo. Pero lo que más llama la atención es que ese proyecto jamás fue escuchado. "Nunca tuve la posibilidad de hablar con el presidente de lo que pensaba y estaba haciendo con las inferiores. Todos estos chicos que están ahora en el plantel profesional no me resultan para nada extraños. Zenón, Nardoni, Calderón, Gastón González, Esquivel, Vera, Blasi y otros que se me escapan ahora a la memoria, son jugadores que en algunos casos estaban en Liga y que fueron promovidos a la reserva en un trabajo conjunto que hacíamos con Eduardo Magnín. Después, como el técnico era Madelón, ya la cuestión la manejaban entre él y Magnín, yo ya en eso no podía meterme, pero muchos de estos jugadores forman parte de ese proceso que, como te estoy explicando, lo llevamos adelante promoviéndolos a la reserva", dijo Galoppo, quien confesó que nunca había querido expresarse cuando se fue de la institución, pero dejando la sensación de que su alejamiento le causó mucha sorpresa y hasta estupor por las formas y porque, en realidad, dio a entender que no le renovaron el contrato por no estar de acuerdo con algo -el proyecto- que el presidente, por ejemplo, desconocía porque nunca lo llamó para preguntarle cuál y cómo era.
Galoppo también marcó la necesidad imperiosa de que el club tenga predio, "porque el jugador se identifica de una manera diferencia con la institución y sabe que va a entrenar a algo que es propio, que es su casa". Y más allá de que siempre rescató -inclusive en sus tiempos en Unión- a Banfield como uno de los clubes que mejor proyecto llevaba adelante en inferiores (cuando el técnico de la Primera era Falcioni), dio pautas de cómo Lanús piensa y lleva adelante el trabajo de inferiores. "El presupuesto de inferiores de Lanús es de un poco más de 40 millones de pesos anuales, pero saben que luego venden por 8 millones de dólares", dijo.
Muchas veces, la palabra "proyecto" se utiliza a menudo y en forma indebida. Un "proyecto" no es sólo el de tirar chicos de inferiores a la cancha. Esto es algo que hoy está absolutamente naturalizado por dos cuestiones que han "emparejado" el fútbol argentino: 1) que no hay descensos hasta el año que viene; 2) que todos los clubes tienen problemas "de caja" que les impide hacer frente a grandes erogaciones. Hay algunas excepciones, las de siempre, como Boca y River, con un poderío económico que supera al de cualquiera, al menos en cuanto a la potencial generación de recursos. Pero todos los planteles del fútbol argentino se han nutrido, pandemia mediante, de una gran cantidad de jugadores de abajo, quiénes en algunos casos han tenido la chance de demostrar y "explotar".
Un verdadero "proyecto" no puede sostenerse como expresión política de logro o plataforma de campaña, si el presidente del club no conoce, en más de un año de permanencia de un coordinador, cuál es el proyecto, hacia dónde apunta y qué pretende, si nunca lo llamó para tener una charla.
Unión no tiene coordinador desde hace un largo tiempo, el trabajo lo está desarrollando el profesor Leonardo Aguilar, un excelente profesional que desempeñaba otra función pero que interinamente lleva adelante el de la coordinación y en los últimos tiempos hubo nuevos contactos con Rubén Rossi, quien primero pidió un compás de espera para acomodar otros asuntos laborales, manifestó sus ganas de volver al club pero aún no hay una decisión tomada, ni de parte de él ni tampoco de los dirigentes.
¿Habrá lugar para alguno más?
Se cerró el libro de pases y las últimas incorporaciones de Unión fueron las de Dylan Gissi y Nicolás Blandi, que se sumaron a los dos primeros que llegaron: Nicolás Cordero y Emanuel Brítez.
La pregunta es si habrá lugar para alguno más, porque se sabe que la dirigencia estuvo negociando la posibilidad de incorporar algún volante más. A propósito, Azconzábal no dio nombres pero le manifestó a los dirigentes el deseo de potenciar y "jerarquizar" el plantel. Una chance concreta había sido la de Nicolás Domingo, pero ya el Vasco le bajó el pulgar hace un tiempo.
También surgió el nombre de Federico González, el delantero que quedó libre de Estudiantes de La Plata, que ya se mencionó en otros mercado de pases no sólo en Unión, también en Colón, y que tendrá una semana más de acuerdo a lo que estableció la Liga Profesional. El tema es que Unión cuenta ahora con cuatro centrodelanteros (Cordero, García, Blandi y Márquez), además de Machuca y el "Pajarito" Juárez, que son delanteros pero para ir por afuera.