El marcador central Matías Rocha está a un paso de convertirse en la primera cara nueva de Unión. Tiene 22 años, es marcador central, viene jugando con continuidad en Defensor Sporting de Montevideo, club en el que hace dupla central con Sebastián Boselli, que a su vez es pretendido por River.
Rocha colmaría uno de los pedidos del Kily González, que solicitó un arquero, un marcador central y dos delanteros como prioridad para reforzar el plantel.
Matías Rocha, jugador de Defensor Sporting
En el puesto de marcador central, el Kily tiene a Paz, Calderón (con el que se está en negociaciones para la renovación del contrato que vence a fin de año), Corvalán, Ludueña y Piris, contabilizando a los que han jugado. Con el adicional -dato no menor- que el equipo viene jugando con línea de cinco, por lo que el técnico está utilizando tres marcadores centrales.
Respecto de los delanteros, el jugador apuntado como prioridad es Cristian Tarragona. Si bien surgió este martes la información de un arreglo con Independiente, pasada la media tarde se desató un hecho confuso que involucra al jugador con su representante. Concretamente, lo que se dijo fue que Tarragona habría descartado a Independiente en disconformidad con su representante y que tendría una oferta mejor que aceptaría. Unión le acercó, al jugador, un ofrecimiento muy importante en dinero y por dos años y medio de duración. Tarragona es hincha de Unión. Los dirigentes ya lo habían descartado cuando se enteraron de que se iba a Independiente y no recibieron, al menos por el momento, alguna novedad. Ni de él ni de su entorno. Habrá que esperar cómo se resuelve esta situación. Unión lo quiere, el Kily lo pidió y la oferta es muy buena. Depende ahora de lo que decida Tarragona, el delantero que pertenece a Gimnasia y Esgrima La Plata.
En las próximas horas también se definirá el levantamiento de la inhibición y la pretemporada. Unión maneja alternativas para concentrar una semana en varios lugares, uno en la provincia de Córdoba (Río Segundo) y otros en la nuestra. La idea del Kily es que los jugadores compartan, generar vínculos más estrechos y de paso "airear" al plantel de la rutina de Casasol, un predio en el que están muy cómodos pero es el que utilizan todos los días.