A medio siglo del "Loco" sueño de Unión, que dio que hablar a todo el fútbol argentino
El 30 de enero de 1975, Hugo Orlando Gatti llegaba a un acuerdo y firmaba el contrato que lo ligaría a Unión. El club compró el pase en cuotas y se vio luego beneficiado por el Rodrigazo. A Santa Fe, Gatti llegó el 5 de febrero y fue una revolución.
Gatti posando con el equipo rojiblanco en 1975. Crédito: Archivo El Litoral
“Ya vendimos las 300 plateas techadas y recaudamos 45 millones de pesos. Gatti vino por 60 millones, en 20 cuotas. De esa misma manera se hizo lo de Marasco, Espósito, Marchetti, Mastrángelo y Baudillo Jauregui”. Se acercaba el comienzo de la temporada en 1975 y el doctor Súper Manuel Corral decía lo que se acaba de leer, a través de El Litoral, dejando dos sentencias: 1) lo que había significado económicamente la llegada de una estrella como Hugo Orlando Gatti a un club recién ascendido como Unión (las plateas techadas eran las más costosas por ese entonces); y 2) el hecho de haber adquirido a los jugadores mencionados –y algunos otros que no se mencionan- en cuotas, permitió con el posterior “Rodrigazo” decretado por Celestino Rodrigo, el Ministro de Economía de Isabel Martínez de Perón, con una devaluación del peso de más del 100 por ciento, una brutal recesión y las cuotas que prácticamente se licuaron para terminar pagando “chauchas y palitos”, según el propio Corral se encargó de comentar, luego, a lo largo de su permanencia en la institución en diferentes períodos.
El 30 de enero de 1975, hace exactamente 50 años, Unión llegaba a un acuerdo con Hugo Orlando Gatti, que venía de atajar en Gimnasia (antes lo hizo en River y en Atlanta), ya convertido no sólo en un “showman”, sino en uno de los mejores arqueros del fútbol argentino, al punto tal que fue el arquero de la selección de Menotti durante buena parte del proceso previo al Mundial de 1978, hasta que el Flaco se “amigó” con Fillol y lo terminó eligiendo para que sea el arquero campeón del mundo.
Gatti era una atracción y se dudaba de lo que pasaba en Unión, que hizo una verdadera revolución. Había motivos. Juan Carlos Lorenzo empezó a trabajar antes de mediados de enero con los dirigentes en el armado del plantel, pero no firmaba el contrato. Recién lo hizo cuando se aseguró la llegada de las figuras que había pedido. El Toto era otra gran atracción: había sido bicampeón con San Lorenzo en 1972 y venía de dirigir a grandes de España e Italia, para retornar al país para ser el técnico de un club que recién había ascendido a Primera, como Unión.
Así lo contaba diario El Litoral.
Ese 30 de enero, por la tardecita, el Loco Gatti firmó su contrato con Unión. Cuentan que la demora en el arreglo se debía a la opinión de su esposa, que no estaba del todo convencida de venir a Santa Fe. Pero el 5 de febrero fue el gran día y se produjo el arribo, a las 14.12 en un vuelo de Austral, con un aeropuerto de Sauce Viejo convulsionado y con gente arrimándose a la pista para observar de qué manera bajaba, por la escalerilla, uno de los grandes ídolos que tenía el fútbol argentino en ese momento.
En ese mismo vuelo llegó Camilo Aguilar, que venía a Santa Fe pero para jugar en Colón, que también armó en ese 1975 un equipo extraordinario. Muchos ya venían de antes (Baley, Araos, Villaverde, Trossero, Fernández, Carlos López, Coscia, Cococho Alvarez, Villarruel, Zimmermann, entre otros). Y observando lo que se generaba en el tradicional rival, aquella dirigencia sabalera no escatimó esfuerzos y trajo algunos jugadores de enorme jerarquía como Poroto Saldaño y Mazo, que se convirtieron en figuras del equipo que tenía a otro grande en la dirección técnica: el Gitano Juárez.
Así lo contaba diario El Litoral.
Pero volvamos a lo de Gatti. Cuando los dirigentes de Unión lo fueron a buscar, lo primero que el Loco les dijo fue: “Acá tienen delante de ustedes al mejor arquero del mundo”. ¡Listo!, pensaron los directivos, acá no hay más nada que hablar. Y se pusieron a trabajar en lo que parecía un imposible. Corral, Baldi, Veglia, Moráguez, Rubén Neme, Juan Bertolino que era el gerente y el resto de los que colaboraban en aquella dirigencia de lujo que había en Unión por esos tiempos, no sólo armaron un equipo para pelear arriba y con técnico “top”, sino que pusieron también manos a la obra para provocar el cambio estructural más grande que hubo en el estadio, que rápidamente cambió su fisonomía. Y hasta se dio el lujo de ceder la condición de local cuando a River le tocaba venir a Santa Fe, jugó “de local” en cancha de Vélez, le ganó 2 a 0, el Loco le atajó un penal al Beto Alonso y se trajeron una fortuna con la recaudación. Y de “yapa”, esa misma noche fue la del Rodrigazo, que para la economía de Unión –no de la gente- fue una gran noticia.
A los pocos días de su llegada, llegó el momento de la presentación. Que no fue en la cancha de Unión, sino en la de Sportivo Belgrano de San Francisco, en un amistoso que terminó 3 a 0 a favor de Unión y en el que el Loco dio la nota y puso en escena su show. Una multitud fue a ver el partido… O mejor dicho, ¡fue a verlo a él! Unión ya puso en cancha a muchos de los jugadores que habían llegado para reforzar el plantel. Gatti; Suñé, Rojas, Jáuregui y Bottaniz; Espósito, Marchetti y Luque; Bravi, Marasco y Tojo fueron los elegidos por el Toto. Silguero y Trullet ingresaron en el segundo tiempo. Bravi, Marasco y Garello fueron los autores de los goles. Unos días después, se hizo la presentación en la cancha de Unión, ante Patronato (victoria 4 a 1 con Luque como figura) ante un lleno total. Esa noche, apenas terminó el partido, el Toto entró a la cancha, lo buscó a Luque, lo tomó del brazo y le dijo: “Flaquito, si usted me hace caso, termina jugando en un grande del país y en la selección”. Y no se equivocó. Y el 16 de febrero llegó el debut ante Atlanta, en el inicio del Metropolitano.
Gatti junto al Toto Lorenzo.
Gatti, Bottaniz, Espósito, Jáuregui, Marasco, Marchetti, Mastrángelo, Suñé, Tojo, Trullet, Cocco y Oscar Víctor Trossero, se sumaron a Burtovoy, Luque, Bravi, Barro, Fredes, Sacconi, Garello, Mazzoni, Merlo, Retamar, Ramón Zanabria, Silguero y Horacio Daniel Rojas, que venían del plantel anterior que logró el ascenso con el “Campanazo” de Bravi. Jugadores consagrados, algunos, y otros que luego tuvieron un crecimiento notable y fueron campeones hasta del mundo, como pasó con Luque en la selección y con Gatti, Suñé y Mastrángelo, a quienes el Toto Lorenzo se los llevó a Boca al año siguiente.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.
Dejanos tu comentario
Los comentarios realizados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Evitar comentarios ofensivos o que no respondan al tema abordado en la información.