Viernes 1.10.2021
/Última actualización 18:34
Con el final del ciclo de Juan Manuel Azconzábal, terminó también un capítulo en la toma de decisiones en Unión. Gustavo Munúa deberá validar la confianza que depositó la secretaría técnica. Pero su incorporación como nuevo entrenador de Unión, a partir del regreso del plantel desde Mar del Plata, abre una nueva etapa en el club. Lo eligió una secretaría técnica (que participó en la salida del anterior entrenador, de común acuerdo con la dirigencia y con el propio Azconzábal), que le tocó entrar en funciones en un momento de debilidad futbolística y que se puso enseguida manos a la obra con la difícil misión de encontrar un técnico que se amolde a un proyecto. Tanto el primer apuntado (Repetto) como el finalmente elegido (Munúa, que estaba segundo en el "escalafón" de entrenadores pretendidos) llegaron a oidos de la dirigencia bajo la exclusiva responsabilidad de Battión-Limia-Amut. Y aquí radica el primer cambio de "sistema" en la toma de decisiones futbolísticas.
Se eligió lo mejor para un proyecto que Unión intenta llevar a cabo. Por eso se puso sobre la balanza la cantidad de jugadores que Munúa llevó a primera en Nacional de Montevideo, inclusive participando en la Libertadores con esos juveniles. Hay una idea, que también la había con Repetto, más allá de que este último tenía varios títulos de campeón y otros logros (como el subcampeonato con Independiente del Valle en una Libertadores), que Munúa no muestra entre sus pergaminos. Pero se elige a Munúa porque la secretaría técnica comprendió el mensaje de la dirigencia. La idea de que "el técnico tiene que encajar en el proyecto, pero no es el que decide el proyecto", es la que gobierna. Esto también significa un cambio.
¿Con qué se va a encontrar Munúa?, con un plantel con carencia de jerarquía en varios sectores de la cancha y con un jugador muy importante en el funcionamiento del equipo que no lo tendrá hasta el año que viene (Cañete). Azconzábal, evidentemente, equivocó el camino. Cuando daba un par de pasitos para adelante, los retrocedía de inmediato. Terminó confundiendo y creando inseguridades. Ni hablar de los resultados, porque no se cumplió ninguno de los objetivos en las dos copas locales, apenas si pudo superar una etapa más en la Sudamericana (dejando afuera a Emelec) y dejó al equipo en el lote de los últimos en este torneo. Pobre desde lo matemático y también desde lo futbolístico, coincidente con alguna opinión escuchada el domingo pasado en el 15 de Abril, luego de la victoria ante Patronato, cuando se escuchó decir que "el Vasco tuvo más méritos en la parte individual de algunos jugadores que en lo colectivo". Y puede ser. Quizás algunos jugadores le estén debiendo algún reconocimiento. O por haberlos puesto o por haberlos mejorado. Pero no son muchos. Y tampoco le fue suficiente para quedarse.
Munúa tiene más recorrido y logros en su larga carrera como arquero, que cuando le tocó dirigir. Tuvo la chance de hacerlo en dos grandes de Sudamérica y en clubes chicos de España (Deportivo Fabril y Cartagena) a los que llegó por sus 10 años de actuación en aquél país. En esta parte del continente, su identificación con Nacional lo llevó a ser el entrenador en dos períodos y tuvo un paso por Liga de Quito que forma parte de su "lunar" en la carrera, porque allí las cosas no le fueron nada bien.
Gustavo Munúa sabe que viene a insertarse en un fútbol complicado y que tiene sus características propias como es el argentino. Los uruguayos tienen, en ese aspecto, una capacidad de adaptación muy particular. Se sienten "como en casa" cuando les toca cruzar el "charco". Eso los coloca un escalón por encima de técnicos de otras nacionalidades, lo cuál no les da ninguna garantía de éxito, pero en algo ayuda. Llega a Unión con un cuerpo técnico numeroso, porque son cinco en total. A ellos se sumará Rodrigo Llinas como entrenador de arqueros, puesto que conservará. Munúa viene de Montevideo con Pablo Sánchez (el segundo preparador físico) y Jorge Barrios (el segundo ayudante de campo). Están llegando en horas de la tarde a Santa Fe sin necesidad de hacer cuarentena y verán el partido de esta tardecita junto a Battión y Amut (Limia está en Mar del Plata). Mientras tanto, mañana sábado lo harán el "Oso" Christian Berman y el profesor Félix Martínez, los dos colaboradores principales, que viajan desde España y arribarán por la tarde a Rosario.
En la vuelta al trabajo del plantel (se decidirá sobre la marcha si llegan mañana sábado a Santa Fe, hacen un regenerativo y luego son licenciados hasta el lunes o si se les da descanso el sábado y entrenan el domingo), estarán Munúa y su cuerpo técnico para realizar la presentación correspondiente y empezar a preparar el partido debut que será con Platense, el viernes de la semana que viene a las 14.30 con el importante detalle de que significará el retorno de los hinchas tatengues al 15 de Abril.
Unión se enfrenta esta tardecita en el José María Minella con Aldosivi de Mar del Plata, en el encuentro que abre la décimocuarta fecha del torneo de la Liga Profesional y que marcará el regreso del público a las canchas.
Marcelo Mosset definió que jugará con el mismo equipo que puso el domingo en el 15 de Abril ante Patronato. Es decir que Unión saldrá con Moyano; Vera, Gissi, Brítez y Corvalán; Roldán, Nardoni, Mauro Pittón y Gastón González; Luna Diale y Márquez.
Por su parte, el equipo que dirigirá interinamente la dupla Diego Villar (ex jugador de Unión) y Facundo Oreja, lo hará con Devecchi; Iñiguez, Coloccini, Emiliano Insúa y Emanuel Insúa; Cerro, Gil Romero y Lodico o Grahl; Braida, Cauteruccio y Lautaro Guzmán.
El partido será dirigido por Yael Falcón Pérez y se permitirá un aforo de 6.000 espectadores, nada más, teniendo en cuenta los problemas graves de estructura que hay en el Minella.