"La victoria no se define por las veces que ganamos o que perdemos. Se define por el esfuerzo. Si de verdad puedes decir "hice lo mejor que pude, di todo de mí", entonces eres un ganador". (Wolfgang Schalder).
Habló de su infancia, de los arqueros y técnicos que lo moldearon, de por qué le dijo que sí a Unión y confesó que "tengo un sueño, un gran sueño, pero no te lo voy a decir...". Gustavo Munúa, depositario de la ilusión de los hinchas tatengues.
"La victoria no se define por las veces que ganamos o que perdemos. Se define por el esfuerzo. Si de verdad puedes decir "hice lo mejor que pude, di todo de mí", entonces eres un ganador". (Wolfgang Schalder).
* * * * *
Llegó a la hora estipulada, se sacó fotos con quiénes hacemos a diario El Litoral, jamás se fijó en el reloj y prolongó la charla por casi dos horas. "Si sabía que me ibas a hacer tantas preguntas específicas, hubiese pensado mejor y preparado las respuestas", comenta, cuando, por ejemplo, se le preguntó por aquéllos arqueros -tantos y buenos- que ha dado la rica historia futbolera de Uruguay. Gustavo Munúa se toma el tiempo para buscar las mejores palabras y ser correcto en cada respuesta. Su llegada a Unión fue sanadora. Mejoró al equipo, potenció las individualidades, ganó el clásico, clasificó al equipo para la Sudamericana, le dio una identidad que la gente "compró" rápidamente, le ganó jugando un partidazo a River, el mejor equipo del fútbol argentino y ha logrado que el hincha tatengue no sólo lo quiera, sino que empiece a soñar.
Gustavo Munúa da esa imagen de ser un tipo sincero. Esa misma sinceridad que, por ejemplo, tuvo la noche de ese partido ante River, cuando no sólo señaló que "para ganar, teníamos que hacer un partido perfecto", sino que también se animó a decir que "creo que no fue penal" en la maniobra de Armani sobre Nardoni, que Pitana cobró.
-Arranquemos por tu infancia, Gustavo...
-Tuve una infancia preciosa en Montevideo, con mucha pelota. Antes era diferente, la calle, la vereda eran nuestra cancha... Aprendimos a jugar con los cordones de la calle, como a muchos le habrá pasado... Cuando empecé en el baby fútbol, me dí cuenta de que era muy bajo para el puesto de arquero. Entonces, estuve alternando entre ser arquero o ser central, lateral o en el mediocampo... Y allá por el '94 me decido más por el arco y Nacional, cuando apenas tenía 16 años, me mandó a préstamo a un club de la C. Allí tuve más continuidad, buen rendimiento y pegué el estirón.
-Hay arqueros que fueron próceres en Uruguay, caso Roque Máspoli, el del Maracanazo. Peñarol lo tenía a Ladislao Mazurkiewicz y Nacional a Manga, que era brasileño. ¿En quién te fijabas?
-Siempre me fijé en el arquero de la primera de Nacional, porque jugaba allí... Pero tengo grandes recuerdos de Mazurkiewicz, que me entrenó en la selección uruguaya y tuvimos una linda amistad. Entre la niñez y la adolescencia pude ver a Jorge Seré, a Rodolfo Rodríguez, con el que al día de hoy todavía me hablo, a Fernando Alvez... No quiero seguir nombrando porque me puedo olvidar de alguno.
-¿Creés que el arquero es el que más tiene que estudiar a los rivales?
-Es importante, sobre todo a los delanteros, que son los más cercanos al arco. Saber cómo se perfilan, si son rápidos o no para definir, si hay algún tirador desde afuera del área... Hay varias situaciones que se analizan y ayudan.
-¿Que es el Maracanazo para ustedes, los uruguayos?, ¿cuál es el grado de relevancia que le dan?, ¿es lo mejor que les ha pasado en la vida?
-Es una parte muy bonita de la historia... Eso va a perdurar de generación en generación, es un legado que dejaron esos muchachos ganándole a Brasil con más de 200.000 personas... Uruguay es un país con muchos torneos y copas ganadas, que lo convierte en parte de la historia viva del fútbol.
-¿Sentías temor a la hora de entrar a una cancha?
-El cosquilleo te viene con 18 años o con 35... Es un cosquilleo lindo, manejable... Lo que uno siente es mucha incertidumbre por saber cómo va a ser el partido, de qué manera se va a presentar.
-¿Y como técnico?
-Es bastante parecido. Hay una parte pasional que la vas controlando, pero la adrenalina de la competencia y el cosquilleo, también aparece cuando dirigís.
-Pumpido siempre dice que en el fútbol, el 70 por ciento es la cabeza y ustedes tienen esa bien ganada fama de la garra uruguaya. ¿Coincidís?
-Estoy de acuerdo con Nery en que la parte sicológica es importantísima... El porcentaje no te lo sabría decir, capaz que es más del 70... Pero que es alto, es alto... Si no estás bien en lo anímico, si no tenés esa alegría, esa determinación a la hora de jugar, por más que entiendas el juego o seas bueno técnicamente, se hace difícil. Nunca llegarías a una concentración máxima y a un grado de seguridad y potencial del ciento por ciento.
-¿Púa, que te dirigió en la selección juvenil cuando fueron subcampeones del mundo en Malasia y te llevó a la selección, ¿fue el que más influyó en tu carrera?
-Aprendí de todos los técnicos que tuve... Vos nombraste a Víctor, que fue una persona importante, estuvimos dos años con él cuando éramos muy jóvenes... Después, Hugo De León, Daniel Carreño (N. de R.: jugó en Unión) y quiero parar de nombrar porque me voy a olvidar de muchos.
-¿Coincidís conque se juegue tanto hacia atrás y con el arquero, asumiendo varias veces un riesgo muy grande?
-Es verdad que el trabajo del arquero ha cambiado y para bien. Al no poder agarrarla con la mano, le da dinámica al juego. Los arqueros se tienen que adaptar a la pelota, que cada vez son más livianas y se mueven más. Todo está regulado para aumentar el espectáculo... ¡Y el arquero, por eso, va a contramano...! Es un puesto muy lindo... Me gusta que el arquero haya evolucionado con los pies, pero lo primero es atajar... Está todo bien, pero no hay que desenfocarse: el arquero está para atajar.
-Metiéndonos en Unión, ¿qué pensaste cuando te propusieron venir a Santa Fe?
-No tenía equipo, por lo que no me sorprendió porque me llamaba mucha gente. Mi primer contacto fue con la secretaría técnica, tuvimos gran conexión, fue todo muy rápido. Al principio les pedí un par de días porque quería interiorizarme del equipo, lo hice y enseguida me dí cuenta de que teníamos muchas cosas en común y que pensábamos parecido. Sabía ya de todos los chicos jóvenes que había en el club y eso me gustaba mucho.
-¿Implicaba un desafío venir al fútbol argentino?
-Todos son desafíos... El fútbol argentino se vé, tiene mucha repercusión y eso me gusta. Tenía ganas de venir a la Argentina, ya que como jugador no pude. Una vez estuve muy cerca, de un club cuyo nombre se supo; otra vez, también, pero de un club cuyo nombre no se conoció.
-Argentina tiene dos clubes grandes, pero los chicos también lograron salir campeones. ¿Ves una gran brecha entre River, Boca y el resto?
-Lo veo como un fútbol competitivo, parejo y es normal que los grandes manejen más presupuesto. Pero el campeonato es lindo... En Unión estamos siendo muy competitivos y veo que hay una gran familia.
-¿En qué lo ves reflejado?
-¿A qué?
-A lo de la gran familia...
-En todo y no hablo sólo del vestuario, que se disfruta y mucho... A mí me gusta generar un lugar agradable y cómodo para trabajar, creo que lo estamos logrando... Y además, todos los que nos rodean, desde el presidente hasta cualquiera de los que trabajan con nosotros, médicos, utileros, etcétera, que nos hacen sentir muy cómodos.
-¿Sentís que potenciaste a los jugadores?
-Cuando estudiamos con el cuerpo técnico al plantel, nos dimos cuenta muy rápido de que había potencial. Los chicos están creciendo, hoy Unión tiene un sentido de pertenencia increíble, un patrimonio muy importante en sus jugadores jóvenes que hoy ya son una realidad y un futuro muy prometedor. El club tiene un sostén muy sólido allí, más los jugadores de experiencia como Corvalán, Moyano, Brítez, la llegada de Polenta, Álvez o Ramos que están ayudando muchísimo a consolidar ese proceso. Hay una mixtura muy linda.
-¿La idea fue traer experiencia atrás y adelante, pero dejando un mediocampo joven, intenso y rápido?
-En el armado del plantel tuvimos mucho diálogo con la secretaría técnica. Buscamos jugadores con características claras, no sólo en cuanto a la edad. Estamos muy contentos con el fichaje de todos los que han venido y creo que el plantel se potenció. También creció mucho la competencia interna. Hay tres torneos, son muchos partidos y hay que tener un plantel amplio.
-¿Sabías que la venta de Gastón González es la más importante de la historia del club?
-Sí... Y eso me pone muy contento, por él y por el club... Disfrutaremos lo máximo posible, es un chico que sigue trabajando de la misma manera por más que sepa que en poco tiempo se va a otro lugar. Y eso lo valoro.
-¿Álvez está en camino de ser ídolo de Unión?, ¿Machuca está en el camino de Gastón González para una futura venta?, ¿qué le falta a Zenón para que explote?
-En el caso de Álvez, la gente conectó con él, por su manera de ser, por cómo se mueve y los goles que hace. Creo que sí, que la gente puede sentirse identificada. Machuca lo tiene todo, es un jugador que tiene una explosión arriba de la media y que tiene un uno contra uno que no es fácil de encontrar y no tengo ninguna duda de que va a hacer muchos goles. Va madurando y dando pasos sólidos, con ganas de crecer como el resto.
-¿Y Kevin?
-Es un jugador diferente, que tiene la calidad de hacer cosas imprevistas en una baldosa. Tiene recorrido, es veloz... Tengo gran confianza y de a poco va a mostrar sus cualidades y dejará de ser el jugador que "pinta lindo" y entrará en la etapa de decir "¡acá está Kevin Zenón!"...
-¿Se puede imaginar el hincha de Unión que jueguen Luna Diale, Roldán y Cañete juntos?
-¡Hay que verlo!... Los grandes futbolistas siempre pueden jugar juntos... Te repito que hay una sana competencia interna, vital para el crecimiento diaria. Cuando llegue el momento, se verá.
-¿Hablás de fútbol con Spahn?
-Sí... Es una linda relación, cercana... Por ahí podemos hablar todos los días o que pasen quince días sin que hablemos, pero me siento cómodo con él... Desde el primer momento que hemos llegado, sentimos una muy linda energía, nos dimos cuenta de los valores que tiene el club y la gente nos transmite mucho cariño... Estoy ilusionado.
-¿Hasta donde llega esa ilusión?
-En lo único que pienso es en crecer diariamente, ir partido a partido y que seamos un equipo competitivo... Después veremos qué nos depara el futuro... Somos muy exigentes con nosotros mismos y eso me gusta porque veo una muy buena respuesta por parte del futbolista a esa autoexigencia.
-¿Qué te preocupó más, la derrota en Santiago del Estero del año pasado o la de Junín de hace un par de semanas?
-A nadie le gusta el partido que se da cuando perdés. Por ahí podés ganar e irte preocupado. A veces perdés y no sabés por qué perdiste... Y lo mismo si ganás y te preguntás: "¿qué hice hoy para ganar?"... Hay que saber de dónde venimos, quiénes somos y adónde queremos llegar... Este es un proceso muy lindo, te repito que lo disfruto y somos conscientes de las etapas que vamos transitando.
-Vos jugaste y lo conocés a Lionel Scaloni, ¿te sorprende lo que ha pasado con él en la selección argentina?
-Fuimos compañeros con Leo en Deportivo La Coruña, tengo muy buenos recuerdos y espero volver a verlo pronto, ahora que estamos más cerca... El principio fue una incógnita, después fue consolidando un grupo y recuperó la alegría y el sentido de pertenencia a la selección argentina... Se nota mucho que a nivel grupal ha trabajado. Lo coronó con un título y buen fútbol. Y se sacó la mochila de ganar esa Copa América que descomprimió muchas cosas y se vé una selección muy alegre.
-¿Hay una intensidad exacerbada en el fútbol de hoy?
-Cuanto más cortito y mojado el campo de juego, mejor para mí porque da mucha dinámica. Si el campo está bueno y con buenos futbolistas y entrenadores como hay en la Argentina, se hace todo más movido y a mí eso me gusta... La pelota viene más rápido, hay que tomar más decisiones, se juegan más minutos que antes y todo eso está bueno.
-¿Con qué soñas?
-Lo primero es trabajar mucho para cumplir ese sueño... No te voy a decir cuál es, pero lógicamente que uno tiene objetivos. Pero también te digo que estoy disfrutando mucho del camino hacia ese objetivo.
-Disfrutar no es algo normal para un técnico...
-Es que la presión se la pone uno mismo... Para contrarrestar eso, es bueno tener una estabilidad emocional.
-La última Gustavo, ¿cuál fue el momento más feliz de tu vida?
-.... Como feliz, feliz, el nacimiento de mis dos hijos... Esos fueron momentos inolvidables para mí... ¿Y tristes?... No recuerdo nada que me haya chocado o que quiera borrar para siempre de mi vida... Pasé momentos duros, como todos... Hay situaciones que son traumáticas en el momento y que luego se superan. De esas tuve varias, porque muchos creen que el camino es todo de rosas y no es así... El fútbol es muy lindo, pero tiene sus momentos duros.