Darío Pignata | [email protected]
Quedó en un callejón sin salida por su autoritario manejo en el tema Franco Soldano. Perdió credibilidad en la gente y tiene fracturada a su Comisión Directiva.
Darío Pignata | [email protected]
No debe haber nada más facil que “spoilear” a Luis Spahn en el Mundo Unión. Y no hablo de las sistemáticas transferencias de futbolistas propios en nueve años de no gestión: siempre vendió mal. Hablo de la reacción interna y externa que ofrece en su peor momento como presidente tatengue.
Cuestionado por otro sistemático regalo de capital entre el Niño Dios y los Reyes Magos —no hace falta aclarar que su juguete perdido ahora se llama Franco Soldano—, salió al ruedo con el típico argumento del nene rico que tiene plata y le compran la pelota. La lleva al potrero, pero cuando no le dan un pase —“no me la tocan”, es el reclamo— o lo dejan afuera, agarra la pelota y se la lleva a su casa. No le importa el resto.
Nadie puede negar que hace nueve años apagó uno de los peores incendios de los últimos tiempos en López y Planes.
Pero “la otra historia” debe ser contada: todavía no logro encontrar en el archivo de El Litoral la foto donde le ponen una 45 en la cabeza para que ponga plata en Unión. Como decía la nona cuando veníamos golpeados, embarrados y goleados del “picadito” en el barrio: “Sarna con gusto...no pica”.
Acostumbrado a algunas entrevistas donde le tiran mejores centros que al “Fantasma” o a Victorio —de onda, dudo que sepas quiénes son—, se cansó de decir sistemáticamente que “ya hace dos años que no pongo plata importante en Unión”. Eso, claro, antes del escandaloso pase de Soldano al Partenón.
Entonces, es fácil “spoilear” sus reacciones espasmódicas. De golpe, Spahn salió a gritar a los cuatro vientos que “urgentemente” debió poner en las últimas horas “un millón y medio de pesos de su bolsillo para el cableado de luces nuevas pre-Sudamericana en el 15 de Abril” y que a la vez de otra cuenta suya mandó “150.000 pesos a la AFA”. De no poner nada a volver a poner mucho. Y todo por culpa de no vender bien a Soldano. Y no vender bien a Triverio. Y no vender bien a Malcorra. Y dejar libre a Gamba. Sin dudas, se agregarán otro “y...” (no importa cuando leas ésto en el Mundo Spahn con sus ventas navideñas).
Y también mágicamente se animó a decir “ahora y de golpe” en los medios lo que no se animó a decirle “cara a cara” con los socios de Unión que se lo preguntaron en la última asamblea: “Unión me debe cinco millones de dólares, más o menos”, disparó. Esa es la torpe respuesta al cuestionamiento claro que le hace la gente por el regalito de Franco. Se resumiría de esta manera: “Como me marcan los errores, me enojo y les recuerdo que me deben”. O sea, me llevo la pelota a mi casa.
De todos modos, deberá saber Don Luis que “Billetera no mata pasión”, porque Angel murió hace diez años y la familia Malvicino no terminó de cobrar. Y con “Cuqui” Vega pasó lo mismo. En todo caso, si hay mucho apuro no estaría mal pedir una auditoría profesional en la Justivia —Personas Jurídicas— y empezar a revisar las herramientas de un posible concurso. ¿La verdad?...en los clubes de fútbol siempre hay más tiempo que vida.
Camino a los 30 años en esta profesión, en este teclado y en esta redacción, muchas veces escuché en estos últimos años la siguiente frase: “El día que no la ponga Spahn...Unión desaparece”. La escuché antes con Vega, con Malvicino, con Baldi, con Veglia. Hasta ahí llego, en mi caso personal, por una cuestión generacional...pero se podría hacer así en cuenta regresiva hasta el 15 de abril de 1907.
En verdad: ¿Puede alguien creer en esta bendita ciudad de Garay que un sentimiento como Unión pueda desaparecer por culpa de una chequera?. Ni siquiera se puede perder tiempo en analizar el tema.
Luis Spahn, el bombero más capacitado y necesitado de los últimos años, fue el peor de los carpinteros: después de apagar el incendio no pudo o no supo construir nada. Está todo roto; adentro y afuera.
Sería bueno que las generaciones nuevas de tatengues sepan que hay vida después de Spahn. Los que peinan canas, lo saben...porque ya vieron pasar a “varios Spahn”.
El quiebre de la directiva es total, aún admitiendo que el propio presidente tiene soldados leales, dispuestos a inmolarse y entrar caminando de su mano al Cementerio. Así como entró Sphan de la mano de Rubiola al velatorio del pase de Franco Soldano en Grecia.
En las últimas horas, un número importante de integrantes —entre 12 y 15; o sea casi la mitad— de la CD preparó con firmas una nota donde le piden al presidente que muestre el contrato original de venta de Franco Soldano: quieren saber el precio, la forma de pago y las garantías de cobro. En principio, se generaría una reunión extraordinaria en las próximas horas.
Spahn no ve —o no quiere ver— que perdió el liderazgo político interno y no advierte que la gente le perdió la confianza con el tema Soldano: el 70 por ciento le dio la espalda en la encuesta de El Litoral. Después, como siempre decimos, “ésto es fútbol” y la pelotita puede entrar. O no.
Una última reflexión final: su vicepresidente Emilio Lamas fue el que decidió subirse al ring para enfrentarlo. De manera interna y pública. Consultado por estas diferencias con Lamas, Luis Spahn dijo: “No pregunten por qué rompió conmigo...pregunten ¿por qué rompió su familia...?; ¿por qué rompió su matrimonio?; ¿por qué rompió su pareja?”. Esta respuesta, de golpe bajo, define claramente lo que es Luis Spahn. Como una vieja radiografía o una moderna selfie.