¡Dejen de ro-VAR!: ¿quién es Toviggino en el tema Unión?
A diferencia de otras injusticias, esta vez los medios nacionales se hicieron eco del despojo contra el Tate. ¿Qué pueden hacer los clubes del interior contra el manejo direccionado del VAR?.
Amigos son los amigos. Pablo Toviggino, de quien no circulan demasiadas fotos en los medios nacionales, abrazado con Claudio "Chiqui" Tapia hace algunos años. Si bien nació en Rosario, parece santiagueño por sus "preferencias" a la hora de manejar el poder desde Viamonte o desde Ezeiza.
Si bien el presidente de Unión, Luis Spahn, tenía pensado mantener este viernes una conversación telefónica con Claudio "Chiqui" Tapia luego del despojo arbitral en el partido con Boca, muchos dirigentes y ex dirigentes tatengues hacen foco en una figura que centraliza una porción muy grande de poder en el duro cemento de las oficinas en calle Viamonte y/o en el verde césped del predio en Ezeiza: Pablo Toviggino.
Como se sabe, al final de esta temporada se irán dos equipos al descenso, uno por el sistema de promedios y otro por la tabla acumulada de puntos cuando asome diciembre. La victoria de los tucumanos "descomprimió" la parte baja, dejando a Huracán con 19 y en descenso (no hay que contar a Arsenal con 17 porque se va a la "B" por promedio). Por encima del "Globo", hay un lote de cinco equipos con 24 unidades; entre ellos los dos de Santa Fe.
Si bien cuando suceden este tipo de robos alevosos siempre se apunta a Federico Beligoy, a cargo de la Dirección Nacional de Arbitraje en la AFA, muchos ven más allá del ex árbitro e incluso del propio Claudio "Chiqui" Tapia.
Hace un par de años, Infobae se preguntaba en un informe especial "¿Quién es Pablo Toviggino, el enigmático hombre que domina la AFA desde las sombras?".
A él no le gusta que le saquen fotos. No le gusta que lo nombren. No le gusta que lo vean. Le gusta más la equitación que el fútbol. Su tuit destacado son fotos de caballos con sus tres hijos, a quienes les transmitió su verdadera pasión. No hay fotos subidas de partidos o pelotas de fútbol.
Sostenemos el mismo apellido, algo natural entre un padre y sus hijos, sostenemos algo maravilloso y único, SOMOS FAMILIA. Vuelen alto!!! SIEMPRE. Los Amo. pic.twitter.com/hD2116Jv1D
Toviggino es el hombre oculto en las sombras de Viamonte 1366: el hombre de poder detrás del poder. Tiene su oficina al lado de la de Chiqui Tapia. Es su armador, su brazo judicial y político, un alfil rápido y sigiloso para acomodarse, con alcance y penetración federal. Allí donde pocos llegan, Toviggino fundó su dominio e influencia. El secretario ejecutivo de la AFA difícilmente sea reconocido en alguna cancha de Primera División. Pero sí en las canchas de tierra de torneos regionales.
"En 2015 emergió en la AFA tras un acuerdo político entre Daniel Angelici, por entonces presidente de Boca, y su aliado Gerardo Zamora. Su designación como Presidente del Consejo Federal de Fútbol fue sorpresiva. Es el hombre que dispone de los contactos judiciales con la venia de Angelici. Un año después, durante el gobierno de Mauricio Macri, la FIFA lo nombró como uno de los cuatro miembros de la Comisión Normalizadora y a su vez tesorero. A comienzos de 2017, denunció ante el ente rector del fútbol mundial que el Comité de Regularización no estaba cumpliendo con sus objetivos. En marzo de ese año, Tapia se convirtió en presidente de AFA y él en secretario ejecutivo de la Presidencia", detallaba la investigación.
Antes de la fallida elección del 38 a 38, su injerencia en las oficinas del Consejo Federal ya era plena. Fue quien le acercó al entonces presidente Luis Segura los votos del Interior para la puja electoral. Y en los pasillos de la AFA coinciden en que es quien está detrás las designaciones arbitrales para los torneos federales o la Primera Nacional. Un resorte sensible en las aspiraciones de los clubes, por lo que son pocos los que se animan a cuestionarlo en voz alta. Y si lo hace, es ante un fallo lapidario de un juez, sobre la leche derramada.
Tal es la desconfianza que generan los arbitrajes en el Ascenso en la actualidad que se suceden situaciones absurdas. Como lo ocurrido en Agropecuario-Gimnasia de Mendoza: en protesta por los fallos arbitrales, el plantel visitante se marchó del campo de juego cuando restaban algunos minutos de descuento por disputarse y perdía 2-0.
Su figura fue uno de los causantes de la erosión que sufrió la otrora granítica estructura del "Ascenso Unido", con la salida de varios directivos vitales en el armado, como Daniel Ferreiro, o la pérdida de apoyo de clubes como San Martín de Tucumán, que se vio perjudicado por la modificación del torneo de la Primera Nacional tras el parate por la pandemia y llevó el reclamo al TAS.
Toviggino es un articulador de escenarios. Un hábil armador de "soluciones". Él recibió a los investigadores cuando allanaron la AFA: les entregó la información que requerían, los atendió y resolvió el problema amparado en su propia cobertura judicial. Se trata de las causas por presunto lavado de dinero y defraudación impulsadas por la diputada Graciela Ocaña, quien denunció que Tapia favoreció a amigos y allegados con contratos millonarios de la entidad.
Toviggino también detuvo una movilización de los camioneros que tenía como destino las oficinas de Viamonte al 1300, la sede del órgano rector del fútbol nacional: el Club Camioneros de Pablo Moyano, cuñado del presidente Tapia, tenía pensado manifestarse en las puertas de la AFA para reclamar arbitrajes en su contra hasta que sonó el teléfono del secretario general de la presidencia.
Explicar lo inexplicable. El reclamo, justificado, de los jugadores de Unión y los supuestos "argumentos" de los llamados "hombres de negro" que lo privaron al Tate de ganar los tres puntos contra Boca. Crédito: Pablo Aguirre
Él fue quien intervino para frenar el caos en el Mundial de Rusia 2018. Toviggino desarticuló el levantamiento de algunos dirigentes del fútbol argentino con filtraciones de audios y fake news de los implicados. El propio capitán de la Selección argentina, Javier Mascherano, expresó en rueda de prensa una inquietud: "No sé si nos pinchas los teléfonos". El mismo Toviggino fue uno de los "pinchados" la causa por espionaje ilegal.
Fue quien escribió y convenció a Tapia de firmar la carta en la que la AFA se quejaba por el arbitraje en la semifinal entre Argentina y Brasil por la Copa América de 2019. "Lo sucedido en el partido entre nuestra selección argentina y su similar de Brasil merece una profunda reflexión que pone en duda que se hayan observado los principios de ética, lealtad y transparencia que usted, recurrentemente invoca", decía la misiva que iba dirigida a Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol. El descargo le costó a Tapia su butaca en el Consejo de la FIFA. Pero tal es la confianza que el presidente de la AFA le profesa a Toviggino que en 2016, cuando Chiqui Tapia fue reelecto como presidente de Barracas Central, le entregó la vicepresidencia de un club del que nunca formó parte.
Nació en Rosario en 1979. No fue ex jugador de fútbol ni dirigente próspero de clubes afiliados. Administraba un establecimiento dedicado a la actividad ecuestre hasta llegar a la vicepresidencia de Comercio Central Unidos de Santiago del Estero, un humilde club que nadie consideró pertinente incluir en Wikipedia y cuya mejor performance histórica sucedió en 2017 cuando fue eliminado por Tiro Federal de Morteros en los cuartos de final del Federal B. Fue solo el primer paso de Toviggino. El ascenso es su universo, su propio club. Toviggino es el mismo que disgregó el poderío de la Primera B Nacional al reestructurarla de manera integral y le inyectó más injerencia al espacio Ascenso Unido, la asociación de clubes metropolitanos que impulsó la candidatura de Tapia a la AFA.
Escaló a la conducción de la Liga Santiagueña de Fútbol, su plataforma de despegue. Consolidó su imperio allí donde los clubes grandes, las entrañas históricas del poder del fútbol argentino, no tienen penetración. Edificó su reino en la ramificación, en la segmentación. Cuando Comercio vivió su mejor performance futbolística en sus 89 años de historia, Toviggino era presidente del Consejo Federal: un florido núcleo de apoyo. Tenía 223 ligas y 3.500 clubes bajo su órbita y responsabilidad: abarcaba más territorio que ningún otro fenómeno social en el país.
El corolario: Santiago del Estero, la provincia que considera su casa, presume por primera vez en su historia de tener a tres clubes en las dos principales categorías del fútbol argentino. Central Córdoba juega en la Liga Profesional, y Club Atlético Mitre y Güemes en la Primera Nacional. Sus ascensos y su crecimiento exponencial no estuvieron exentos de polémicas.
Las líneas trazadas por el VAR en la revisión del gol anulado a Corvalán.
El presidente de Central Córdoba es José Felix Alfano, titular del Consejo Provincial de Vialidad. El presidente de Mitre es Guillermo Raed, vicepresidente tercero de la AFA y dueño de la empresa de bebidas Secco, auspiciante de infinidad de clubes del fútbol argentino. Ambas camisetas tienen como sponsor principal el logo de la provincia que, además de ser sede del Moto GP internacional, el TC y el Super TC 2000, construyó un monstruoso estadio denominado "Madre de Ciudades", uno de los epicentros de los festejos de la tercera estrella con Messi y compañía.
En ese revoleo de dudas, sospechas y arbitrajes escandalosos, varios clubes desconfían: "Se irá cualquiera al descenso, menos Barracas y Central Córdoba". Hoy, mirando la tabla, los dos equipos de Santa Fe podrían ser ese "cualquiera", estando a cinco del descenso. El robo contra Boca encendió las alarmas en el Mundo Unión. Como afirma un amigo, el "Patito", aplica el dicho para el fútbol argentino: "Al que se duerme...lo velan". Habrá que estar más despiertos que nunca. No queda otra.
¿Qué le dijo Merlos al "Kily"?
Más allá del cruce adentro del 15 de Abril (quedaron cara a cara en la jugada siguiente al gol anulado por el VAR) durante Unión-Boca, cuando el "Kily" González abandonaba la zona mixta de prensa al terminar su conferencia, justo se retiraba la comitiva arbitral con Andrés Merlos a la cabeza. Allí, se dio el segundo encuentro entre el DT de Unión y el árbitro del partido.
"Se quedaron hablando los dos un rato, pero ambos se llevaban la mano a la boca, para que nadie pudiera saber de qué se trataba la charla", explicaron a El Litoral.
Sin embargo, los colegas de TyC Sports informaron que "en esa charla, Merlos le dijo al Kily que entendía su calentura por el gol anulado, pero se justificó diciendo que él no podía hacer nada". Y al toque agregaron una supuesta frase del juez al entrenador tatengue: "El línea me levanta la bandera en la cancha y Vigliano en el VAR desde Ezeiza me dice que lo anule porque es off-side de Corvalán".
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