Sábado 4.9.2021
/Última actualización 11:22
Frontal como siempre. Locuaz. Reconoce que en la cancha era un "pendenciero". Y lo afirma cada vez que habla o cuenta alguna de las miles de anécdotas. A la vez, aparece su veta sensible cuando cuenta que estuvo caminando por la peatonal y que lo emocionaba cada saludo del hincha de Unión. "Con estos lentes de intelectual que tengo y el barbijo, algunos no me reconocían", dice y larga una sonora carcajada. La charla, inevitablemente, se extiende. No es para menos.
-¿Qué impresión tenés del fútbol argentino, Pepe?, ¿qué te gusta y qué no te gusta?
-Lo primero que te puedo decir, es que se juega para mantenerse, para vender rápido y el jugar sin gente en las canchas ayuda a que se vea lo que se está viendo, que no es bueno... A mi me sorprenden los errores groseros que cometen los jugadores profesionales... Errores groseros en lo técnico... Pero como la mayoría de los equipos se subordinan a los técnicos, a las tácticas, entonces en las inferiores no se ocupan de la parte técnica.
-¿Por qué pasa eso de que los entrenadores creen cada vez más que lo importante es la táctica?
-Creo que River es la excepción... Gallardo pone la táctica al servicio de los jugadores... ¿Qué querés que te diga?... Hay que subsistir... Pero hay equipos como River o Defensa, que salen a buscar, que proponen. Y me encanta lo de Defensa porque consiguió logros siendo un club chico y sin perder identidad.
-Si hoy jugaras, ¿quién te gustaría que te dirija?
-¡Gallardo!... ¡Crespo!... Con mi gran amigo Falcioni tendríamos un debate, porque si bien Independiente propone, Pelusa es un técnico que subordina mucho el jugador a la táctica... El integra mi mesa chica en Buenos Aires... No es lo mismo que esté Crespo, Gallardo o Russo en el banco diciéndole a los jugadores qué es lo que tienen que hacer, a que te lo diga uno que no tiene un recorrido.
-¡Claro...! ¡Cavagnaro!... Nosotros nos preguntábamos quién es Cavagnaro, cuando llegó a Vélez... ¡Este tipo no nos puede dirigir!... Y bueno, tuvo su efímera gloria... Mirá, en 17 años de profesional no conocí a ningún jugador que fuera para atrás... Pero, ¿qué pasaba?, si no querías al técnico, se terminaba el partido, perdías y le sacabas algo "dulce" a la derrota, porque el martes ese tipo no estaba más, ¿me entendés?... Hoy los jugadores no se le plantan al técnico, dicen que sí a todo... En nuestro tiempo, no era así. Tres o cuatro días antes de la final contra la Juventus, algunos se le plantaron al Piojo Yudica sobre la forma en que había que jugar el partido... ¡Yudica y Saporiti fueron de los mejores técnicos que tuve!... Dos petisos cabrones... Pero impusieron autoridad porque se la ganaron, eran tipos muy nobles...
-¿Se perdió pertenencia, amor al club?
-Pero, ¿cómo se puede identificar un tipo que viene a un club a hacer una "pasantía" de tres meses?... ¡Se besan el escudo!... Yo me río porque parece como que lo miran para preguntarse: ¿a ver en qué club estoy?...
-¿Faltan líderes en el fútbol?
-¡En el país faltan líderes!... Me acuerdo cuando Jaroslavsky sacó un facón y quería batirse a duelo en el Senado, tipos así son los que faltan... Pero ojo que a veces la gente es la que condiciona, la que grita y el jugador obra en consecuencia. Antes jugabas 4 o 5 años en cada club y te hacías querer, veías a la gente que sufría porque uno la conocía de verla todos los días y eso te motivaba para hacer las cosas lo mejor posible porque no podías ver el sufrimiento del tipo que cruzabas todo el día en la calle o en el club.
-¿Por qué nunca borraste a Unión de tu cabeza?
-A veces pienso que yo aparento otra cosa, pero en realidad soy un tipo que se siente bien cuando lo tratan bien... ¡Yo me enamoré de Unión!... Fue un desafío y necesitaba tenerlo. Tenía más de 500 partidos, me quería San Lorenzo, Racing, Gimnasia... ¡Y elegí Unión!. Yo elegí a Unión, no me eligió Unión a mí. Tenía ganas de irme de Buenos Aires a pesar de que soy un porteño de ley. Y decía que era más fácil jugar en la B que en la A, a pesar de que todos me decían lo contrario. Y eso que era la figurita y todos los gritos y las puteadas eran para mí en cada lugar en el que jugábamos... Me acuerdo el primer partido en cancha de Douglas Haig... ¡La gente llegaba a la cancha a caballo!...
-Era pendenciero... ¡Lo más parecido a mí fue el mellizo Guillermo!... Me acuerdo que al Cabezón Ruggeri lo volvía loco, un día estaba en la U de Chile y me llaman de la guardia del barrio privado en el que vivía para decirme que había como 200 periodistas esperándome... Lo que pasa es que Urraca, el Hombre de Neanderthal...
Luis Cetraro Junto a Leonardo Simonutti, con quién compartió varias reuniones y encuentros con socios e hinchas de Unión en los días que permaneció en la ciudad.Junto a Leonardo Simonutti, con quién compartió varias reuniones y encuentros con socios e hinchas de Unión en los días que permaneció en la ciudad. Foto: Luis Cetraro
-¿La Urraca?... ¿El Hombre de Neanderthal...?
-¡Así le decía yo al Cabezón! (risas)... ¿Qué te enojás si ni sabés quién era el Hombre de Neanderthal?, le decía... Bueno, le preguntaron por Roberto Cabañas, el paraguayo... ¡Qué Cabañas, dijo Ruggeri, el peor de todos era el Pepe Castro!, contestó... "Hacíamos fila, pagábamos en dólares para pegarle", dijo el Cabezón... Volviendo al tema, extraño esto, el roce con la gente... Que la gente te palmee como me pasó en la peatonal y te diga: "Vamos Pepe, hay que salir de esta"... ¿Cómo no voy a querer a Santa Fe con estas cosas?
-¿Algún defensor te vino con mala leche?
-Nadie me vino como Ruggeri a Chilavert ni como le fue el venezolano a Messi el otro día... Cruzarse con Passarella era bravo, metía codazos... Yo agarré la parte final de Aguirre Suárez o el Tato Medina, pero los esquivaba... Un día lo cargué al Tano Pernía, cancha de Boca llena, lo llevó a Rebottaro a la otra punta y se puso a marcarme a mí... Lo que pasa es que hice cosas muy locas, algunas de ellas me arrepiento...
-Cuando fuimos a la cancha de Almirante Brown a jugar la semifinal en el 89... El vestuario parecía la cárcel del pueblo... Nos habían pintado las paredes de negro. Salgo del vestuario y miro a los chicos de Almirante que estaban vestidos con esa ropa de acetato, que se te pega cuando hay sol y molesta... Le pido permiso al Pelado Mazza, el profe, y saco a los chicos y les digo: "Miren a éstos, miren cómo están vestidos"... Y nosotros con ropita de primera... Nos fuimos a calentar al lado de ellos y nos miraban de reojo... Encima el sistema horrendo que había implantado Celoria. Nos marcó hombre a hombre. Sabíamos que si uno se liberaba, se iba derecho al gol. Eso pasó... Entonces, cuando hago el primer gol, agarro pasto y se lo doy al marcador de punta, que era el que me seguía por todos lados... El tipo agarró el pasto... ¡Y se lo empezó a comer!... Por dentro yo decía, si este tipo está comiendo pasto, ahora me va a matar... Ganamos 2 a 0 y fue un delirio porque Unión había llenado la tribuna que nos dieron...
-¿Fuiste feliz en Santa Fe?
-¡Más que feliz!... Nadie creía que yo iba a venir y vine... Cuando llegué, lo primero que dije fue: "No me imagino otra cosa que dar la vuelta en la avenida"... Y fui feliz porque salió bien lo que uno quería. Quedó marcado de la manera que queríamos que sucediera. Y ver media ciudad y un poquito más que estaba contenta, me puso muy bien... Un día, un pibe me mandó un mensaje por twitter y me puso: "Pepe yo pintaba mi remera con un corcho quemado y le ponía el 7 por vos"... Eso me pone muy bien... Un hincha de Unión me contaba que se encontró con Fragapane, le preguntó si era Fragapane y le dijo que no. Entonces, lo llamó al mozo, porque estaban en un bar, y le preguntó si era Fragapane y el mozo le dijo que sí... Yo no soy así, al contrario... El santafesino es fenomenal, nada que ver con el porteño... Fue importante aquéllo para mí, al punto tal que el matutino más importante de Buenos Aires me hizo una nota al otro día de ascender y yo dije: "Nunca viví algo así"... Al otro día me llamó Vidallé y me dijo: "Pepe, ¡ascendiste!... Dejáte de joder"... claro, con Quique habíamos sido campeones de América... Pero acá me encontré con un calor humano inolvidable para mí. Fui campeón de América, jugué en la selección, jugué una final del mundo... ¡Pero también ascendí con Unión!...
"A Pepe lo tenemos muy fuerte en el corazón"
Leonardo Simonutti será el candidato a presidente de Triunfo Tatengue el año que viene y fue el que sedujo a Pepe Castro para que se sume a su grupo de trabajo. "Es una persona a quién tenemos muy fuerte en el corazón, es uno de los grandes ídolos y genera en los tatengues lo que queremos escuchar. Faltaba que nos diéramos un apretón de manos y vernos a las caras, coincidimos en todo con él y con Rodrigo Villarreal, que fue la persona que lo llamó. Queremos un Unión ganador y sacarlo de esta situación", dijo Simonutti.
"En el 79 estuvimos muy cerca de salir campeones... Mirá, en 1976, Unión tenía 26.576 socios y Santa Fe tenía la mitad de los habitantes que tiene hoy. La ciudad creció el doble y el club tiene la mitad de socios... Queremos volver a ser el Unión que mucha gente vivió. Hay que contagiar desde adentro hacia afuera y por eso lo traemos a Pepe".
Por último, dejó su recuerdo de aquélla gesta del '89 que lo tuvo a Castro como gran protagonista y capitán del equipo. "Yo era un jovencito, tenía 20 o 21 años. De lo que me acuerdo es la gente de Unión saliendo de la cancha de Colón, cuando ganamos el primer partido. Y en Esperanza, el festejo en la plaza... Inolvidable... Pepe tiene la particularidad de ser alguien con recorrido, jugó en la selección, jugó una final del mundo, es ganador, la gente le cree, estuvo trabajando en Asia. Unión no tiene techo, porque eso es lo que nos hacen creer, que no podemos aspirar a más... El va a estar al lado mío, como asesor y va a estar dando su apoyo y opinión a los que van a conducir el fútbol y va a ser una especie de embajador nuestro en Buenos Aires y establecer contactos en Europa y en Asia".