Lo perdía por demolición y terminó ganando por nocaut
Con el gol del chileno Peñailillo a los cuatro minutos del segundo tiempo, el elenco tatengue derrotó al "Xeneize" y se acomodó nuevamente en la tabla de la zona 2 de la Copa de la Liga Profesional.
Es fácil hablar (o escribir en este caso) luego de terminado el partido; pero si antes de jugarse, se le preguntaba al simpatizante rojiblanco si firmaba el empate ante Boca, el 50 por ciento iba a responder que sí. Y si la pregunta se la hacía tras el primer tiempo, el porcentaje seguramente hubiera aumentado.
La razón es simple de explicar. El "Xeneize" fue muy superior a Unión en el primer tiempo, y si bien no complicó casi nunca a Moyano, como si fuera una pelea de boxeo, parecía que estaba demoliendo a su adversario, que no se apuraba a noquearlo pero que lo estaba preparando.
Pero el fútbol (como el boxeo) tiene estas sorpresas. Apenas comenzado el segundo período, Unión logró meter un zurdazo neto que pegó en la mandíbula boquense y con ese golpe a cargo del chileno Nicolás Peñailillo, al tatengue le alcanzó para ganar, quizás no con tanta justicia (por lo realizado por cada equipo) pero sí con total legitimidad.
Además, ya lo he expresado en innumerables veces, la justicia es relativa. Si Boca, que tuvo una posesión de balón mucho mayor, no pudo ganar, algo mal habrá hecho; y si Unión, que no la tuvo tanto, se alzó con la victoria, algo bien habrá hecho. Al fútbol, se gana con goles, y el conjunto rojiblanco hizo lo que no hizo el de Russo.
Parecía demoler
Desde el pitazo inicial de Fernando Espinoza se notó la predisposición de cada equipo para afrontar el partido que se venía. Con un Unión muy aplicado, presionando constantemente y tratando de que todos sus jugadores estén siempre detrás de la línea de la pelota cuando la poseía el rival.
La intención era clara y le estaba dando resultado al elenco del "Vasco" Azconzábal, obligando a Boca a jugar mucho hacia atrás, que si bien tenía mayor posesión, no lograba adelantarse demasiado en el terreno, solamente a través de algún pelotazo largo que era neutralizado por los zagueros centrales tatengues o por Sebastián Moyano, algo que molestaba a su entrenador Miguel Ángel Russo.
De todas maneras, lo que hacía el local no era ilícito ni ilegítimo, y a esa altura del cotejo (los primeros minutos de juego), no se podía hablar de justicia.
Hablando de justicia, a los siete minutos, Juan Manuel García remató al arco de zurda desde el semicírculo, a aproximadamente cuatro metros de la partida del disparo, la pelota dio en el brazo de Buffarini dentro del área mayor. Espinoza hizo señas con la mano negando no se sabe qué, si la existencia del rebote en el brazo (que fue claro) o que había visto la acción pero no consideró que hubiera sido penal, algo totalmente increíble.
Cumplido el primer cuarto de hora, las acciones seguían de la misma manera, con Unión maniatando los intentos de Boca, con mucho orden y concentración, y esperando que la visita "se venga" para tratar de sorprender con alguna contra, pero era cada vez más difícil.
Desde los 20 minutos Boca comenzó a inquietar, sobre todo por las bandas, a través de las subidas de Buffarini por derecha y Fabra por izquierda, y el mayor contacto que Edwin Cardona tenía con la pelota.
Con el paso de los minutos, ya Unión iba resignando las posibilidades de atacar, dedicándose a la obstrucción de los avances boquenses, que ciertamente no eran lo suficientemente peligrosos como para que Moyano se erigiera en figura.
Recién a los 40 minutos se produjo la primera situación de riesgo favorable a Boca. Comenzó con un quite de Izquierdoz, el balón le quedó a Almendra, quien desde la mitad de la cancha habilitó a Villa entrando al área como un "8" adelantado. El colombiano avanzó un par de metros y remató de derecha muy desviado, por arriba del travesaño.
Mariano Cuvertino El secretario de Gobierno de la provincia de Santa Fe
Unión venció a Boca por 1 a 0
Pero llegó el nocaut
No tardó mucho tiempo en llegar lo que Unión mostró apenas comenzó el complemento, por lo menos inquietando a la defensa visitante un par de veces en los primeros instantes.
Y a los cuatro minutos llegó la jugada que empezó Vera por derecha, llegando al fondo y ganándole el duelo a Fabra, envió el centro atrás y tras el remate de García, la pelota se desvió en Zambrano y le quedó a Peñailillo, que con un disparo de zurda batió a Andrada, colocando el balón junto al caño izquierdo del arquero de la Selección Argentina.
El gol de Unión cambió totalmente el partido. Porque Russo (que ya había implementado un cambio desde el arranque del segundo tiempo, poniendo al delantero Soldano por el defensor Marcos Rojo); rápidamente hizo ingresar a otro atacante neto como Zárate y sacó a Cardona, que no llegó al encuentro ciento por ciento físicamente.
Entonces Boca armó una línea de cuatro atrás pero con Buffarini y Fabra con la obligación de continuar atacando por las bandas dado el resultado en contra.
Cumplidos los 15 minutos del complemento, Boca buscaba con vehemencia llegar al empate, pero Unión lo esperaba muy bien parado (y movido) en defensa; y hasta con algunas chances propicias como para preocupar a la última línea de la visita.
Miguel Ángel Russo siguió realizando cambios ofensivos, pero el "Vasco" no se quedaba atrás e inteligentemente elegía cambios como para frenar el ímpetu visitante. Boca se paró 10 metros más adelante y los de Azconzábal, obligados por la insistencia boquense, debieron replegarse, pero siempre manteniendo el orden y la disciplina.
A los 34 minutos, Boca estuvo cerca de llegar al empate, cuando Tevez no llegó a tocar la pelota entrando por el segundo palo luego de un córner lanzado por Zárate desde la izquierda. Y a los 40, otra vez el "Apache" llevó peligro a la valla de Moyano, rematando desde 25 metros con la derecha, disparo que se fue apenas medio metro desviado, cerca del ángulo superior derecho del arco de las "Bombas".
Eso fue lo último rescatable en cuanto a lo que se refiere al juego propiamente dicho. Porque a Boca le llegó la desesperación y a Unión se lo veía cada vez más tranquilo.
Así llegó el final. Lo que parecía iba a ser una victoria de Boca por demolición, terminó siendo un gran y merecido triunfo de Unión por nocaut.