La noticia sorprendió al mundo Unión. Leonardo Madelón, el técnico más exitoso que ha tenido Unión en toda su historia, tomó la decisión de alejarse de la conducción técnica del plantel profesional de Unión.
La noticia sorprendió al mundo Unión. Leonardo Madelón, el técnico más exitoso que ha tenido Unión en toda su historia, tomó la decisión de alejarse de la conducción técnica del plantel profesional de Unión.
A las 13.20 hizo su ingreso al recinto junto a su técnico alterno, Carlos “Moncho” Ruiz y el vicepresidente del club, Edgardo Zin ya que el presidente no se encuentra en la ciudad. Además, estuvieron los integrantes del grupo de fútbol (Romero, Cardonnet, Pérez del Viso y Brasca).
Fue un monólogo del técnico, que confirmó su salida y luego fue contundente respecto a la política que tomó el club respecto de la conformación del plantel, tanto en junio del año que viene como en enero de este año.
“Es difícil explicarlo porque estamos en un momento bueno, clasificados para una nueva instancia de la Sudamericana y muchos quizás no entiendan esto que voy a decir. Voy a ser muy conciso, hicimos muchas cosas lindas, fueron seis años con un intervalo cuando nos fuimos a Belgrano, en las retinas nuestras y de la gente van a quedar muchas cosas lindas”, fue el arranque del entrenador, luego de confirmar la decisión de alejarse de la institución.
“Me estaba costando, no pude asimilar nunca cuando se nos desarma el equipo en junio del año pasado. Lo acomodamos como pudimos y este año nos pasa lo mismo, seis meses después. Pasamos a un club importante como Mineiro y no me voy a olvidar cuando la noche de Argentinos Juniors, los jugadores nos pidieron que nos quedáramos y yo les dije que la solución la tenían ellos mismos adentro de la cancha. Argentinos estaba puntero, ganamos, hicimos buenos partidos luego ante River y Mineiro, se pasó de fase pero veníamos con un proceso de desmembramiento a partir de enero. Se nos fueron cuatro jugadores importantes, titulares para nosotros, como Martínez, Acevedo, Yeimar y Cavallaro. Quedó Bottinelli como un padre para este grupo, es un ejemplo afuera y adentro de la cancha, más Corvalán, Mazzola, Blasi y algún chico más que está ayudando a conducir”.
El entrenador también señaló que “antes de jugar el 20 y 27 de mayo la segunda fase de la Sudamericana, hay 11 fechas en el medio. Nosotros fuimos bajando el rendimiento, yo tengo un amor tan grande por este club que me dolió las balas que pegaron, como las de Dock Sud y Vélez. Estábamos acostumbrados a vapulearlos, presionarlos, ser avasallante con los rivales. Por ahí escuchaba que los otros decían: ‘Qué problema que tenemos ahora. ¡Ir a Santa Fe a jugar con Unión! ¡Cómo corre este equipo!’. Y la verdad que rearmar no es fácil. No es que el plantel no sirve, tengo que empezar a pensar en cosas que por allí los jugadores no me entienden. Eso genera fastidio”.
No fue crítico hacia nadie. “No hay culpables, le pido al hincha de Unión que lo entienda, es un buen momento para salir, estos pibes necesitan un aire nuevo, alguien que les saque el máximo rendimiento. Yo no me veo en condiciones”, señaló el entrenador.
Agregó que “se incorporaron siete jugadores que todavía estamos conociendo, no hay nada raro, yo acuso el impacto que me costó formar mucho este equipo. No estoy preparado para afrontar la última parte de este torneo, no es que no lo pueda hacer, me agarra cansado, otra persona lo puede hacer. Yo necesito descansar, ganamos partidos importantes, en canchas importantes. Llevamos casi 3.000 personas a Ecuador y en Brasil fue incondicional con nosotros. Nos quedamos con un capital de jugadores bueno, quedan chicos con un futuro importante para Unión”.
También reconoció que los jugadores le pidieron este jueves por la mañana que se quede. “Es cierto, vinieron los jugadores a convencernos y les dije que no, que prefiero parar un poquito, descansar. ¿Cuánto?, no lo sé, puede ser una semana, un mes o para siempre. Tengo que salir, descomprimir y que venga otra persona y que lo pueda motivar más”.
A lo último, dejó un agradecimiento para todos: “Le dejo un gran abrazo a todo el pueblo tatengue, a los dirigentes en general, no tengo ningún color político, le dejo un abrazo a los jugadores y sus familias, al personal del club, nos trataron de primera. Seis años y tres meses con un pequeño bache, es mucho y el club se sintió importante, orgulloso, vio un equipo competitivo, hizo levantar a la gente, jamás tuvimos insultos, nunca nos pidieron que pongamos eso que la tribuna pide habitualmente porque lo poníamos. Dejamos un portón abierto, no una puerta. Gracias Unión. Quizás algún día volvamos. No lo sé”, fueron las palabras finales del monólogo. Se terminó un ciclo. Unión despidió este jueves con mucho dolor a su entrenador más exitoso en 113 años de vida: Leonardo Carol Madelón.
¿Y ahora?
Tomada la decisión de renunciar por parte de Madelón, tanto el presidente Spahn y el secretario técnico Zuccarelli, ambos en Buenos Aires, seguramente iniciarán conversaciones para definir el reemplazante.
De inmediato surgieron algunos nombres, como generalmente ocurre en estos casos, como los de Juan Pablo Vojvoda, Jorge Almirón (representados por Cristian Bragarnik), Rolando Schiavi y Nicolás Frutos, actualmente en Bélgica, entre otros.
Un rival entonado
El 4 a 0 ante Aldosivi permite suponer que el “Huevo” Rondina no hará demasiados cambios para visitar el domingo a Unión, en el 15 de Abril, a partir de las 17.45.
Ante el Tiburón, Arsenal, el rival tatengue, formó con Sappa; Torrent, Carabajal, Sbuttoni y Papa; Soraire, E. Méndez, G. Alvarez y N. Giménez; Parisi y J. García. Rescaldani, Soñora y Necul fueron los jugadores que ingresaron en el segundo tiempo. Precisamente, Soñora fue el autor del cuarto tanto para la amplia victoria del equipo de Rondina, que terminó la Superliga con 34 puntos en el puesto 11, 7 puntos más que los 27 que sumó Unión.
Durante la semana, Rondina movió a los que jugaron poco tiempo o no lo hicieron ante Aldosivi. En un amistoso ante Atlanta, alistó a Gagliardo, Igarzábal, Pereyra, Zamponi, Marchi, Picco, Soñora, Antilef, Necul, Kaprof y Rescaldani. Ganó 1 a 0 y el gol lo hizo Soñora.
“Es una cancha muy dura la de Unión, donde ellos suelen hacerse fuertes. Vamos a buscar aprovechar esta racha de derrotas suyas, porque quizás no tienen tanta confianza”. Joel Soñora, jugador de Arsenal.
Una pérdida demasiado grande - Enrique Cruz
Hubo dos golpes duros. Dicen que la eliminación con Dock Sud caló hondo en el entrenador. “Me costó concentrar a los jugadores en este partido”, dijo el técnico en Rafaela. Una frase que hoy cobra muchísimo valor. Después vino el partido con Vélez y el lapidario 0-3. Después del tercer gol, prácticamente Madelón se sentó y ya no dio indicaciones. Cuando terminó, se fue sin hablar y con una cara que reflejaba la sensación extraña, la pesadumbre elevada a la máxima expresión. Maduraba la decisión.
Cuando arrancó esta temporada, Madelón se hizo cargo de los jugadores que llegaron. “Ahora, los dirigentes me pueden echar tranquilos porque me trajeron todo lo que les pedí”. La campaña fue deslucida y tomó un poco de aire en el final del 2019 cuando se le ganó a Huracán jugando mal y se empató con Talleres jugando relativamente bien el primer tiempo. El cimbronazo se produjo en enero, cuando en pocos días se le fueron Damián Martínez, Yeimar Gómez Andrade y Nelson Acevedo, tres jugadores que habían completado la pretemporada en Mar del Plata con el plantel. Ellos tres se agregaron a Nereo Fernández, Brítez, los hermanos Bruno y Mauro Pittón, Zabala y Fragapane, que habían dejado el club en junio. Sacando Bottinelli y los dos delanteros, se fueron todos los titulares que habían clasificado para la actual Sudamericana.
Madelón ya había demorado en arreglar su continuidad cuando terminó esa temporada. Siguió. Creyó que podía mantener el nivel del equipo a pesar de la salida masiva de jugadores y la triste realidad lo terminó sorprendiendo. Más allá de su esfuerzo por encontrarle la vuelta, se dio cuenta de que el salto de calidad no se había dado. El único atisbo de superación se dio en el renombrado cruce de Sudamericana con Atlético Mineiro, al que terminó eliminando en dos partidos que fueron opuestos en cuanto al rendimiento.
Hubo rasgos de cierta incomodidad por parte del técnico. Quizás esto nunca se reconozca, pero un combo de situaciones desencadenó en una decisión que nada tiene que ver con lo habitual en este tipo de circunstancias: que una seguidilla de derrotas derive en una renuncia. Madelón se va después de dos golpes (Dock Sud y Vélez), es cierto, pero también hay que decir que lo hace después de haber logrado otro logro histórico (uno de los tantos que este técnico, el más exitoso que ha tenido Unión, logró hace menos de un mes: pasar a la segunda fase de la Sudamericana ganándole a un grande de Brasil).
Spahn ha descansado deportivamente en Madelón durante más de la mitad de su mandato. Pero también es una realidad que la relación entre ellos no fue lo suficientemente cercana y necesaria. Posiblemente la forma de ser del presidente haya derivado en esta forma de manejarse. También es verdad que Unión tiene un secretario técnico que estuvo siempre al lado del entrenador. Pero ese secretario técnico (Zuccarelli) es un empleado y no tiene el poder en la toma de ciertas decisiones que tienen que ver con esos resortes económicos que únicamente manejan los dirigentes.
Con la salida de Madelón, Unión pierde un entrenador que fue algo más que un entrenador. Lo que vendrá puede ser peor o quizás mejor, no se sabe. Pero de la misma manera que ocurrió la vez anterior, cuando el DT eligió el mismo camino luego de quedar eliminado ante River de la Copa Argentina y con una campaña aceptable en la Superliga, Madelón se va con la sensación de que la pérdida es demasiado grande.