Viernes 4.2.2022
/Última actualización 23:14
"¿Roldán?... Es un jugador de gran despliegue y muy buenas asistencias. Va de área a área con mucha facilidad, recupera y es generador de juego. Y también llega al gol. En Unión la va a romper". Fue el 12 de febrero del año pasado. Y el que habla es Roberto Passucci, alguien muy ligado a la historia de Boca, a la de Unión y también a la de Enzo Roldán, porque lo tuvo en divisiones inferiores.
Nacido en San Luis, con 21 años, Roldán llegó a Unión a principios del año pasado. Formó parte del tercer eslabón de la trilogía "xeneize" que fue a buscar Martín Zuccarelli cuando era secretario deportivo de Unión. Un año antes habían llegado Cañete y Luna Diale. Hubo que lidiar bastante con Boca, que al principio no lo quería dar. Más todavía, se firmó una cláusula por la cuál, si no jugaba diez partidos, Unión debía abonar un cargo por el préstamo por un año (que fue sin cargo). Al principio, casi no tuvo chances. El Vasco Azconzábal lo puso en cuentagotas y el que lo tiró a la cancha fue el Tato Mosset, cuando se hizo cargo del equipo en los dos partidos previo a la llegada de Gustavo Munúa.
En ese entonces, hubo un primer gran mérito del Tato en ponerlo y otro de Munúa, no sólo porque lo dejó, sino porque lo puso de doble cinco (con el Tato jugó de volante por derecha). Previamente, Unión tomaba una primera decisión respecto de los jugadores de Boca y esto se dio antes de la llegada de la secretaría técnica: comprar la mitad del pase de Luna Diale (por entonces lesionado) y Cañete. Fue una buena decisión de la dirigencia. Así como se ha criticado muchas veces que Unión no acertaba en aspectos de su política deportiva, en este caso apostó y ganó. Lo de Cañete era una realidad palpable; la de Luna Diale no tanto. Estaba lesionado desde principios de año, había mostrado poco y se confió, sin embargo, en sus condiciones. Hoy, Luna Diale, jugando en una posición "inventada" por Munúa que lo ha favorecido, es un titular indiscutido. Pasó de ser un wing o un segundo delantero que va por afuera, a convertirse en un media punta con libertad para arrancar desde atrás y jugar "detrás del '9", en esta suerte de 4-2-3-1 que preside las intenciones tácticas de Munúa.
Roldán también se asentó y se ganó el lugar en el equipo. Con una veintena de partidos, la dirigencia de Unión decidió ir a la carga para concretar algo difícil: negociar con Boca. La opción era de 2 millones de dólares netos por el 50 por ciento. Unión venía de pagar 1 millón por la mitad de dos jugadores (Luna Diale y Cañete) y tenía que pagar el doble por uno solo. A simple vista, ejercer la opción aparecía, con semejantes cifras, como algo poco probable.
En esa gestión con muchos vaivenes y con un Boca dispuesto a meter a Roldán en cualquier negociación o a escuchar las ofertas que llegaron por él (por ejemplo, Defensa y Justicia o Talleres), Unión contó con un aliado: el propio Enzo Roldán. Y su representante. "Yo quiero jugar en Unión", repetía a cada instante el juvenil volante. Mientras tanto, Sebastián Battaglia daba claras muestras, en un superpoblado plantel, que no lo iba a tener en cuenta.
Luis Cetraro D.RDesde la secretaría técnica y las misma dirigencia, se sucedieron llamados y gestiones. No fue fácil "lidiar" con el Consejo de Fútbol de Boca. Cuando parecía que estaba todo listo, surgieron algunas diferencias. Se logró bajar la opción. Pero la condición que impuso Boca es que los gastos de la transferencia (alrededor de un 25 por ciento), se abone de manera inmediata y no a través de la financiación propuesta por Unión para la totalidad de lo que debe pagar.
El pase se va a hacer. El jugador presiona, el representante también, Boca no lo tiene en cuenta, Unión lo quiere y está dispuesto a hacer el esfuerzo económico. Están dadas todas las condiciones. Hay detalles que, lamentablemente, hicieron que, en este caso, el jugador no esté a tiempo en Santa Fe. Para Munúa, no es un problema mayúsculo. "El está entrenando en Boca, conoce la idea de juego que tenemos, se va a acoplar rápidamente porque ya tiene un tiempo de trabajo con nosotros", dijo el DT, palabras más, palabras menos. Pero igual, su llegada debió darse con mayor rapidez y no estirar tanto la misma. Así lo quiso Boca, demorando lo que se había logrado como acuerdo inicial por "detalles" que terminaron dilatando todo.
Con Roldán, Unión se va a retirar del mercado. Es la percepción que se tiene. Munúa ya dijo que está conforme porque tiene "dos jugadores por puesto". Su principal prioridad fue Polenta. "Queda libre, tráiganlo que va a ser importante", dijo el DT. Luego, lo quiso a Cristian Zavala, un extremo que jugó en Deportes Melipilla y que al final se fue a Colo Colo. Dio el visto bueno para todas las otras incorporaciones (Leonardo Ramos, Sebastián Jaurena, Jonathan Alvez y el arquero Mele). Con Roldán, se da por satisfecho, más allá de que la actividad será intensa con la Copa de la Liga, la Copa Argentina (23 de marzo ante Sportivo Las Parejas) y la Sudamericana, a partir de abril.
Gastón Comas tendrá la chance de mostrarse un poco más (en Unión jugó, pero poco) y por eso aceptó la propuesta de pasar a Güemes de Santiago del Estero para militar en el durísimo, largo y competitivo torneo Nacional.
Por su parte, el delantero entrerriano Brian Duarte, que había llegado al club proveniente de Atlético Paraná y que militó en Deportivo Madryn en la última temporada, también probará suerte en el Federal A.