¿Están seguros de que era Unión el que se puso la rojiblanca en Córdoba?
Sin plan de juego, pinchado en lo físico, vulnerable y con la moral casi por el piso. Así jugó Unión ante Talleres. Y pensar que hace cinco días fue otra cosa totalmente diferente.
Gentileza Prensa Talleres Franco Fragapane ante la marca de Nani, en el primer tiempo. El ex Unión marcó el primer gol, no lo gritó y en el segundo tiempo le cometieron un claro penal que Merlos no sancionó. Hubo mucha movilidad de los de arriba en Talleres, contra la levedad de un Unión planchado .
El peor partido en el torneo. Pero además, sin fuego interior, sin concentración, desacertado en todo, aplastado en lo físico, corriendo menos de lo esperado y sucumbiendo -técnica y tácticamente- ante un rival que lo superó ampliamente, que lo rubricó en las cifras y que le pudo convertir algún gol más. Este Unión que fue a Córdoba resultó una sombra del que le ganó a Boca hace apenas cinco días. No se sabe a qué jugó. Y lo poco que hizo, o que intentó hacer, salió mal. Dio peligrosamente espacios que el rival supo aprovechar, mostró una lentitud exasperante y una inoperancia defensiva que lo apartó de esa imagen sólida que había brindado ante Boca. El ejemplo claro fue Nani, un jugador que sorprendió por su rendimiento, que fue una de las figuras y que no "arrugó" ante jugadores de la talla de Tévez, Villa o Cardona, pero que en Córdoba fue un jugador apagado e ineficaz para la marca.
¿A qué jugó Unión?, es la gran pregunta. ¿Salió a esperar y contragolpear como ante Boca?, no. ¿Salió a apretar y a jugar un partido de "palo y palo" como ante Vélez?, tampoco. Entonces, ¿a qué jugo?. La respuesta es "a nada". Apretó sobre la salida del rival sabiendo que podía generarle inseguridades a Marcos Díaz, pero esa decisión de los de arriba para ir a presionar sobre la propia salida de Talleres, no encontró respuesta en el resto. El equipo se hizo amplio, Navarro y Méndez hicieron lo que quisieron y Parede, jugando como wing y a las espaldas de Peñailillo, desbordó cuántas veces quiso.
Con el resultado en contra, jamás logró emparejar el trámite del partido. Algo consiguió en el segundo tiempo, a partir de que el partido se hizo más cortado y que el rival entró en un momento de incertidumbre o de inacción. Lo poco que consiguió Unión fue porque Talleres lo dejó. El principal espejismo fue ese remate de Acevedo que sacó Navarro muy cerca de la línea. Inentendible para lo que se estaba viendo, porque ya el primer tiempo debió haber terminado con una ventaja de al menos dos o tres goles a favor de Talleres, cosa que consumó en la parte final del encuentro.
Hay una evidencia en este Unión que arranca por el lado de la jerarquía individual. Unión es un equipo que necesita orden, mucha concentración y máximo despliegue físico. "El lunes, cuando nos juntamos a entrenar, el tema del día era lo que habíamos corrido de acuerdo a lo que marcaban las estadísticas", dijo Acevedo en Café con Fútbol el lunes. Es así. Unión puede equiparar el mejor nivel de algunos equipos con entrega. Jugando con el "cuchillo entre los dientes", con orden y con confianza, como ante Boca, se puede conseguir lo que se logró: jugar mejor que un rival con mayor potencial individual y ganarle bien.
Pasó que en cinco días se pasó de aquélla ilusión que despertó el partido con Boca a esta decepción de una producción muy baja ante Talleres. El 0-3 no puede sorprender porque marcó claramente las diferencias entre un equipo y el otro. Internamente, se deberán buscar las causas sin entrar con rapidez o liviandad en el terreno de las excusas. Se vio un equipo cansado, la diferencia de cinco días entre un partido y el otro es exigua, pero se lo debió prever. Además, llegó al partido con un envión anímico muy grande como fue el triunfo ante Boca, quizás uno de los tres o cuatro más importantes en la era Azconzábal junto al de Emelec y alguno más que se pueda escapar a la memoria. Las victorias agrandan, estimulan, llenan de confianza. No fue éste el caso, lamentablemente. Y ese gran desequilibrio entre un partido y otro, sumado a los siete goles en dos visitas (las últimas ante Vélez y Talleres), generan preocupación. ¿Qué es lo que faltó?
Gentileza La Voz del Interior / Facundo Luque Tenaglia quiere colocar la pelota para Parede. El primero marcó el segundo de cabeza, el tercero convirtió un golazo (el tercero) que liquidó el partido. La jugada es por el costado izquierdo de la defensa de Unión, sector muy débil en la marca durante el primer tiempo.
Tenaglia quiere colocar la pelota para Parede. El primero marcó el segundo de cabeza, el tercero convirtió un golazo (el tercero) que liquidó el partido. La jugada es por el costado izquierdo de la defensa de Unión, sector muy débil en la marca durante el primer tiempo. Foto: Gentileza La Voz del Interior / Facundo Luque
"El resultado habla por sí solo"
"En los primeros 20 minutos, el rival estuvo mejor, abrió el marcador y en líneas generales fue superior. Nosotros pudimos llegar a la igualdad en el segundo tiempo, pero hubo imprecisión y superioridad del rival en gran parte del encuentro", fueron las primeras palabras de Juan Manuel Azconzábal luego del partido.
Sobre el primer gol, dijo que "hay una secuencia de errores nuestros y virtudes del rival. Varias veces recuperamos la pelota en lugares cercanos al área de ellos y no supimos aprovecharlo. Eso nos costó, porque hubo errores y llegadas tardes en los cruces o coberturas que permitieron el primer gol".
Azconzábal dijo que es "difícil resaltar algo cuando el resultado habla por sí solo". Y agregó que "levantar el espíritu y seguir creciendo como plantel. Este golpe nos debe servir para mejor en muchos aspectos".
Sobre el balance del partido, dijo que "es negativo, el rival manejó los tiempos y nosotros carecimos de efectividad en los mejores momentos. A la velocidad que se juega en la alta competencia no le dimos precisión, ni para controlar la pelota ni para pasarla".
En todo momento reconoció que "fuimos superados por el rival y hay que aceptar este resultado", a la vez que se hizo responsable. "Cuando se pierde así, el responsable es el entrenador, por eso hay que tener la cabeza fría y seguir trabajando", señaló.
Finalizó la breve charla aceptando la superioridad del adversario y admitió que "no tengo mucho más para decir. La derrota duele y hay que reciclar de inmediato para prepararse de la mejor manera para el próximo partido".
"La verdad es que fue un buen partido del equipo. Me gustó mucho. Desde el comienzo nos adueñamos de la pelota y tuvimos muchas situaciones de gol, como para irnos con más ventaja al entretiempo. Ellos reaccionaron en el comienzo del segundo tiempo, pero después volvimos a manejar el partido. Tuvimos un abanico de juego y diferentes alternativas para generarle peligro al rival y le llegamos por varias vías. Me sentí muy identificado con el juego del equipo. Me voy satisfecho con el juego y la actitud, la posesión, el posicionamiento, la intensidad, la agresividad, ", fue el primer concepto de Alexander Medina, el técnico de Talleres.
Pero después precisó: "Lo que nos faltó es que erramos muchas situaciones de gol para convertir y lo dejamos con vida a Unión en gran parte del partido".
El Cacique también valoró lo que significó "ganarle a un buen equipo" como Unión. "Ví mucho los partidos del rival y sé que superamos a un equipo que juega bien, que por mérito propio estaba tercero y que venía de ganarle a Boca", puntualizó.