(Enviado Especial a Río de Janeiro)
El lunes a la mañana era “prepararlo para los últimos 30 minutos”, con el paso de las horas se decidió que vaya de arranque. Una noche cálida en Río, donde la hinchada de Unión se hizo sentir desde muy temprano en el Maracaná.
(Enviado Especial a Río de Janeiro)
Sin dudas que la gran noticia que recibieron los hinchas de Unión fue la inclusión de Jonathan Álvez como titular. Munúa había relativizado por completo su participación desde el arranque. “No vamos a cometer locuras. Lo trajimos para seguir de cerca su evolución y acelerar la recuperación, pero no queremos equivocarnos”, dijo el uruguayo, palabras más, palabras menos. “Jugátela, lo guarda para los últimos 30 minutos”, confesó el lunes al mediodía un allegado a la delegación. Pero a medida que pasaron las horas y sobre todo luego del entrenamiento liviano del lunes, creció la posibilidad de que arranque desde el minuto cero. El Litoral se cruzó con una gran cantidad de hinchas en las playas de Copacabana y había que verles la mueca de alegría cuando uno deslizaba esta posibilidad. Sin dudas que la falta de gol que viene teniendo el equipo –a excepción de aquél partido en el Ramón Aguilera de Santa Cruz de la Sierra- precipitó la vuelta de Álvez.
Alejandro Limia y Roberto Battión acompañaron a Gustavo Munúa a efectuar el reconocimiento del campo de juego del Maracaná. ¿Cábala?, quién sabe. Repitieron la “liturgia” de Santa Cruz de la Sierra. El día del encuentro con Oriente Petrolero, ellos concurrieron a ver cómo se encontraba el estadio comunal.
En la gestión para la venta de las entradas en el mismo día del partido, también tuvo una directa participación Nery Pumpido, que se encontraba en Ginebra. Los dirigentes rojiblancos se pusieron en contacto con él para saber de qué manera había que gestionar, Nery consultó en Conmebol y a partir de allí se inició la labor de los directivos, con el secretario Andrés Monsalvo a la cabeza, para que Fluminense ponga un punto de venta el día del partido. Fue en un shopping cercano a este legendario estadio. Así, muchos hinchas de Unión que llegaron el mismo día del partido, pudieron entrar al estadio.
Ya que estamos con las entradas, se explicó que el error en la impresión de las mismas no fue de Conmebol. “Imagináte con la cantidad de equipos y de partidos, con la realidad societaria diferente de cada club, es imposible que la Conmebol pueda asistir a todos”, comentó Nery Pumpido a El Litoral. Las entradas mencionaban a “Unión de Santa Fe (Col)”, en clara confusión con Independiente Santa Fe, que sí es de Colombia. El problema se solucionó, Fluminense admitió el error e imprimió las entradas de manera correcta, colocando Unión de Santa Fe (Arg) como debió haber sido desde el primer momento. Pero de esto, nada ha tenido que ver la Conmebol.
“El más popular, por lejos, en Río de Janeiro, es Flamengo. Se lleva el 60 por ciento de los torcedores. Después viene Vasco Da Gama, recién después está Fluminense y por último Botafogo”, comentó un colega brasileño en diálogo con el enviado de El Litoral mientras se consumían las horas previas al partido.
“Vinimos en micro, le puso casi 48 horas, te puedo asegurar que me duele todo. Llega un momento que no sabés cómo acomodarte”. Frases como esta se repitieron casi como si se hubiese estudiado de memoria por todos los tatengues que eligieron el micro (valores cercanos a los 25.000 pesos) para llegar a Río de Janeiro. Uno de ellos celebró el cumpleaños arriba del colectivo. “Me sobraban unos manguitos, tiré la idea en la mesa familiar, pensé que me iban a sacar rajando y mi vieja dijo: ‘Bueno, como regalo de cumpleaños, te pago la mitad del viaje’. Terminó de decirlo y ya estaba comprando el pasaje”, le confió a El Litoral.
Como no podía ser de otra manera, muchas caras conocidas de hombre que fueron importantes en la vida política del club y que inclusive hoy mismo están participando de este proceso electoral, como es el caso de Carlos Iparraguirre, Armando López o Daniel Real. Y también la gente de Glorioso ’89. En el caso de Iparraguirre, confió a El Litoral que “cuando llegan estos momentos o estos partidos, irremediablemente pienso en mi papá”, señaló, referenciando a Mario, su padre, que fue uno de los presidentes más jóvenes de la historia de Unión (en un “mano a mano” con Ricardo Tenerello) y que significó mucho desde lo institucional, ya que el club dio un gran salto en cantidad de socios y construyó la pileta olímpica que le dio una vida social y deportiva muy importante a la institución.
Antes de disfrutar, por la noche, de lo que fue un “banderazo” histórico que ellos mismos se encargaron de disfrutar en un contacto directo con los hinchas, los jugadores de Unión aprovecharon la mañana del lunes para cruzar la Avenida Atlántica y darse una vuelta por las blancas arenas de Copacabana. Fue antes del almuerzo, ya que por la tarde los esperaba el último entrenamiento en el predio deportivo de Flamengo.
Los dirigentes de Unión compartieron el lunes por la noche una cena de camaradería con sus pares de Fluminense. Intercambiaron presentes y regalos, quedando a la recíproca cuando el club brasileño viaje a Santa Fe para jugar el encuentro de la penúltima fecha de este gruipo.
“Gori” Flamini, hijo del recordado “Chiche” y síndico suplente de la institución, cenó el lunes con el tesorero tatengue Jorge Cíceri en un bar-restaurante de Copacabana que fue prácticamente “tomado” por los hinchas de Unión. El 80 por ciento de las mesas estaban ocupadas por simpatizantes tatengues, que a los postres comenzaron a cantar. Se vivió un momento inolvidable para todos, incluidos los brasileños que estaban en el lugar.
El primero de los planteles en llegar al estadio fue Fluminense, exactamente dos horas antes del inicio del partido. A esa misma hora, aproximadamente 19.30, ya Ostojich estaba en el Maracaná y recorriendo con sus colaboradores el campo de juego.
Cinco minutos después, se produjo la llegada del plantel de Unión. Los jugadores lo hicieron cantando y saltando, con una exteriorización de alegría, optimismo y ansiedad a tan poco tiempo del inicio del encuentro. Unos minutos antes, se había iniciado el ingreso de los hinchas rojiblancos al legendario Maracaná. Cuando los jugadores pisaron el césped del Maracaná había, a lo sumo, un centenar de hinchas de Unión en ese momento. Sin embargo, se hicieron sentir y el estadio se convirtió en una caja de resonancia. Esto ocurrió a una hora y 45 minutos del comienzo del encuentro.
Son cuatro los jugadores brasileños que alguna vez se pusieron la camiseta de Unión. Muchos recordarán a Hugo Álvez y Mauro Aranha, también a Homero Sartori. Del que no se tienen registros es de Ciro Ríos. Integró un plantel de principios de los 80. El Turco Alí y Luis Abdeneve lo recuerdan muy bien. “Era volante ofensivo, jugaba muy bien”, dijeron. No jugó ningún partido oficial, integró el plantel de reserva. “Había muy buenos jugadores y no tuvo lugar en esos tiempos”, comentaron sus ex compañeros.