"Señores, tranquilidad, convicción y cabeza fría. Hay que seguir adelante con nuestro proceso, trabajando con más ganas todavía y pensando nada más que en Unión". Palabras más, palabras menos, Luis Spahn se dirigió al resto de la dirigencia en la concurrida reunión de este lunes por la noche de comisión directiva.
El presidente, como se sabe, no está pasando por un buen momento en lo personal. Sin embargo, condujo la reunión, que fue breve por lo que pudo averiguar El Litoral.
"Nosotros tenemos que pensar en nosotros y hay que hacerlo como dirigentes y no como hinchas. Si pensamos como hinchas, nos tenemos que ir todos. Y eso no puede ni debe pasar", se escuchó decir por ahí.
Unión afrontó situaciones similares en su historia. Sin ir más lejos, cuando se produjo el ascenso de Colón en el '95, luego de muchos años de militancia en la B, el club padecía no sólo por haberse quedado en la B, sino porque estaba al mando del síndico (o sea sin comisión directiva funcionando, porque el trabajo de Ricardo Tenerello en ese momento fue encomiable), sin jugadores, con la luz y el gas cortados. Sin embargo, desde ese lugar supo reconstituirse y al cabo de un año estaba en Primera y con una efervescencia que para muchos se constituyó en uno de los fenómenos más trascendentes de su historia. Fue clave un aspecto que identificó siempre a Unión: que aún en las diferencias -que en ciertos casos se hicieron fuertes y personales- acudían en ayuda de la institución cuando ésta lo requería.
Más allá de que la situación, hoy, es distinta a aquélla, sin dudas que debe haber una reacción de parte de la dirigencia. Pero esa reacción no debe ser exclusivamente por esta presión que puede haber por el título de Colón, sino porque Unión necesita devolverle el entusiasmo del protagonismo a su gente.
Los últimos torneos locales lo tuvieron en la medianía. No pudo clasificar para la zona Campeonato en la Copa Diego Maradona y jugó por un premio consuelo como era el de la Sudamericana del año que viene; y luego, no entró entre los cuatro mejores de su zona de 13 para disputar la fase final de esta Copa de la Liga Profesional. Hubo, quizás, otros aspectos que fueron positivos y se valoran, como el de haberle dado rodaje a muchos chicos de abajo que ahora arrancarán la nueva temporada con cierta experiencia. Pero los resultados no entusiasmaron a su gente. Y esto es a lo que se debe aspirar.
Luis Spahn arranca ahora su último año de este período de gobierno y sin dudas que lo hace con presión. Va por el año número 13 de su mandato consecutivo que lo ubica como el presidente de mayor trayectoria continua en la historia del club. El dato, más allá de ser objetivo, implica algo que está relacionado con la palabra "proyecto", porque el tiempo es fundamental para su concreción. Sin embargo, no siempre estuvo en claro hacia dónde se apuntaba, al punto tal que hay muchas carencias que hoy saltan a la luz, que se podrían haber "proyectado" en todo este tiempo.
Quizás sea tiempo también de convocar a unionistas de cualquier color político para que se acerquen. Unión, para todos, debe estar por encima de las apetencias personales o de los conflictos internos. Hoy hay tres agrupaciones que, evidentemente, no comulgan con las ideas del presidente. Pero ante todo son unionistas y quizás el club los esté necesitando. La historia ha escrito muchos capítulos en este sentido. Inclusive, aquéllos que llegaron casi al límite del odio o de la enemistad total, supieron sentarse a la misma mesa para ayudar a arreglar los problemas de Unión. Nada de cogobierno, ni siquiera de unidad. Si el año que viene hay cuatro listas, bienvenidas sean si es por el bien del club. Hoy es el momento. Y no sólo de los que están al frente de la institución.