No fue igual al partido de hace una semana en el Parque Independencia, eso está claro. Lo manifestó Leonardo Madelón en conferencia de prensa como para destacar que se sintió muy mal tras esa caída en Rosario contra Newell’s. El de ayer fue otro semblante, quizás por la diferencia entre los rivales, tal vez por la última media hora jugada por su equipo, pero el entrenador sólo mostró preocupación por la falta de generación de juego; y eso es tema del que se debe ocupar él y su cuerpo técnico, y se sabe que esta semana previa a la visita a San Lorenzo trabajará para tratar de corregir eso.
Lanús le ganó 2 a 1 y está bien, el resultado fue justo y no hay nada que se pueda discutir. Lo que hay que empezar a “recalcular” es de qué manera Unión “debe” generar fútbol, y no digo “puede” porque en realidad tiene con qué, sólo que por ahora parece haber perdido ese “fuego sagrado”, ese “gen” marca Madelón, ese “modelo de juego” que caracterizaba al equipo hasta el torneo pasado.
Es verdad que el campeonato recién empieza y que hay medio equipo nuevo, pero esto puede servir como un liviano atenuante, porque a la mayoría de los clubes les pasa lo mismo, y “Leo” lo sabe. Lo que también pasa es que individualmente, a Unión no le sobra nada, entonces casi todo pasa por lo colectivo, y ahí sí, el tiempo de trabajo es fundamental para llegar al éxito.
Ayer, desde el mismo comienzo, Lanús tomó las riendas del encuentro. Lo demostró apenas a los 4 minutos, cuando la base del palo primero, y el cuerpo de Moyano después, le negaron la apertura del marcador a Muñoz, que había ganado de cabeza. Ese dominio lo ratificó minutos después nuevamente el arquero Tatengue, al desviar al corner un disparo de Sand, y luego sacarle del “buche” el balón a Auzqui, cuando se aprestaba a definir a un metro de la línea de meta.
Por eso no extrañó la llegada del tanto visitante, luego del tiro de Auzqui que se desvió en el pie de Bottinelli para descolocar a Moyano. Eso fue a los 27 minutos, y recién a los 31, Rossi, portero Granate, debió intervenir para desviar al corner un remate de Bonifacio que se metía junto al caño derecho. Pareció despertarse Unión porque a los 37 nuevamente se repitió el duelo entre el mediocampista y el guardavalla, quien esta vez mandó la pelota al tiro de esquina por arriba del travesaño.
El complemento comenzó como el primer tiempo, con Lanús dueño del trámite. Con Bottinelli salvando la segunda caída de la valla al sacar de cabeza el “globo” de Vera. Pero a los 12 minutos llegó el segundo de la visita, merced a una desinteligencia defensiva y una avivada de Sand, que “aguantó” a Yeimar para que Acosta se lleve la pelota y después de un par de enganches defina suavemente para dejar sin chances a Moyano.
De ahí en más, entre un evidente quedo de Lanús (provocado por la obligación), y los cambios implementados por Madelón, Unión “apretó” a su rival. Gracias a las arremetidas rojiblancas, llegó el descuento de cabeza de Gómez Andrade tras el excelente tiro libre de Cavallaro (entró por Milo). Se animó el Tate, se lo llevó por delante al “Grana”, pero no alcanzó.
Apenas pasado el mediodía de domingo, Madelón puso “toda la carne al asador”: Cavallaro, Troyansky y Cuadra, más Bou y Mazzola. Pero lamentablemente le faltó el “fuego sagrado”, el sello de Leo...