Sanfilippo, Bianchi, el Lobo Fischer, Pinino Más, Artime. Vaya a saber en quién pensaba Fernando Alí en aquella niñez en San Juan. Quizás ni en sus sueños más optimistas se le habrá cruzado que iba a encontrar su lugar en el mundo en Santa Fe. Quería ser jugador de fútbol, quería hacer goles, quería jugar en Primera, pero estaba allá lejos. Algo tenía que pasar en su vida, un golpe de suerte, una mueca del destino. Y llegó. El destino de gloria se apoderó de ese chiquilín que sorprendía por su rapidez, por su coraje y por su viveza. Se iniciaba un camino que no iba a ser muy largo hasta echar raíces eternas e irrompibles en Santa Fe.
-Alguien te definió, muy bien, diciendo que eras un delantero "que levantaba la tribuna"...
-... Debe haber sido porque no veían y por eso se paraban (risas).
-Contame algo de tu infancia, allá en San Juan...
-Allá, el deporte favorito de los chicos era el ciclismo y el hockey sobre patines. Después, cuando vinieron los nacionales, aparecieron un par de equipos como Sportivo Desamparados primero o San Martín después y el fútbol tomó un poco de vuelo... Pero lo mío siempre fue una pasión por el fútbol.
-Yo arranqué en un torneo de baby fútbol, allí me vieron y fui a entrenar con las inferiores en un club que se llama Sportivo del Bono, que jugaba en la primera de la Liga Sanjuanina... ¡Debuté a los 15 años en primera!... El presidente de ese club, en ese momento, era un tipo que apostaba a las inferiores.
-Jugué 3 años, hasta el '73 que me recibí de Técnico Constructor. ¿Te cuento algo..?
-¿Sabés qué era lo bueno en esos años?, que mi arreglo contractual era que me pagaran la carrera, tableros, reglas y todos los gastos (risas)... Lo cuento y no lo creen.
-¿Y cómo surge lo de San Lorenzo, jugando en la Liga Sanjuanina?
-En el 74, el presidente de Sportivo del Bono era socio de San Lorenzo y me consigue una prueba. En ese verano fui, hacíamos fútbol todos los días y de repente, con 19 años, me encuentro firmando el contrato.
-Ese fue el año que San Lorenzo salió campeón...
-¡Claro...! Con Osvaldo Zubeldía de técnico y con el profesor Castelli de preparador físico. Fue el año del Mundial de Alemania y San Lorenzo tenía cuatro jugadores en el plantel de la selección argentina... Yo no lo podía creer... A los tipos que había visto leyendo la revista El Gráfico o Goles, los tenía enfrente mío... ¡Me iba a cortar el pelo y veía el póster de Osvaldo Zubeldía pegado en la pared y ahora me estaba dirigiendo! (risas).
-De no creer... Volvamos a aquellos primeros tiempos. ¿Jugabas en potreros?
-¡Sí, claro...! Viste que en San Juan, la veredas son bien anchas, entonces el arco era desde la acequia hasta la pared, jugábamos mano a mano, a las cabecitas. También había potreros, desafíos de calle contra calle... Pero ahí, jugando en la vereda, aprendés a rebotar la pelota contra la pared, te acostumbrás a los perfiles distintos.
-¿De qué jugabas en Sportivo del Bono?
-Yo soy diestro, pero nunca tuve inconvienentes con el perfil. Arranqué de 9 y con el tiempo me fui tirando para los costados... Yo sabía que por derecha tenía más desborde y centro, pero por izquierda enganchaba y podía hacer goles.
-¿Jugaste en San Lorenzo?
-Y... Me costó... Imagináte, Scotta, Veglio y Ortiz era la delantera, el Ratón Ayala ya se había ido... En tercera jugaba de 9... Te cuento una anécdota: años más tarde, cuando yo ya estaba en Unión y vino Yudica a dirigir al equipo, me agarró el primer día y me dijo: "A usted lo ví jugar una vez en tercera de San Lorenzo en un partido contra Defensores de Belgrano, de '9' y metiendo dos goles. El domingo va a jugar en ese puesto"... ¡Y metí dos goles!
-Con varios de los que fueron mis compañeros en San Lorenzo, me reencontré en Unión... Irusta, Pitarch, Telch... El mediocampo era Chazarreta, Telch y Cocco... Los arqueros eran el Gordo D'Alessandro, Irusta y Anhiello, que terminó siendo el titular. Después estaban el Hueso Glaría, Villar, Rezza, Piris, Piazza, que era un uruguayo que después se vino a Newells, García Amaijenda, el Tuti Chaparro...
-¿Y lo de Comodoro Rivadavia?
-Bueno, un día estábamos haciendo un entrenamiento y se arrimaron García Amaijenda y D'Alesandro para decirme que había un presidente de un club que me quería llevar... Había hablado un día con Zubeldía y él me dijo que tenía muchos y buenos jugadores y que no iba a tener posibilidades. "Le recomiendo que se vaya y que juegue", me decía Zubeldía. y me acordé de esas palabras, me reuní con este dirigente y lo tomé como un desafío. Estuve en el 75, a préstamo, pero no me gustó mucho. Vuelvo en el 76, se forma un buen equipo, jugamos el Nacional con Cacho Cadars, que luego me trajo a Unión y ahí cambió todo. En ese equipo terminó su carrera el Flaco Zuccarelli, atajaba la Pantera Rodríguez, que luego lo hizo en Boca y estaban Mario Olivera y Chiche Di Meola, que vinieron conmigo en el 77.
Tenés que leer"Mi cariño y mi amistad con Nery no se terminó"-No te toca andar bien de entrada y algún insulto se escuchaba...
-Era un cambio... Es cierto, al principio no anduve bien... Y el equipo tampoco. Faltando cuatro fechas jugamos contra Ferro y fui figura en ese partido, nos salvamos del descenso... Se termina el año y recuerdo que el día que nos vamos de vacaciones, pusieron el listado de los que debían estar para viajar a la pretemporada... El primer nombre era el mío... Y ahí me dije: 'Esta es la mía...".
-El 78 fue un año bárbaro, se peleó el Metropolitano y el Nacional...
-De arranque lo habían traido a Salas, que era de Newell's y estaba en Boca, pero cuando entraba en el segundo tiempo metía goles y eso me posibilitó tener las chances para ser titular. Arrancó Ignomiriello, ese año como técnico y después vino Volken. Ese final del Metropolitano fue tremendo.
-Esuvieron muy cerca, demasiado cerca...
-En determinado momento del partido con Estudiantes, de la última fecha, estábamos primeros. Después cambió el resultado de Quilmes, que fue campeón y el de Boca, que fue segundo. Nosotros quedamos terceros... Estaba Trossero, que venía de antes, llegó el Loco Giachello de Francia y Arroyo, que era un wing extraordinario que vino de Independiente. Todo ese equipo funcionó de maravillas.
-Aparte, fue un grupo que después continuó en el 79...
-La unión futbolística y como grupo arranca en el 78. Estaban Nery, Hugo López, el Choclo Regenhardt, Marito Alberto, Mazzoni, el hermano de Centurión, que jugaba de 8...
-¿Ya allí arranca la amistad con Nery Pumpido?
-Con Nery concentrábamos juntos... En la otra pieza estaban Telch y Mazzoni, éramos la mesa de los cuatro... Permanentes, inmodificable... Nery ya era 'jodón' de joven... Eramos un grupo unido, pero esa mesa era intocable. Nos quedábamos a patear después de las prácticas con el Mono Irusta que le enseñó a pegarle a la pelota a Nery... Tirábamos centros, córner, penales... Eran otros tiempos, ahora no se hace.
-¿Cómo era el Turco Alí adentro del área para el que no se acuerda o el que no te vio jugar?
-... La ambición es clave, adentro del área tenés que ser ambicioso... Después, todo es producto del trabajo, hay que pulir el estilo... Yo también era intuitivo, sabía si la pelota le iba a picar bien o mal al arquero o al defensor. No sólo era intuitivo para definir, sino también para saber adónde podría caer la pelota... No era un delantero habilidoso, pero sí potente. Y llegaba siempre con la idea fija a la definición.
-¿Cuál era tu "plan" cuando enfrentabas al arquero?
-Por lo general, el arquero te achica el ángulo y te obliga a definir, pero el delantero se tiene que tomar un segundo por más que el arquero te obligue. Cuando entraba de izquierda al medio, le pegaba con el borde interno del pie al segundo palo. Y si entraba por derecha, aveces le daba con el borde externo... ¡No era el Chelito Delgado para pegarle con cara externa, pero...!
-Algunos quieren "romperle la cabeza" al arquero en un mano a mano. ¿Vos no?
-¡No...! "Bombazo" no... Amagando primero y definiendo, era otra fórmula. Lo obligaba al arquero a no amagarme, le amagaba yo.
-¿Cuál de los tres torneos te dolió más?, ¿el Metro del 78 que pelearon, el Nacional del 78 que perdieron la semi con River o el Nacional del 79 que perdieron la final?
-Esa final del 79... Mirá, en el momento no me dí cuenta... Con el paso del tiempo, no haber conseguido el título fue algo que dolió, ahí me dí cuenta de lo que dejamos de ganar. Con el tiempo, me dí cuenta que "perdimos" por más que hayamos empatado los dos partidos y nos dolió muchísimo no haber conseguido ese campeonato... Merecíamos ese campeonato.
-¡Un gol...! ¡Nos faltó un gol! Si no nos empataba el Beto Alonso sobre la hora y ganábamos 1 a 0 acá, éramos campeones. Te lo firmo. Ibamos al Monumental y dábamos la vuelta.
-¿Ese fue el mejor equipo de Unión que integraste?
-Nos conocíamos de memoria... Después se formaron muy buenos equipos, estaba Marchetti, luego jugué con el Pichi Escudero y el Pelado Centurión. Luego llegaron el Chino Benítez, Brindisi, Zavagno, Cordero. Ese equipo anduvo muy bien.
-¿Con quién te entendías bien?
-... En un determinado momento, se lesiona Giachello y empieza a jugar el Flaco Pitarch tirado atrás y andábamos bien... Jugué con Trossero, Centurión, Leopoldo Luque... Me enojaba con Pomelo Ribeca, nos puteábamos un montón, pero nos entendíamos... Pomelo me ponía la pelota para que defina y después se paraba y me decía: "¿Viste que era ahí?
-¿Te dolió lo de Mario Alberto?
-Ufff.... Era un robot Mario, no se podía chocar con él. Un tipo que se cuidó siempre y se murió joven...
-¿Es verdad que cuando Unión se fue a España en el 81 fue por tu pase al Valladold?
-¡Claro...! Esa gira formó parte de mi transferencia... El técnico era Faraone, mi pase era plata y la gira de Unión por España... Hubo un torneo y Unión lo ganó, en Melilla... Jugaron tres partidos con todos los gastos. Compartí ese periplo con los muchachos, fue lindo para ese grupo.
-¿Por qué nunca te convocaron a la selección?, ¿te imaginás a los hinchas de Unión con un cartel: "Alí es argentino"?
-Había muchos wines, ¿qué se yo?... Fue algo pendiente que me quedó. Pensé que en algún momento iba a tener la oportunidad pero no me llamaron.
-¡Nunca tuve representante..! Lo que pasa es que en ese momento no había. Los contratos los arreglaba yo. Eran contratos normales, hoy si me tocaría estar jugando serían buenos contratos porque yo metía muchos goles. Era incomparable aquél tiempo... Ganabas bien, pero no lo exponencial que es hoy...