Los rendimientos individuales fueron desparejos entre el primero y el segundo tiempo...
Unión tuvo apatía inicial pero cambió actitud y juego de un tiempo al otro
Algo de Vera en el primer tiempo, el desequilibrio de Zenón en el segundo y las soluciones que el Vasco encontró en el banco de suplentes con Machuca y Márquez para empatar con justicia el partido.
Manuel Fabatía Este cabezazo de Cordero, luego de un preciso centro de Federico Vera, será desviado por Javier García en una de las pocas llegadas de Unión en el primer tiempo. En el segundo, todo cambió. El 20 que vino de Huracán dejó una imagen aceptable.
Unión entró dormido, frío, apático. Confundido desde la idea inicial de pretender solidez defensiva a partir de una línea de cinco que evidentemente no le funcionó al técnico. Inseguro en el manejo de la pelota y desbordado por un rival más claro y decidido a imponer lo suyo.
La diferencia en el rendimiento individual de los jugadores, entre un tiempo y otro, fue notable. Por eso, varios no pudieron elevar su puntaje porque a la alta calificación del segundo tiempo se le contrapuso una muy baja en el primero. Fueron muy pocos -por no decir ninguno- los que pudieron sostener un rendimiento parejo en los dos tiempos. De allí la ausencia de notas altas en el puntaje individual.
Manuel Fabatía Lindo duelo en el primer tiempo. Federico Vera intenta desbordar a Obando, figura clave de Boca en esa etapa.
Lindo duelo en el primer tiempo. Federico Vera intenta desbordar a Obando, figura clave de Boca en esa etapa. Foto: Manuel Fabatía
Moyano (5), no pudo hacer nada con el remate cruzado de Obando (algo tapado además) y previamente había tenido una buena intervención con un remate de Varela. En el complemento, no rechazó bien un centro llovido desde la izquierda y le dejó la pelota servida en el borde del área a Lisandro López, que la tiró de emboquillada en forma desviada. Si le acertaba al arco, era gol de Boca.
En el fondo, Vera (6) fue de lo mejorcito en el primer tiempo, atacando con decisión, aunque sin encontrar solidez para la marca ni tampoco apoyo suficiente ante las apariciones de Obando y Barco (gratísima revelación con apenas 16 años), que lo complicaron. Se fue quedando sin piernas en el segundo tiempo.
Manuel Fabatía Kevin Zenón, de gran segundo tiempo, alcanza a meter el centro ante la marca de Giampaoli, quien luego debió ser auxiliado por Weigandt cuando Russo se dio cuenta de los problemas que tenía Boca por ese sector.
Kevin Zenón, de gran segundo tiempo, alcanza a meter el centro ante la marca de Giampaoli, quien luego debió ser auxiliado por Weigandt cuando Russo se dio cuenta de los problemas que tenía Boca por ese sector. Foto: Manuel Fabatía
Calderón (5) tuvo algunos titubeos en el primer tiempo, pero mejoró luego y aportó su presencia en un par de jugadas de pelota quieta en ofensiva; Brítez (5) no terminó de afirmarse al principio pero terminó rindiendo bien en el complemento en su función de marcador central y Corvalán (5) también fue de menor a mayor, pasando varias veces al ataque con mucha decisión. En este esquema defensivo falta Portillo (6), quien arrancó como uno de los cinco de atrás, ubicado a la izquierda de Brítez, pero cuando Boca convirtió el gol pasó a la mitad de la cancha para que Cañete tuviese un respaldo defensivo en la contención y pueda dedicarse de lleno a manejar el juego. No es la mejor posición para él, porque su puesto natural está atrás, pero está demostrando que en su versatilidad para adaptarse a las circunstancias, está demostrada la jerarquía que viene mostrando desde que le tocó jugar, más allá de que, obviamente, el puesto de volante central tiene otros secretos que, particularmente, desconoce por el hecho de haber jugado muy poco allí, al menos desde que es profesional.
La idea en la mitad de la cancha era la de jugar con tres internos. Nardoni (5), volcado por la derecha, recién pudo encontrar el partido en el último cuarto de hora del primer tiempo y trató de ser una compañía para la subida de Vera; Cañete (6) fue el que se dedicó a jugar, convertido en el eje del equipo y en el que debía administrar el juego, ocupando un rol que en el torneo anterior compartía con Acevedo pero que ahora le quedó sólamente para él; Zenón (6) no encontró muchos espacios en el primer tiempo, pero fue el mejor jugador de Unión en el complemento, abriendo muy bien la cancha por izquierda y desbordando en muchas ocasiones a Giampaoli, obligando a Russo a incluir a Weigandt para que le diera una mano y logre frenarlo, cosa que no pudieron concretar.
Arriba, Cordero (5) y García (5) jugaron condicionados desde el primer tiempo por las amarillas recibidas. En el caso de Cordero (debutante junto con Brítez), demostrando que tiene un juego aéreo interesante y merodeando el gol en un par de ocasiones (de cabeza o con algún que otro remate que encontró bien ubicado a Javier García, uno de los mejores de Boca). García trabajó como es su costumbre, con menos presencia y menos chances que Cordero, pero con mucho ímpetu y sin escatimar esfuerzos hasta que le dejó su lugar a Márquez.
Precisamente, en el banco de suplentes estaba la solución para el Vasco Azconzábal. Varios de los que ingresaron, lo hicieron muy bien. Machuca (6) abrió bien la cancha por derecha, lo obligó a controlarse a Barco y lo desbordó en la jugada del gol, colocando un lindo centro para el cabezazo de Márquez (6), que no convertía desde el torneo pasado y pudo lograrlo en un momento clave del partido y a pocos minutos de haber ingresado.
Manuel Fabatía Cuqui Márquez se saluda con Gastón González, otro al que le tocó entrar muy bien en la parte final del partido.
Cuqui Márquez se saluda con Gastón González, otro al que le tocó entrar muy bien en la parte final del partido. Foto: Manuel Fabatía
Otro que ingresó bien fue Gastón González (6), juntándose con Zenón por la izquierda y metiendo diagonales. Estuvo cerca del gol en una maniobra en la que Zenón desbordó, metió el centro pasado, Calderón la bajó de cabeza al medio y González clavó una palomita que se fue muy cerca del palo izquierdo de Javier García. Tanto Pittón como Blasi entraron en el final, como para que el equipo tenga un respiro atrás y en el medio para no dejarse sorprender y cuando el empate no sólo que parecía sellado sino que conformaba plenamente a los dos.
Fueron un tiempo bien definido para cada uno. En el caso de Unión, frio como la noche en el primero; caliente y con una actitud muy diferente en el segundo, cuando pudo justificar el resultado final.
"Quiero mandarle un saludo a mi mamá, ella sabe por qué lo digo... Y también a la gente de Mariano Moreno de Junín... En cuanto al partido, el resultado es bienvenido, la actuación positiva y la envergadura del rival es un buen indicio. ¿Refuerzos?, si llegan, bienvenidos sean".
Juan Manuel Azconzábal
El DT de Unión se emocionó cuando le envió el saludo a su madre.