(Enviado Especial a Buenos Aires)
El entrenador rojiblanco rescató lo que hizo el equipo en la parte inicial. “De contragolpe, pudimos convertir el 3 a 0 pero vino la jugada de la mano, que no sé si fue o no fue y ahí todo cambió”, dijo el uruguayo.
(Enviado Especial a Buenos Aires)
Gustavo Munúa dio la sensación de no haber quedado conforme con las condiciones de la cancha y con algunos fallos arbitrales. De todos modos, en el primero de los casos, lo utilizó como fundamento para explicar la actuación de su equipo y las cosas que se hicieron, que fueron buenas (o muy buenas) en el primer tiempo, pero que no se pudieron repetir en el complemento.
“No sabíamos a priori si podíamos hacer un partido normal o si teníamos que pensar en algo más práctico y efectivo. A esto lo digo por las dimensiones de la cancha y su estado. Jugamos con mucha seriedad y orden el primer tiempo. Arrancamos bien el complemento, podríamos haber convertido el tercero y llegó la jugada del penal. A partir de ahí cambió el partido, ellos pusieron muchos delanteros y se nos complicó. Los chicos supieron trabajar el partido hasta el final, se hizo larguísimo y terminamos jugando como 100 minutos al final”, dijo el entrenador tatengue.
No es habitual que un jugador entre en el segundo tiempo y a los pocos minutos (pasaron 26 o 27 minutos apenas), sea reemplazado. Y fue el caso de Machuca, quien estaba amonestado y nunca pudo adaptarse a un partido que estaba para ser jugado de contragolpe, algo que Unión resignó rápidamente. “Lo de Machuca fue un cambio táctico, ellos empujaron, se puso complicado y cambié la figura táctica. En este partido, el mérito fue grande de los jugadores por el campo chiquito y las irregularidades de que tenía el piso de la cancha, lugares donde picaba más y otros donde picaba menos, otros en los que los jugadores se resbalaban y eso generó mucha desconfianza”.
Ahondando en el análisis del partido, dijo que “en el primer tiempo dominamos y en el segundo cambió a partir del gol de ellos. Se hizo un partido serio en líneas generales y nos vamos contentos”.
El partido estaba para el contragolpe en el segundo tiempo, pero dio la impresión de que Zenón –clave para esa estrategia- se fue quedando sin resto físico. “Zenón tiene una molestia, estiramos lo máximo posible su permanencia y el campo lo llevaba a un gasto físico diferente. Ellos hicieron mucho juego por las bandas y por eso necesitábamos cambiar la figura táctica en la parte final”.
Luego de admitir que “nunca es fácil jugar de visitante y a nosotros nos costaba, por eso me voy muy contento”, señaló también que “los rivales también juegan y ellos nos llevaron a la inseguridad en determinado momento de jugar en una cancha chica en dónde prevalecen las segundas pelotas, muchos cuerpo a cuerpo y se hace difícil enlazar dos o tres pases buenos. Nosotros pudimos concretar el tercer gol pero ellos nos descontaron en una jugada muy puntual en la que no sé si fue o no fue mano”.
Por último, habló del arbitraje de Merlos, que no fue bueno. “Prefiero no hablar de los árbitros, ellos tienen un trabajo difícil, de mucha tensión. Quizás en la línea de conducir no estuvo del todo bien, hablo en faltas puntuales. Y terminamos jugando como cien minutos… Yo los entiendo, no es fácil el trabajo de ellos”, concluyó.