Munúa insiste -con razón- que el comienzo de la doble competencia coincidió con el bajón del equipo. Les pasó a casi todos. Sacando Boca y River (se podría agregar a Estudiantes), el resto lo sintió. Son varios los equipos argentinos (algunos de ellos grandes, como Racing e Independiente) que se quedaron con las manos vacías. Unión ganó invicto un grupo que, como dijo Munúa, "era de Copa Libertadores más que de Sudamericana", teniendo en cuenta la talla de Junior y Fluminense. Y tuvo que ir a ganar a Barranquilla y lo hizo por un resultado inesperado hasta para el más optimista y fanático, justamente en una situación -la de jugar como visitante- que no ha sido la más cómoda para el logro de resultados.
Las seis derrotas seguidas son una carga, pero se enmarcan en un cuadro de situación en el que es necesario poner todo en la balanza. En un fútbol resultadista y competitivo como el nuestro, esta seguidilla podría enrolar la campaña en un marco de gravedad que en el mundo Unión no existe. ¿Por qué?, porque la actuación en la Sudamericana superó notoriamente las expectativas. Ni más ni menos.
¿Qué partido le conviene a Unión?, quizás pueda pasar un poco por lo físico. Unión es un equipo que imprime una presión muy grande desde el mismo arranque del partido. Contra Tigre, eso duró casi una hora. Demasiado por la intensidad con la que se jugó, aunque tiene su costo. Ningún equipo puede jugar con semejante ritmo durante todo un partido.
Cuando Unión logra recuperar rápidamente la pelota y mucho más si tiene espacios en el terreno rival, se siente más cómodo. El problema -que se hizo reiterativo en algunos partidos- es cuando le achican los espacios, lo esperan y allí las ideas empiezan a escasear pues hace falta un desequilibrio individual que al equipo le cuesta imponer.
Recuperar a Polenta es una muy buena noticia por todo lo que significa, tanto en el aspecto defensivo propiamente dicho como expresión de jugador temperamental. Con Brítez, cubrirá mejor el aspecto de marca en el sector derecho, pues tiene más condiciones defensivas que Vera, quien es un jugador más explosivo a la hora de la proyección pero que por allí no puede otorgarle la misma solidez a la hora de la marca.
Otro jugador que puede resultar clave es Álvez, que estuvo ausente en el último clásico (recordar que hasta la mañana del partido lo estuvieron probando y al final no llegó en condiciones y hasta demoró bastante su regreso al equipo). Como Polenta, son futbolistas que no pasan desapercibidos. Y convengamos que es la carta de gol más importante que tiene el equipo, más allá de ser un delantero que sabe aguantar la pelota, aspecto que demostró con creces en el rato que le tocó jugar ante Tigre, hasta que salió reemplazado.
A favor
* La intensidad que, en caso de poder imponerla, es un elemento favorable que pesa sobre el rival.
* La peligrosidad de Álvez, un buen arquero como Mele y la verticalidad de Zenón y Peralta Bauer por afuera.
* Un mediocampo joven y dinámico.
* Una defensa que suma experiencia con Polenta y un buen juego aéreo con Calderón.
En contra
* La impotencia en la que entra si es que no consigue los espacios suficientes para atacar.
* Las desconcentraciones que le cuestan goles y hasta partidos (fijarse lo que le pasó en cinco minutos fatídicos en los que Tigre le dio vuelta el partido).
* Salvo honrosas excepciones (por ejemplo, los triunfos en Barranquilla y Santa Cruz de la Sierra), la falta de gol que adoleció en algunos partidos y que le impidió obtener otro resultado.
Este año, Unión no ha podido ganar en condición de visitante. Su última victoria data del año pasado, cuando derrotó a Arsenal con gol de Brítez. Fue en noviembre del año pasado.