No sólo cayó como un baldazo de agua fría el gol de Favio Alvarez en el final del partido del miércoles ante Lanús que le restó dos puntos otra vez a Unión en tiempo de descuento, sino que también fue sorpresivo el anuncio de Copa Argentina de la postergación del encuentro que iban a jugar Unión y Gimnasia de Mendoza el miércoles que viene.
En esta última, Unión es un “convidado de piedra”. El problema es la interna de la barra de Gimnasia y la decisión de la Secretaría de Seguridad del gobierno de Córdoba de no garantizar el operativo policial para ese partido.
Lejos de elegir otra sede (hubiese sido un problema armar la logística de viaje para las dos delegaciones con poco tiempo y el feriado largo en el medio), la organización resolvió la postergación del encuentro.
Si bien todavía faltan varios partidos para completar el cuadro de 32avos, ya la mayoría de los encuentros de esta instancia en la que aparecen los equipos de Primera, se han jugado. Entonces, la reprogramación no se hará esperar demasiado.
Unión ya sabe que el partido, en Córdoba, no se jugará. Entonces, ¿cuál es la postura tatengue?, pedir que se juegue en una cancha de Primera División. Otro escenario que se estaría descartando, es el estadio comunal que hay en San Nicolás.
Si bien Unión iba a juntar dos partidos decisivos como este de Copa Argentina y el del sábado de la semana que viene ante Belgrano por la penúltima fecha de la zona B de la Copa de la Liga, la idea por supuesto que era la de jugar el encuentro con Gimnasia tal como se había estipulado.
Ahora, el Kily González tendrá entonces una semana muy larga para preparar el encuentro con el Pirata cordobés y tendrá la posibilidad, casi con seguridad, de contar con Joaquín Mosqueira. La pregunta es: ¿saldrá Tanda del equipo, con el buen rendimiento que ha tenido en los dos partidos que le tocó actuar?. Habrá que esperar.