La inhibición, los “no-refuerzos” y el desgaste desinflaron a Unión
A una semana del cierre del mercado de pases más largo de la historia, el Tate vendió dos titulares indiscutidos y no trajo a nadie. Ahora viene el parate por la doble fecha FIFA de Eliminatorias.
La inhibición, los “no-refuerzos” y el desgaste desinflaron a Unión
Se fue desinflando Unión, no sólo en la cancha contra Deportivo Riestra (de mucho a poco) sino también en esas chances de dar el salto y sacarse la foto como puntero. Aunque sea una fecha, unos días o bien unas horas como pudo ser en esta jornada si le ganaba al Malevo en el 15 de Abril.
En Córdoba lo tumbó el VAR, en Victoria lo hundió Tigre en el Delta y ahora chocó con los guantes de Arce, un ex arquero del club que fue la gran figura de la noche en Santa Fe.
Si bien ahora llegará un parate obligado por la doble fecha FIFA de Eliminatorias (no habrá fútbol doméstico el fin de semana que viene) y luego deberá ir con el siempre complicado Lanús a la Fortaleza, no pareciera ser que genere demasiadas cosas el “barajar y dar de nuevo”.
Si bien queda una semanita más de mercado y el equipo está en la mitad del río (quedan 14 fechas), hay pocas chances de golpe de efecto. A esta altura, Unión está armado, son los que están, como están y a la cabeza de quién está.
El “Kily” se afirma en su convicción: “No quiero traer por traer”, casi abrazando con nostalgia el sueño terminado de Franco Fragapane y algún otro nombre guardado bajo siete llaves.
Los dirigentes, que demoraron de manera inadmisible el tema de la inhibición en FIFA, filtran que ofrecen cientos de nombres sin interés ni devolución positiva. Está claro, al escuchar la música de tribuna, a quién le cree la gente. Y a quien le dejó de creer la gente.
Cada final de partido en Santa Fe (ganando o empatando; porque perder no pierde) está cantado con el mismo cantito: “La comisión…la comisión”.
Después habrá tiempo para abrir el debate de si “Fede Vera o Vargas” y también el de “Luna Diale o Simón Rivero”. Pero el dato mata el relato: se fueron dos titulares y no vino nadie como refuerzo. Es más, ni siquiera vino alguien como recambio.
Así, entre el culebrón de la inhibición en FIFA, la no llegada de refuerzos y el desgaste lógico de un equipo guapo pero corto, lo fueron desinflando a Unión.
Sólo el “Kily”, en su cuartel de Casasol, podrá tener respuestas a algunas preguntas en este parate de diez días antes de ir a Lanús: ¿tocó techo su equipo o puede dar algo más en la parte decisiva de la temporada?.
De no ocurrir algún milagro antes del cierre del Libro de Pases, todo parece indicar que Cristian Alberto González tendrá que arreglarse con lo que tiene. Además de Di María, tendría que empujar frente al tele la Scaloneta toda con Messi cada vez que juegue el Tate.
Se inicia la última semana del mercado de pases más largo de la historia. Todo parece seguir igual. Salvo que aparezca un milagro en cinco días. Un milagro en un club cuya CD no profesa demasiado amor a los llamados “jugadores franquicia”. No es que no vino algún refuerzo top; ni siquiera vino un recambio para un plantel y un cuerpo técnico que se merecían otro tipo de ayuda externa para pelear arriba.