Perdía injustamente en el primer tiempo, reaccionó e hizo tres goles en un ratito y ganó 3 a 1, poniéndole fin a una racha negativa como ninguna ante Estudiantes, jugando de visitante. Gonzalo Morales hizo dos goles. El otro lo convirtió Mosqueira. Ellos dos y Zenón fueron los mejores.
Importante triunfo del Tatengue. Crédito: Prensa Unión
Fue una sola jugada. Se terminaba el primer tiempo cuando vino el centro desde la izquierda y apareció Manyoma para colocar el cabezazo, libre de marcas y entrando por el segundo palo. Eficacia ciento por ciento del equipo de Domínguez, que había sido menos que Unión. Pero esa superioridad no se pudo demostrar en donde debe demostrarse: el arco rival. Se cerró bien Estudiantes y a Unión no le alcanzó con la subida constante de un Zenón convertido más en extremo o en wing que en un quinto defensor. Se exageró el empleo de centros que no hicieron más que favorecer a Estudiantes, porque la altura y la contextura física de Federico Fernández y de Guassone le privó cualquier chance de ganar de arriba. Sólo Calderón lo consiguió en una sola oportunidad y punto. Por eso, el negocio era el de jugar por abajo. Y a Unión le faltó claridad en ese aspecto.
El partido se situó prácticamente en el terreno de Estudiantes. Más preciso (aunque el nivel del partido nunca pasó de lo discreto), Unión se adelantó y asumió una iniciativa que tuvo sus debilidades. No porque se regalara en el fondo, ya que Moyano se había convertido en un espectador más del partido ante la pasividad ofensiva del rival. Sino porque a Unión le costó llevar a jugadas claras de gol esa inclinación que hizo del campo de juego hacia el arco de Andújar.
Incluso, en lo táctico tampoco sufrió la mayor cantidad de volantes que tenía el rival, que en varios pasajes jugaba con Zuqui de “5” y con cuatro jugadores parados delante suyo y tratando de darle compañía al uruguayo Méndez, el jugador más adelantado. Por eso, la orden del Kily fue que tanto Vera por derecha como Zenón por izquierda no se empecinen en retroceder demasiado, para que les quede el aire suficiente para abrir la cancha, dejando a Roldán y a Luna Diale como internos. Roldán no incidió demasiado en el trámite en ese primer tiempo y Luna Diale apareció a partir de los 20 minutos pero sin encontrar algún socio en los dos puntas, muy absorbidos por los centrales del local.
El 11 inicial de Tatengue. Crédito: Prensa Unión
Ya el empate parecía ser un castigo para Unión por aquello de que fue el que más gasto hizo por ir en búsqueda del arco rival. Ni hablar de ese baldazo de agua helada que le propinó Manyoma con el cabezazo que le dio una ventaja parcial injusta a Estudiantes, sólo entendible a partir de ese aprovechamiento total de las situaciones de gol. En realidad, de la única que tuvo el Pincha para irse en ganancia al descanso.
La gran diferencia en eso de aprovechar las situaciones se notó en la primera jugada del segundo tiempo. Iban un par de minutos cuando quedó solo Domina y remató desviado. Pero enseguida llegó el empate.Y lo hizo por la vía menos propicia, la del juego aéreo. Córner desde la izquierda de Zenón y cabezazo impecable de Mosqueira para poner justicia, en un muy buen arranque del segundo tiempo tatengue.
Y los pibitos de arriba aparecieron enseguida para provocar el error de Andújar (Domina) y la pelota le quedó servida a Morales para que vuelva a gritar gol (el segundo en dos partidos), rematando desde afuera del área pero con el arco desguarnecido, dando vuelta el resultado cuando recién se jugaban 11 minutos de esa parte final.
Todo se ratificó a los 19. Gonzalo Morales le ganó las espaldas a Guassone y definió con un remate de zurda al segundo palo de Andújar. Golazo de un pibe que eligió el lugar y puso la pelota con una calidad notable, dejando sin chances al experimentado arquero de Estudiantes. 3 a 1 y no era exagerado para nada. El justo premio para un arranque notable de Unión en el segundo tiempo.
El Kily movió el banco e hizo debutar a Tanda, que ingresó por Roldán y obligó a que Mosqueira –de buen partido como “5”- se corriera como volante por derecha. Estudiantes intentó una reacción que le sirvió para adelantarse un poco en la cancha, dejando espacios en su sector defensivo que Unión podía aprovechar. Pasada la media hora, Del Blanco y Pajarito Juárez reemplazaron a los dos de arriba, a este Gonzalo Morales que sorprende (y fue figura) y a Domina, que fue clave en la jugada del segundo gol. Del Blanco fue al medio y Luna Diale se soltó para acompañar a Pajarito arriba. Defensivamente, Unión no sufrió en demasía, ni siquiera con el peligroso juego aéreo del Pincha y hasta con algún contragolpe que le podría haber dado una mayor diferencia en el resultado.
El segundo tiempo de Unión fue impecable, marcó claras diferencias, dio vuelta el resultado jugando bien, fue eficaz y su reacción fue la de un León herido. Justamente ante este León al que no le podía ganar desde 1985.
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